Luis Suárez, la voracidad que lidera a la 'Celeste'

Miguel Ángel Moreno
Belo Horizonte, EFE
Llegaba sobremotivado a esta Copa América, tras una temporada de final doloroso en lo físico y lo anímico. Y un mes de recuperación después, Luis Suárez ha vuelto y su voracidad en busca del gol lideró el arranque de una Uruguay que apabulló en su presentación en la Copa América a Ecuador (4-0).


El '9' de la 'Celeste' fabricó el 1-0 ganando un balón en una maniobra de pillo al central ecuatoriano Gabriel Achilier, corriendo en pos de la portería rival y centrando para el sombrero y remate de Nicolás Lodeiro. Un saque suyo se transformó en el segundo tanto de Edinson Cavani; y en el tercero llegó su momento, también tras un lanzamiento desde la esquina que tocó Martín Cáceres.

Todo esto en un partido en el que Suárez no dejó de correr, fajarse, buscar el balón y discutir al árbitro. Un partido al 100 % de lo que se espera del delantero. Una redención en busca de su segunda Copa América.

Porque la temporada con el Barcelona había acabado de la peor manera posible: con una lesión en el menisco de su rodilla derecha en el momento más duro para su equipo, la derrota por 4-0 en Anfield Road ante el Liverpool y la eliminación de la Liga de Campeones.

"Después de la eliminación de Champions, quería desaparecer del mundo. Fueron los peores días de mi vida y mi carrera junto a los del Mundial de 2014", admitió el delantero en una entrevista al canal televisivo Fox Sports.

Tras el paso por el quirófano, la derrota del Barcelona en la Copa del Rey ante el Valencia (1-2) hizo que el punta charrúa tuviera que aclarar la necesidad de su operación.

"Estaba mal. La gente no sé si sabe lo que es tener el menisco roto, es imposible seguir jugando", explicó a su llegada a Belo Horizonte con la concentración uruguaya para iniciar la Copa América.

En Brasil, 'Luisito' Suárez busca su segunda Copa América, tras la que logró en 2011, cuando marcó 4 goles y entregó dos asistencias a compañeros, siendo el mejor del partido en la semifinal con dos goles a Perú.

Hasta ahí había sido su historia con el torneo de selecciones de fútbol más antiguo del mundo, ya que en la edición de Chile 2015 no pudo acudir por la sanción debida al mordisco en la oreja al italiano Giorgio Chiellini en el Mundial 2014; y en la del Centenario de 2016 fue convocado pero no pudo disputar un solo minuto por una lesión en la final de la Copa del Rey de aquel año.

Así, Brasil 2019 era su momento. "Lo afronto con muchísimas ganas, muchísima ilusión, asumiendo la responsabilidad de lo que somos como equipo (...) Con muchísimas ganas de volver a jugar la copa américa para mi país y tratando de hacer lo mejor para ganarla", señaló en Belo Horizonte.

Tanto es así, que trajo a su familia con él. "Tengo 32 años y puede ser una de mis últimas Copas América. Con la misma ilusión que jugué la de 2011, en la que tenía el sueño de que mi hija pueda decir que Papá es campeón de América, tenemos la misma sensación", manifestó el delantero.

Con ese impulso y quién sabe cuantos más, saltó al césped del Mineirao, se ofreció desde el primer instante a sus compañeros, generó el primer ataque charrúa y el primer gol... Y peleó incesantemente, del minuto 1 al 94. En el tiempo añadido llegó a provocar una falta y el saque lo ejecutó él mismo, un poco desviado.

Luis Suárez ha vuelto con todo. Con goles y la ilusión de sumar una nueva Copa América, la segunda en su carrera, la decimosexta para Uruguay si logra avanzar hasta la final del Maracaná de Río de Janeiro. El primer paso, en el Mineirao de Belo Horizonte, está dado.

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