Prueban con éxito un fármaco que podría reducir tumores y prevenir el riesgo de recaídas

MSC-1 fue desarrollado en el Instituto de Oncología de Vall d’Hebron de Barcelona y ya superó con éxito la primera fase de estudio en pacientes. La innovadora droga está dirigida sólo a algunos tipos de cáncer y actúa contra la proteína que favorece su progresión. El fortalecimiento del sistema inmune como eje de las nuevas investigaciones en la materia

Infobae
Descubrir la cura contra el cáncer debe ser, sin dudas, uno de los logros que desvela a las mujeres y hombres de la ciencia en todo el mundo. Lo complejo del caso es que no todos los tumores son iguales ni se comportan de la misma manera, lo que hace mucho más difícil el logro.


Científicos del Instituto de Oncología de Vall d'Hebron de Barcelona dieron un gran paso al desarrollar un fármaco que potencia el sistema inmune en varios tipos de cáncer y reduce el riesgo de recaídas.

Lo que descubrió el equipo dirigido por Joan Seoane -y ya probaron con éxito en más de 40 pacientes- es "un mecanismo que es importante para que los tumores se desarrollen y puedan defenderse del sistema inmune". "Y a partir de entender qué es lo que estaba fallando pudimos diseñar un fármaco que ya superó con éxito la primera fase de ensayo clínico", explicó el investigador a la agencia Efe.

El fármaco MSC-1 bloquea una proteína llamada LIF, que favorece la progresión de alrededor del 80% de los cánceres de páncreas, el 60% de los glioblastomas -el tumor cerebral más común, el 35% de los de ovario, el 15% de los de pulmón y posiblemente porcentajes más bajos de otros tipos de tumor.

"Este fármaco está dirigido a aquellos tipos de cáncer que tienen esa proteína concreta -detalló Seoane-. Descubrimos esa proteína, vimos cómo funciona y diseñamos un fármaco que la bloquea, y en ese momento el sistema inmune del paciente puede actuar contra el tumor". "Los cánceres en que LIF está activa suelen ser agresivos y tener mal pronóstico", destacó.

El primer ensayo, como es habitual, no estaba diseñado para evaluar la eficacia del fármaco, sino únicamente su seguridad. Para conocer su eficacia, está previsto iniciar un segundo ensayo clínico con 150 pacientes este mismo año. Por ahora, los únicos indicios de eficacia corresponden a experimentos realizados con ratones, en los que se vio que MSC-1 frena la progresión de los cánceres en que la proteína LIF está activada y aumenta la supervivencia. Los primeros resultados en personas se esperan a finales de 2020.

Según los resultados presentados en abril en el congreso de la Asociación Americana de Investigación del Cáncer celebrado en Atlanta, el fármaco que inhibe la proteína LIF no tiene efectos secundarios, ni tan solo a dosis altas.

De cara al futuro, el hecho de que MSC-1 no haya tenido efectos secundarios abre la vía a administrarlo en combinación con quimioterapias o inmunoterapias para mejorar la eficacia. Un tratamiento combinado, además, podría reducir la probabilidad de que el cáncer se vuelva resistente a los fármacos, al igual que ocurre con los tratamientos contra el VIH.

La médica oncóloga Valeria Cáceres (MN 79930) es jefa del Departamento de Oncología del Instituto Ángel H Roffo y consultada por Infobae consideró que "es un fármaco que parece prometedor, sobre todo porque está desarrollado por gente muy seria".

"LIF está activada en tumores donde no tenemos demasiadas alternativas, como son los de páncreas y cerebrales y esta sería una molécula distinta, con una vía de activación diferente, pero hay que ser cautos y saber que para poder llegar a la aprobación debe pasar la fase dos, que demuestre su eficacia y después compararlo contra el estándar de cuidado en la fase tres", explicó la especialista, quien resaltó que "esto va a llevar algunos años pero parece un desarrollo muy interesante".

El origen del proyecto se remonta al año 2009, cuando Seoane descubrió que LIF favorecía la regeneración de las células madre tumorales. Estas células madre son clave en la reaparición de tumores después de un tratamiento, ya sea en el mismo órgano donde apareció el tumor inicial o bien en otros órganos en forma de metástasis.

"Hallamos que el fármaco no sólo elimina el tumor sino que genera lo que llamamos una memoria inmune, es decir, que si vuelve a aparecer el tumor el sistema inmune ya está entrenado para eliminarlo, por lo tanto se reduce además el riesgo de recaídas", resaltó el investigador.

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