Lautaro, el toro desbocado de Scaloni

Óscar González
Río de Janeiro, EFE
"Mira a Lautaro Martínez, este es uno que quiere jugar, no tiene miedo. No es de los que piensan 'gastaron demasiado dinero en mí, tengo a Icardi enfrente. Este piensa, ¿Está Icardi? ok, vamos a ver quién juega".


Paolo Di Canio, 'el chico malo' del fútbol italiano, el terror de las defensas inglesas, caló pronto a Lautaro Martínez, convertido en menos de un año en ídolo del Inter y gran esperanza argentina a las puertas del mayor enfrentamiento posible, el duelo contra Brasil que da acceso a la final de la Copa América.

A la espera de que Leo Messi llegue a la Copa -por ahora ha tenido más contribución como capitán del plantel que como astro mundial- es Lautaro la gran aportación de la Albiceleste al torneo, el delantero que ha resuelto la papeleta en la era Scaloni.

'El toro', apodo que se ganó en su etapa en la pensión de Racing y que ha convertido en su marca, con logotipo incluido con la camiseta del Inter, está desbocado. Con Scaloni, ha marcado el doble de goles que Messi (6 por 3 del barcelonista).

Nacido hace 21 años en Bahía Blanca, surgido en la cantera de Racing, nieto de árbitro e hijo de futbolista, Mario un exdefensor al que le apodaron 'Pelusa', Lautaro es un inconformista, capaz de sentirse decepcionado después de marcarle tres goles a Cruzeiro en la Copa Libertadores -"perdí balones fáciles"- o de levantarse de la lona tras quedarse fuera del Mundial por una decisión muy cuestionada de Jorge Sampaoli.

Poco después de aquello, cuando ya Argentina había regresado con la cabeza gacha superada por Francia en los cuartos de final del Mundial ruso, Lautaro se decantaba por el Inter de Milán, dejando a Diego Simeone sin el atacante por el que había apostado para completar la delantera del Atlético. Hizo caso de Diego Milito, otro ídolo de La Academia, que le preparó un desembarco "tutelado" en Italia, junto a Mauro Icardi y supervisado por Javier Zanetti.

Como dijo Di Canio, al 'toro', con 20 años, no le importó el desafío. Escogió la camisa 10, la misma que anteriormente portaron Sandro Mazzola, Roberto Baggio o el propio Ronaldo Nazario -el 9 lo tenía entonces Iván Zamorano- y se dispuso a competir, incluso con Icardi.

Cuando los problemas del capitán interista enemistaron a Icardi con club y afición, salió Lautaro al rescate, para completar su primer año en Europa con 9 goles en la Serie A.

Luego, mientras el debate se centraba en la ausencia de Icardi de la Albiceleste o las dudas que exhibía Scaloni sobre si convocar a Sergio Agüero o no para la Copa América, Lautaro esperaba su momento.

No lo tuvo en el debut frente a Colombia, porque Scaloni decidió apostar por Ángel di María, pero forzado por la derrota (0-2) el técnico dio entrada al 'Toro' en la segunda jornada contra Paraguay. y, aunque no marcó, fue de los más destacados. Y, sobre todo, Messi se sintió más a gusto respaldado por Agüero y Lautaro.

A continuación, se ha encargado de desactivar todas las posibles crisis que amenazaban a los de Scaloni. Frente a Catar convirtió en gol un robo de balón junto al área rival que acabó con los nervios, en un partido en el que la Albiceleste se jugaba la peor actuación de su historia en la Copa América.

Su mejor momento, sin embargo, llegó contra Venezuela, en cuartos, cuando acabó a los 10 minutos con todas las dudas. De taco, desvió un disparo del 'Kun' Agüero sorprendiendo a Wuilker Faríñez. Fue el mejor. El toro está desbocado y es la principal amenaza de Brasil.

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