Holanda vuelve a estar entre los grandes

Remontó un partido que se le había empinado tras un penalti cometido por De Ligt gracias a los regalos de Inglaterra. Holanda se medirá a Portugal en la final de la Liga de Naciones.

Guillem Balagué
As
En un partido que contó con errores infantiles en la construcción, Holanda, más valiente, confirmó su estatus de selección capaz de cualquier cosa tras una victoria que mereció y que le lleva a la primera final de la Liga de Naciones. Inglaterra mejora, pero de momento tiene un techo, las semifinales.


Desde el inicio, Holanda jugó, creo, superó las líneas que los pross tenían muy juntas, pero en el último pase y en el remate se mostraban inocentes. Inglaterra le tocó jugar a lo que les dejaron. Quería sacar el balón desde atrás pero la acumulación de rivales y un centro del campo deficiente le hacía perder la posesión. Así llegó el primer fallo grosero: De Ligt hizo un control horroroso, pero eso le ocurre a cualquiera. El problema es que su reacción nos recordó que es un central de 19 años: su entrada correctora fue penalti a Rashford que marcó su cuarto gol en las últimas seis titularidades. Los ingleses, como en Rusia ante Croacia, abrieron el marcador.

En la segunda parte, había que ver quién jugaba mejor con el resultado que era injusto. Inglaterra, ya con Kane sobre el campo, empezó a sentirse cómoda defendiendo muy atrás porque Holanda se había hecho con el balón pero seguía sin hacer daño. Cuatro ingleses muy atentos estaban dispuestos a salir a la contra. El partido tenía la tensión de una bolsa de patatas colgando del borde en una máquina expendedora que no acababa de caer. Fue De Ligt el que enmendó su error para marcar a la salida de un saque de esquina el merecido empate. El VAR anuló un gol de Inglaterra, que fue creciendo, y cuando el partido llegaba a los noventa minutos Depay, Bergwinj y Sterling tuvieron las ocasiones más claras hasta entonces.

Las prórrogas se juegan en la cabeza más que en la pizarra y Stones fue el que flojeó, un error parecido al de De Ligt que acabó con el gol clave, en propia puerta de Walker. Luego hizo lo mismo Barkley para el tercero y definitivo.

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