El Supremo de Brasil decide mantener encarcelado al expresidente Lula

El alto tribunal rechaza los dos 'habeas corpus' que reclaman que su primera condena sea anulada por la parcialidad del entonces juez Moro

Naiara Galarraga Gortázar
São Paulo, El País
El Supremo de Brasil ha negado este martes la liberación del expresidente de Brasil Lula da Silva tras rechazar las dos peticiones de habeas corpus presentadas por sus abogados con el argumento de que el juez Sergio Moro (ahora ministro de Jair Bolsonaro), el primero que le condenó, fue parcial. El análisis de la petición ha empezado en la sede del tribunal, en Brasilia, cuando prácticamente nadie lo esperaba y tras días de tira y afloja entre los propios miembros del tribunal. El primero de los habeas corpus ha sido rechazado por cuatro votos en contra y uno a favor, y el segundo por tres votos frente a dos. El tribunal no ha entrado a decidir si Moro fue parcial, si debe ser suspendido y por tanto el proceso contra el expresidente declarado nulo.


El Supremo retomó un debate que comenzó hace meses y lo hace días después de que su defensa reclamara que los diálogos de Moro con los fiscales de la Lava Jato revelados por The Intercept Brasil fueran incorporados a sus argumentos. Lula lleva 14 meses preso.

Los abogados del expresidente y líder del Partido de los Trabajadores (PT) reclamaban que el llamado caso del tríplex sea anulado. Lula, de 73 años, está condenado a ocho años de cárcel por corrupción pasiva y lavado de dinero por haber aceptado que una empresa constructora que tenía grandes contratos públicos hiciera unas obras en un apartamento playero de tres pisos que prácticamente nunca utilizó. Está condenado a otros 12 años de cárcel en un segundo caso similar y se enfrenta a un puñado de investigaciones judiciales más. El exmandatario y su partido sostienen que el encarcelamiento es fruto de una conspiración para arrebatar el poder a la izquierda.

Desde la semana pasada se especulaba en Brasil si el habeas corpus del expresidente entraría en el orden del día de este martes en vista de que el Supremo, que tiene el poder de decidir la agenda sobre la marcha, comienza en nada un receso hasta agosto.

Para la defensa de Lula su sospecha de que Moro fue parcial se vio confirmada cuando en otoño aceptó la propuesta del ultraderechista Bolsonaro de entrar en el Gabinete. Los mensajes que The Intercept está publicando por goteo muestran la supuesta coordinación e instrucciones del juez a los fiscales cuando la ley veta esos contactos. El ahora ministro de Justicia acudió la semana pasada a petición propia al Senado para responder a las preguntas sobre los diálogos con la Fiscalía. Allí rechazó todas las acusaciones de parcialidad y sostuvo que las instituciones son víctima de un ataque de un grupo criminal que quiere acabar con las conquistas de los brasileños contra la corrupción.

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