El interrogante Todibo
El francés de 19 años, publicitado ‘robo’ de mercado del Barça a la Juventus en invierno, es una de las opciones por la que apostar si De Ligt dice no. En el club preocupan algunos signos de rebeldía del jugador.
Juan Jiménez
As
El pasado abril, un detalle no pasó desapercibido para los responsables deportivos del Barça. Jean Clair Todibo, 19 años, se paseaba Diagonal arriba y abajo con un modelo de coche, cuanto menos, llamativo. Fue una señal negativa que disgustó. El asunto debió ir a más. Hace pocos días, Mundo Deportivo informó de la inquietud en la entidad al respecto de algunos comportamientos del joven futbolista francés, cuya deriva no era la que esperaba el Barça. Últimamente habría “desoído consejos” y habría descuidado sus descansos en lo que era un gran eufemismo de sus peligrosos inicios en la vida nocturna barcelonesa.
El futuro inmediato de Todibo es una incógnita. Si De Ligt dice sí al Barça, el club azulgrana deberá buscarle una salida en forma de cesión. Pero si De Ligt da la espantada, sería difícil de entender que el joven francés nacido en Cayenne, la Guayana, no permaneciese en la primera plantilla después de la gloria que se dio el club por haber conseguido un ‘robo’ de mercado. El Barça presumió de haberse adelantado a clubes poderosos como la Juventus para llevarse al que consideran uno de los grandes talentos del fútbol europeo, que terminaba contrato el 30 de junio. Además de cerrar un contrato con el jugador, llegó a un acuerdo con el Toulouse. Pagó un millón de euros y acordó dos más en variables para que el jugador llegase en enero, ya que su anterior club le había comunicado que no jugaría más.
Todibo, criado en el Les Lilas 83, un club del barrio parisino del barrio de Saint Denis, aterrizó en el Barça jovencísimo y con sólo diez partidos en la élite. En el Barça sólo jugó dos cuando los azulgrana ya tenían LaLiga ganada. “Sé lo que significa jugar con el número seis”, admitió conocedor de la leyenda de Xavi. Como jugador, Todibo no tiene nada que ver. Tremendo físicamente, en Francia los entusiastas lo ven como el nuevo Varane, pero estuvo a punto de no ir al Mundial Sub-20, en el que sólo ha jugado 31 minutos en cuatro partidos. Francia perdió 2-3 ante Mali.
Admirador de Pirlo, en Barcelona ha hecho migas con Dembélé. Frecuenta algún buen restaurante italiano. Nada más llegar a Barcelona se definió como “un enamorado del fútbol y de la pelota”. En el club ya es prioridad que Todibo mantenga ese eslogan porque un buen proyecto de futbolista puede irse al traste. De momento, ni siquiera está resuelto su futuro para la temporada que viene. Es uno de los efectos colaterales del huracán De Ligt. Nadie como Todibo, que ha tenido una segunda oportunidad en el fútbol (con ocho años, un coche se lo llevó por delante y le rompió del peroné al tobillo de una de sus piernas) sabe del regalo que tiene jugando en el Barça.
Juan Jiménez
As
El pasado abril, un detalle no pasó desapercibido para los responsables deportivos del Barça. Jean Clair Todibo, 19 años, se paseaba Diagonal arriba y abajo con un modelo de coche, cuanto menos, llamativo. Fue una señal negativa que disgustó. El asunto debió ir a más. Hace pocos días, Mundo Deportivo informó de la inquietud en la entidad al respecto de algunos comportamientos del joven futbolista francés, cuya deriva no era la que esperaba el Barça. Últimamente habría “desoído consejos” y habría descuidado sus descansos en lo que era un gran eufemismo de sus peligrosos inicios en la vida nocturna barcelonesa.
El futuro inmediato de Todibo es una incógnita. Si De Ligt dice sí al Barça, el club azulgrana deberá buscarle una salida en forma de cesión. Pero si De Ligt da la espantada, sería difícil de entender que el joven francés nacido en Cayenne, la Guayana, no permaneciese en la primera plantilla después de la gloria que se dio el club por haber conseguido un ‘robo’ de mercado. El Barça presumió de haberse adelantado a clubes poderosos como la Juventus para llevarse al que consideran uno de los grandes talentos del fútbol europeo, que terminaba contrato el 30 de junio. Además de cerrar un contrato con el jugador, llegó a un acuerdo con el Toulouse. Pagó un millón de euros y acordó dos más en variables para que el jugador llegase en enero, ya que su anterior club le había comunicado que no jugaría más.
Todibo, criado en el Les Lilas 83, un club del barrio parisino del barrio de Saint Denis, aterrizó en el Barça jovencísimo y con sólo diez partidos en la élite. En el Barça sólo jugó dos cuando los azulgrana ya tenían LaLiga ganada. “Sé lo que significa jugar con el número seis”, admitió conocedor de la leyenda de Xavi. Como jugador, Todibo no tiene nada que ver. Tremendo físicamente, en Francia los entusiastas lo ven como el nuevo Varane, pero estuvo a punto de no ir al Mundial Sub-20, en el que sólo ha jugado 31 minutos en cuatro partidos. Francia perdió 2-3 ante Mali.
Admirador de Pirlo, en Barcelona ha hecho migas con Dembélé. Frecuenta algún buen restaurante italiano. Nada más llegar a Barcelona se definió como “un enamorado del fútbol y de la pelota”. En el club ya es prioridad que Todibo mantenga ese eslogan porque un buen proyecto de futbolista puede irse al traste. De momento, ni siquiera está resuelto su futuro para la temporada que viene. Es uno de los efectos colaterales del huracán De Ligt. Nadie como Todibo, que ha tenido una segunda oportunidad en el fútbol (con ocho años, un coche se lo llevó por delante y le rompió del peroné al tobillo de una de sus piernas) sabe del regalo que tiene jugando en el Barça.