Cristiano conduce a la final de la Liga de Naciones con un hat-trick
Abrió el marcador, empató Suiza con un penalti de Rodríguez concedido por el VAR, y el portugués, en el 87' y 89' sentenció el encuentro.
Ignacio Camacho
As
Ver un partido de la selección portuguesa es como visionar por enésima vez una película en la que el espectador se sabe el final de memoria. Ayer, como suele ocurrir en tantos y tantos partidos de Portugal, el rival puso el juego y las mejores ocasiones y Cristiano la pegada.
El partido comenzó con una noticia esperada: Joao Félix y Cristiano, pasado, presente y futuro de la selección, jugarían juntos por primera vez. El del Benfica se estrenaba con la absoluta y los nervios se apoderaron de él. Apenas intervino y cuando lo hizo, no estuvo acertado. El chico fue sustituido en el 70’ por Guedes, mucho más curtido en batallas como la de ayer.
Para Cristiano, levantar la Serie A en su primer año en la Juventus no es suficiente. Quiere la Liga de Naciones. Al poco de empezar el partido rozó el poste y en el 25’ se apoderó del balón para lanzar una falta inexistente al borde del área. El tomahawk, marca de la casa, cogió un efecto diabólico que despistó a Sommer y acabó en el fondo de la red.
En la segunda parte, el VAR apartó a Cristiano de los focos para hacerse con el protagonismo. En el enésimo balón al área que buscaba a Seferovic, el delantero suizo se cayó, aparentemente sin ayuda, después de que Pepe ya hubiera despejado el peligro y en la jugada siguiente, Brych acabaría señalando un penalti clarísimo a Bernardo Silva, que se disponía a empujar el balón a la red en el área pequeña. Fue entonces cuando desde el VOR llamaron al árbitro para que viera la jugada anterior. Seferovic cayó y puede que hubiera un leve contacto previo con Semedo en la carrera. Nadie puede decir a ciencia cierta si el roce era suficiente para pitar penalti y si el VAR está para casos tan rigurosos como éste. El caso es que Portugal vio como en un minuto el penalti que iba a suponer el 2-0 acabó siendo el del 1-1. Rui Patricio adivinó la intención de Ricardo Rodríguez pero el balón se le escapo por poco.
Suiza se vino arriba y empezó a llegar con asiduidad. Todos los balones buscaban a Seferovic, más aún cuando Pepe se retiró lesionado. Pero como casi siempre, Cristiano apareció para meter a su equipo en la final de la Liga de Naciones. Cuando el partido olía a prórroga, el portugués cazó de volea en la frontal del área un pase de Bernardo para hacer el 2-1. Para completar la fiesta, acabó llevándose el balón del partido por marcar el 3-1 en el descuento.
Ignacio Camacho
As
Ver un partido de la selección portuguesa es como visionar por enésima vez una película en la que el espectador se sabe el final de memoria. Ayer, como suele ocurrir en tantos y tantos partidos de Portugal, el rival puso el juego y las mejores ocasiones y Cristiano la pegada.
El partido comenzó con una noticia esperada: Joao Félix y Cristiano, pasado, presente y futuro de la selección, jugarían juntos por primera vez. El del Benfica se estrenaba con la absoluta y los nervios se apoderaron de él. Apenas intervino y cuando lo hizo, no estuvo acertado. El chico fue sustituido en el 70’ por Guedes, mucho más curtido en batallas como la de ayer.
Para Cristiano, levantar la Serie A en su primer año en la Juventus no es suficiente. Quiere la Liga de Naciones. Al poco de empezar el partido rozó el poste y en el 25’ se apoderó del balón para lanzar una falta inexistente al borde del área. El tomahawk, marca de la casa, cogió un efecto diabólico que despistó a Sommer y acabó en el fondo de la red.
En la segunda parte, el VAR apartó a Cristiano de los focos para hacerse con el protagonismo. En el enésimo balón al área que buscaba a Seferovic, el delantero suizo se cayó, aparentemente sin ayuda, después de que Pepe ya hubiera despejado el peligro y en la jugada siguiente, Brych acabaría señalando un penalti clarísimo a Bernardo Silva, que se disponía a empujar el balón a la red en el área pequeña. Fue entonces cuando desde el VOR llamaron al árbitro para que viera la jugada anterior. Seferovic cayó y puede que hubiera un leve contacto previo con Semedo en la carrera. Nadie puede decir a ciencia cierta si el roce era suficiente para pitar penalti y si el VAR está para casos tan rigurosos como éste. El caso es que Portugal vio como en un minuto el penalti que iba a suponer el 2-0 acabó siendo el del 1-1. Rui Patricio adivinó la intención de Ricardo Rodríguez pero el balón se le escapo por poco.
Suiza se vino arriba y empezó a llegar con asiduidad. Todos los balones buscaban a Seferovic, más aún cuando Pepe se retiró lesionado. Pero como casi siempre, Cristiano apareció para meter a su equipo en la final de la Liga de Naciones. Cuando el partido olía a prórroga, el portugués cazó de volea en la frontal del área un pase de Bernardo para hacer el 2-1. Para completar la fiesta, acabó llevándose el balón del partido por marcar el 3-1 en el descuento.