La batalla contra los plásticos la deben encabezar los supermercados
Para ganar la batalla, el planeta necesita que los humanos se adapten a una cultura de reciclaje y reutilización más profunda
Infobae
En los supermercados es común que se utilicen bolsas de plástico para transportar productos empaquetados con más plástico. Ante ese panorama, el famoso chef británico Huhg Fearnley-Whittingstall se cuestiona en un artículo para The Guardian, "¿qué se puede hacer tanto a nivel micro y macro para salvar el planeta de la amenaza plástica?".
Fearnley, quien además de ser chef también ha conducido varios programas de televisión, entre ellos War on Waste, reveló que más de 2.500 millones de vasos de papel revestidos de plástico obstruyen el sistema de desechos anualmente, en Reino Unido, debido a que no se pueden reciclar.
Una medida loable que han puesto en marcha grandes empresas cafeteras como Starbucks es la de proporcionar descuentos a sus clientes si llevan sus propias tazas, con esto, la reducción de vasos plásticos ha sido considerable.
En la dinámica de la batalla contra los plásticos, otro elemento que es fundamental, menciona el también crítico de comida, es la botella de agua recargable. La bondad de este tipo de utensilios es que se aminora la producción de grandes cantidades de basura plástica en el mundo.
Ejemplos como los anteriores, por el hecho de que se puede sustituir fácilmente en incluso impactan favorablemente en la economía de las personas, son cosas que se pueden adoptar de forma sencilla. Pero sacar de la vida otro tipo de plásticos de un solo uso puede ser algo más complejo.
De acuerdo con una prueba que hizo Fearnley para un programa de televisión en Bristol, Inglaterra, muchos de los vecinos participantes disminuyeron su consumo de botellas de plástico e incluso cambiaron sus cepillos de dientes tradicionales a unos hechos de madera o de bambú.
Sin embargo, algo que no lograron fue ir al supermercado y regresar a a casa sin tanto plástico. Y no se trata únicamente de reducir el número de bolsas con el que transportan sus compras, sino de intentar no adquirir los productos que ya están empaquetados con una gran cantidad de plástico.
Cuando inició la producción de este material, en la década de los 50, todo el mundo lo vio benéfico por su versatilidad y economía; pero no tuvieron en cuenta el gran impacto ambiental que produciría a partir de una de las características más sobresalientes: su durabilidad.
Fearnley, quien también es activista ambiental, piensa que "no tiene sentido usar un material que dura cientos de años sólo por unos pocos días o semanas. Esa es la esencia de los plásticos de un solo uso. Pero si reutilizamos el plástico, inmediatamente comenzamos a resolver el problema".
En su artículo, el chef relata que en el Reino Unido, un supermercado de toda la cadena Witrose fue el primero en "adoptar una experiencia de compra sin paquetes". Ahí los clientes llenan sus propios contenedores reutilizables con productos como frutas, verduras, vinos, cervezas e incluso productos de limpieza. No obstante, una única tienda no genera un impacto significativo.
En México, las cadenas Chedraui y Walmart anunciaron planes de reducción de su huella plástica a partir del uso de materiales reciclados en un 20% para la fabricación de los empaques de sus marcas. Asimismo, dejarán de utilizar policloruro de vinilo y poliestireno expandido para este fin.
El año pasado, Theresa May anunció que el gobierno del Reino Unido pretendía eliminar los desechos plásticos evitables para el 2043. Por su parte, el gobierno de la Ciudad de México a partir de 2021 pondrá en vigor una ley que prohíba la comercialización de este tipo de productos.
El planeta necesita que los humanos se adapten a una cultura de recarga. Sobre esto, la postura de Fearnley es dura: "Tenemos el derecho de exigir un replanteamiento rápido y radical del empaquetado (…) porque más de un tercio del plástico de nuestras vidas proviene de los supermercados".
Entonces, concluye el afamado chef, son esas empresas las que deben liderar el cambio para reducir el derrame de plásticos en el mundo, porque sin ellas es difícil imaginar que ocurra un cambio a gran escala.
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En los supermercados es común que se utilicen bolsas de plástico para transportar productos empaquetados con más plástico. Ante ese panorama, el famoso chef británico Huhg Fearnley-Whittingstall se cuestiona en un artículo para The Guardian, "¿qué se puede hacer tanto a nivel micro y macro para salvar el planeta de la amenaza plástica?".
Fearnley, quien además de ser chef también ha conducido varios programas de televisión, entre ellos War on Waste, reveló que más de 2.500 millones de vasos de papel revestidos de plástico obstruyen el sistema de desechos anualmente, en Reino Unido, debido a que no se pueden reciclar.
Una medida loable que han puesto en marcha grandes empresas cafeteras como Starbucks es la de proporcionar descuentos a sus clientes si llevan sus propias tazas, con esto, la reducción de vasos plásticos ha sido considerable.
En la dinámica de la batalla contra los plásticos, otro elemento que es fundamental, menciona el también crítico de comida, es la botella de agua recargable. La bondad de este tipo de utensilios es que se aminora la producción de grandes cantidades de basura plástica en el mundo.
Ejemplos como los anteriores, por el hecho de que se puede sustituir fácilmente en incluso impactan favorablemente en la economía de las personas, son cosas que se pueden adoptar de forma sencilla. Pero sacar de la vida otro tipo de plásticos de un solo uso puede ser algo más complejo.
De acuerdo con una prueba que hizo Fearnley para un programa de televisión en Bristol, Inglaterra, muchos de los vecinos participantes disminuyeron su consumo de botellas de plástico e incluso cambiaron sus cepillos de dientes tradicionales a unos hechos de madera o de bambú.
Sin embargo, algo que no lograron fue ir al supermercado y regresar a a casa sin tanto plástico. Y no se trata únicamente de reducir el número de bolsas con el que transportan sus compras, sino de intentar no adquirir los productos que ya están empaquetados con una gran cantidad de plástico.
Cuando inició la producción de este material, en la década de los 50, todo el mundo lo vio benéfico por su versatilidad y economía; pero no tuvieron en cuenta el gran impacto ambiental que produciría a partir de una de las características más sobresalientes: su durabilidad.
Fearnley, quien también es activista ambiental, piensa que "no tiene sentido usar un material que dura cientos de años sólo por unos pocos días o semanas. Esa es la esencia de los plásticos de un solo uso. Pero si reutilizamos el plástico, inmediatamente comenzamos a resolver el problema".
En su artículo, el chef relata que en el Reino Unido, un supermercado de toda la cadena Witrose fue el primero en "adoptar una experiencia de compra sin paquetes". Ahí los clientes llenan sus propios contenedores reutilizables con productos como frutas, verduras, vinos, cervezas e incluso productos de limpieza. No obstante, una única tienda no genera un impacto significativo.
En México, las cadenas Chedraui y Walmart anunciaron planes de reducción de su huella plástica a partir del uso de materiales reciclados en un 20% para la fabricación de los empaques de sus marcas. Asimismo, dejarán de utilizar policloruro de vinilo y poliestireno expandido para este fin.
El año pasado, Theresa May anunció que el gobierno del Reino Unido pretendía eliminar los desechos plásticos evitables para el 2043. Por su parte, el gobierno de la Ciudad de México a partir de 2021 pondrá en vigor una ley que prohíba la comercialización de este tipo de productos.
El planeta necesita que los humanos se adapten a una cultura de recarga. Sobre esto, la postura de Fearnley es dura: "Tenemos el derecho de exigir un replanteamiento rápido y radical del empaquetado (…) porque más de un tercio del plástico de nuestras vidas proviene de los supermercados".
Entonces, concluye el afamado chef, son esas empresas las que deben liderar el cambio para reducir el derrame de plásticos en el mundo, porque sin ellas es difícil imaginar que ocurra un cambio a gran escala.