El general que lideró el intento golpista de 1992 con Hugo Chávez sufre torturas y está incomunicado

La familia de Miguel Eduardo Rodríguez Torres no sabe dónde está. Sus hijas, padres, hermanos y amigos están alarmados

Sebastiana Barráez
desde Caracas, Venezuela
El hoy mayor general (Ej) Miguel Eduardo Rodríguez Torres es uno de los líderes más visibles del movimiento 4F, como se lo conoce al grupo de quienes participaron en la intentona golpista de Hugo Chávez en 1992 contra el entonces presidente Carlos Andrés Pérez. Jamás imaginó que la revolución que ayudó a instalar y consolidar hoy lo tuviera detenido, incomunicado y desaparecido, mientras que su pareja fue detenida y torturada.


Hoy hace 55 días, desde el 28 de abril, que su familia no sabe dónde está. Nadie lo ha visto, no ha habido ninguna llamada telefónica, ningún custodio dice si está en Dgcim, Ramo Verde, Sebin o Ramo Verde.

En su expediente dice que fue trasladado desde DGCIM hasta el Regimiento 35 de la Policía Militar en Fuerte Tiuna, pero ni siquiera su abogado lo puede certificar porque tampoco le han permitido verlo o hablarle.

Sus hijas, padres, hermanos y amigos están alarmados. El general, que hasta el 2014 fue el poderoso ministro del Interior, tiene problemas de salud, por lo que sus médicos habían ordenado su traslado al hospital para intervenciones quirúrgicas y tratamientos médicos.

No solo no recibe atención médica sino que su familia señala que su caso "ha estado plagado de vicios, de retardos procesales, denegación de justicia y de violación al derecho a su defensa".

De nada ha servido que el 7 de junio se haya ejercido un recurso de Hábeas Corpus para que las autoridades judiciales realicen las actuaciones necesarias para dar con su paradero. No hay ni siquiera una fe de vida del Mayor General.

La familia informa que se han enviado comunicaciones tanto a la Fiscalía Militar como a la Fiscalía de Derechos Fundamentales, a la Defensoría del Pueblo y al propio Tribunal de Control y Garantías que es el garante de su seguridad. Ni respuesta hay.

La hija mayor del oficial, Stefani Rodríguez, dijo: "Denuncié la desaparición forzada de mi papá y exijo una fe de vida". Pide que DGCIM o Policía Militar les digan dónde está el alto oficial.

El ex alcalde distrital del Alto Apure, Jorge Rodríguez, es el padre de Rodríguez Torres y exige una fe de vida y el derecho a visitarlo. "Vengo a denunciar ante Venezuela y el mundo la desaparición forzada de mi hijo. Hemos ido a los diferentes sitios de reclusión y no nos dan respuesta".

La madre del militar desaparecido es Jeninie de Rodríguez, quien aseguró: "No sé de mi hijo. Ni siquiera los abogados lo han podido ver. Le pido a quienes tienen injerencia en este caso que me ayuden".

Jorge Luis Rodríguez Torres, hermano del general detenido, le solicitó públicamente a la Comisionada de la ONU, Michelle Bachelet, que revise el expediente porque se le ha violado el debido proceso, la visita de sus familiares, la asistencia de su defensa, a la vez que denuncia que está desparecido.

Danelly Rodríguez, por su parte, se dirigió a Bachelet: "Mi hermano ha sido impedido de visitas familiares. Usted, que vivió torturas, desapariciones y fue víctima de una dictadura puede entender nuestra situación. Hasta ahora nadie nos ha atendido. Mi hermano ha dado la vida por este país y no merece el trato que le están dando".
Miguel Rodríguez Torres es torturado y está incomunicado
Miguel Rodríguez Torres es torturado y está incomunicado

Su pareja torturada y detenida

Rocío Ramírez es de La Grita, un pueblo ubicado en las montañas del estado Táchira y es la pareja sentimental de Rodríguez Torres. Hace unas semanas fue detenida por funcionarios de la DGCIM, incomunicada y luego presentada en el tribunal 45 de Control del Área Metropolitana de Caracas. La Fiscalía 38 con competencia nacional pidió privativa de libertad y permanece recluida en la sede de la Dgcim.

El sábado 18 de mayo por la noche fue llevada a la sede de la Dgcim. Días después varios testigos aseguran que una mujer era trasladada internamente de un lugar a otro en la Dgcim, en silla de ruedas y demostraba estar brutalmente golpeada. De repente la mujer gritó con todas sus fuerzas que ella era la esposa de Rodríguez Torres, que estaba allí secuestrada y pidió auxilio.

El custodio le tapó la boca y la llevó hacia un lugar cerrado. Un silencio incómodo rodea el caso. No hay una sola manifestación que dé cuenta de qué sucede con la dama. Tampoco con Rodríguez Torres.

Su detención habría sido por la presunción de que habría estado planificando un plan de fuga de su pareja, para lo cual habría convencido para que participara el sargento Luis Armando Monsalve Estaba, custodio de ese centro de Inteligencia, quien al ser descubierto fue detenido, torturado y en el marco de un sórdido hecho que no está claramente establecido se habría suicidado lanzándose del piso tres del edificio de la DGCIM en Boleíta en Caracas el 14 de mayo.

Algunos compañeros de armas de Rodríguez Torres, que participaron con el aquel 4 de febrero de 1992, aseguran que a quienes participaron en esas asonadas militares nunca se les trató, por parte de los gobiernos anteriores, con tanta crueldad como lo ha hecho la revolución bolivariana.

Ahora saben que abrieron paso a un monstruo que no tiene respeto alguno por los derechos humanos de quienes disienten del poder.

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