Habrá un Nadal-Federer en semifinales 14 años después

Nadal venció en tres sets al japonés Nishikori, en un partido que estuvo algo más de una hora parado por la lluvia. Se enfrentará a Federer, que apeó a Wawrinka.

Nacho Albarrán
As
En su actuación más regular, con apenas un par de altibajos y una interrupción de más de una hora por culpa de una rápida tormenta, Rafa Nadal tronó y se merendó a Kei Nishikori (6-1, 6-1 y 6-3 en 1h:51) en ruta hasta su duodécima semifinal en Roland Garros. Y ya se sabe lo que pasó después de las once anteriores, que el español levantó la Copa de los Mosqueteros. Nadie ha llegado tan lejos tantas veces como él. Pero en esta ocasión tendrá enfrente al rival de los rivales, Roger Federer, que ganó con épica a su compatriota Stan Wawrinka (7-6 (4), 4-6, 7-6 (5) y 6-4 en 3h:35). Será como en 2005, cuando Rafa venció al ganador del 20 Grand Slams el día de su cumpleaños y se enfrentarán en tierra (13-2, 5-0 en París para el balear) seis años, dos semanas y cinco días después de su duelo en la final de Roma 2013.

Sin hacer nada del otro mundo, Nadal dominó a placer el primer set. El japonés había jugado cuatro horas más que el manacorí hasta este martes y tres días seguidos por su aplazado encuentro contra Paire. Eso se notó bastante. Apoyado en sus buenos saques, Rafa pudo mover a Nishikori sin que este tuviera siquiera una opción de quiebre. No le hizo falta a español jugar con demasiada precisión para controlar a un rival sin chispa, vencido de salida. Rafa sumó dos roturas e inauguró la segunda manga con otra. Y ahí apareció el orgullo del nipón para recuperar inmediatamente la desventaja. Crecido, atacó con dureza en sus mejores momentos de juego ante un Nadal momentáneamente desconcertado. Pero acostumbra a alternar grandes golpes con fallos incomprensibles y eso facilitó la rápida reacción del campeón, que jugó con furia y se sacó varios conejos de la chistera para asegurarse el parcial.

Nishikori, hundido, caminó con paso lento y cabizbajo hacia su silla, casi pensando en la retirada, en evitar el suplicio de seguir oponiéndose a Nadal. Tuvo cerca un segundo break, pero no lo sumó y su resistencia terminó definitivamente. La profundidad y colocación de los tiros del número dos del mundo hicieron físicamente imposible el desempeño del séptimo favorito. El final se acercaba cuando sobre las 17:25, el cielo de encapotó y dejó casi sin luz la Philppe Chatrier, más alta desde la reforma. Tras perder un juego sin ir casi a por la pelota, Nadal no la veía bien, pero quería continuar y el supervisor decidió parar el partido alegando que, además, había previsión de tormenta. El de la Suzanne Lenglen entre Wawrinka y Federer también se detuvo entre rayos y truenos. Las pistas fueron cubiertas y el juego se reanudó una hora y pico después con el sol brillando de nuevo en el cielo parisino. Nadal tardó 10 minutos en acabar con Nishikori.

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