Charles Aránguiz, la estrella en la sombra
Gerard Soler
Porto Alegre, EFE
Charles Aránguiz no tiene el carisma de Arturo Vidal ni los millones de seguidores de Alexis Sánchez en Instagram, pero es una pieza indispensable en el engranaje de la selección chilena más exitosa de la historia.
Así lo está demostrando en la Copa América de Brasil, en la que Chile disputará el miércoles las semifinales contra Perú en Porto Alegre, ciudad en la que despegó su trayectoria en el fútbol internacional.
Aránguiz, de 30 años, ofrece en cada partido un recital de despliegue físico y orden táctico en el centro del campo. Es un todoterreno, aplicado en defensa y expeditivo para sumarse al ataque, y además un seguro de vida en el lanzamiento de penaltis.
Junto a Erick Pulgar y Arturo Vidal conforma la que probablemente sea la línea de medios más competitiva y equilibrada del torneo, y la columna vertebral de una Roja que busca su tercera Copa América consecutiva.
Aránguiz es un tipo tímido y de pocas palabras que huye de las cámaras y los flashes, pero sus compañeros y en especial su entrenador, el colombiano Reinaldo Rueda, saben que la selección chilena de estos últimos años no se explica sin su presencia.
"Lo de Charles es muy meritorio y destacable. Un jugador que no es mediático, nunca lo nombran. Y es titular en la Bundesliga todas las semanas 90 minutos", dijo Rueda hace algunos días.
El centrocampista ha jugado todos los minutos en los cuatro partidos que ha jugado la Roja hasta el momento y es el máximo asistente del torneo con tres pases de gol.
Además contribuyó con un gol en la tanda de penaltis en el duelo de cuartos de final contra Colombia. Y lo hizo con un tiro con su sello particular, seco, potente y colocado arriba a un lado del arquero.
Aránguiz se ha convertido en un auténtico especialista en los lanzamientos desde los once metros. En las seis definiciones por penaltis que ha tenido Chile desde el Mundial de Brasil 2014, en todas ha tirado y siempre ha marcado.
Apodado 'el Príncipe' por un narrador de partidos chileno hace más de una década, Aránguiz es uno de los jugadores más queridos por la afición de su país.
Nació y se crió en Puente Alto, un populoso y humilde barrio en el sur de Santiago donde ahora un hincha ha emprendido una campaña de recogida de firmas en internet para cambiar el nombre de esa comuna por el del futbolista: Charles Mariano Aránguiz Sandoval.
Se formó en la categorías inferiores de la Universidad de Chile pero debutó en primera división con la camiseta del Cobreloa, como también hizo su compañero Alexis Sánchez.
Unos años después regresó a la U de Chile, donde se consagró en un equipo que, bajo la batuta del argentino Jorge Sampaoli, ganó en 2011 la Copa Sudamericana, el primer título internacional del club.
Ese exitoso plantel de la U de Chile fue la base de la selección chilena que ganó las Copas América de 2015 y 2016, con jugadores como Eduardo Vargas, Marcelo Díaz y Johnny Herrera.
En 2014 dio un paso adelante en su trayectoria y firmó por el Internacional de Porto Alegre, donde rápidamente se hizo un sitio en el equipo titular y fue clave en la obtención de dos Campeonatos Gaúcho.
Después de dos años en Brasil llegaría el momento de dar el salto a Europa. El Bayer Leverkusen desembolsó cerca de 20 millones de euros para ficharlo y Aránguiz llegó al fútbol alemán, donde los inicios no fueron fáciles.
Sin haber apenas jugado, se rompió el tendón de Aquiles en un entrenamiento en agosto de 2015 y pasó la primera temporada en blanco.
Debutó oficialmente en abril de 2016 y desde entonces ha jugado con regularidad en el conjunto alemán con la excepción de algunos periodos en los que ha estado lesionado.
Durante la Copa América, la cuenta oficial en español del Bayer Leverkusen en Twitter sigue con entusiasmo las andanzas de su futbolista.
El próximo miércoles, el 'Príncipe' Aránguiz, fiel escudero del 'Rey' Arturo Vidal, buscará la tercera final consecutiva para la Roja en el torneo de selecciones más antiguo del mundo.
Porto Alegre, EFE
Charles Aránguiz no tiene el carisma de Arturo Vidal ni los millones de seguidores de Alexis Sánchez en Instagram, pero es una pieza indispensable en el engranaje de la selección chilena más exitosa de la historia.
Así lo está demostrando en la Copa América de Brasil, en la que Chile disputará el miércoles las semifinales contra Perú en Porto Alegre, ciudad en la que despegó su trayectoria en el fútbol internacional.
Aránguiz, de 30 años, ofrece en cada partido un recital de despliegue físico y orden táctico en el centro del campo. Es un todoterreno, aplicado en defensa y expeditivo para sumarse al ataque, y además un seguro de vida en el lanzamiento de penaltis.
Junto a Erick Pulgar y Arturo Vidal conforma la que probablemente sea la línea de medios más competitiva y equilibrada del torneo, y la columna vertebral de una Roja que busca su tercera Copa América consecutiva.
Aránguiz es un tipo tímido y de pocas palabras que huye de las cámaras y los flashes, pero sus compañeros y en especial su entrenador, el colombiano Reinaldo Rueda, saben que la selección chilena de estos últimos años no se explica sin su presencia.
"Lo de Charles es muy meritorio y destacable. Un jugador que no es mediático, nunca lo nombran. Y es titular en la Bundesliga todas las semanas 90 minutos", dijo Rueda hace algunos días.
El centrocampista ha jugado todos los minutos en los cuatro partidos que ha jugado la Roja hasta el momento y es el máximo asistente del torneo con tres pases de gol.
Además contribuyó con un gol en la tanda de penaltis en el duelo de cuartos de final contra Colombia. Y lo hizo con un tiro con su sello particular, seco, potente y colocado arriba a un lado del arquero.
Aránguiz se ha convertido en un auténtico especialista en los lanzamientos desde los once metros. En las seis definiciones por penaltis que ha tenido Chile desde el Mundial de Brasil 2014, en todas ha tirado y siempre ha marcado.
Apodado 'el Príncipe' por un narrador de partidos chileno hace más de una década, Aránguiz es uno de los jugadores más queridos por la afición de su país.
Nació y se crió en Puente Alto, un populoso y humilde barrio en el sur de Santiago donde ahora un hincha ha emprendido una campaña de recogida de firmas en internet para cambiar el nombre de esa comuna por el del futbolista: Charles Mariano Aránguiz Sandoval.
Se formó en la categorías inferiores de la Universidad de Chile pero debutó en primera división con la camiseta del Cobreloa, como también hizo su compañero Alexis Sánchez.
Unos años después regresó a la U de Chile, donde se consagró en un equipo que, bajo la batuta del argentino Jorge Sampaoli, ganó en 2011 la Copa Sudamericana, el primer título internacional del club.
Ese exitoso plantel de la U de Chile fue la base de la selección chilena que ganó las Copas América de 2015 y 2016, con jugadores como Eduardo Vargas, Marcelo Díaz y Johnny Herrera.
En 2014 dio un paso adelante en su trayectoria y firmó por el Internacional de Porto Alegre, donde rápidamente se hizo un sitio en el equipo titular y fue clave en la obtención de dos Campeonatos Gaúcho.
Después de dos años en Brasil llegaría el momento de dar el salto a Europa. El Bayer Leverkusen desembolsó cerca de 20 millones de euros para ficharlo y Aránguiz llegó al fútbol alemán, donde los inicios no fueron fáciles.
Sin haber apenas jugado, se rompió el tendón de Aquiles en un entrenamiento en agosto de 2015 y pasó la primera temporada en blanco.
Debutó oficialmente en abril de 2016 y desde entonces ha jugado con regularidad en el conjunto alemán con la excepción de algunos periodos en los que ha estado lesionado.
Durante la Copa América, la cuenta oficial en español del Bayer Leverkusen en Twitter sigue con entusiasmo las andanzas de su futbolista.
El próximo miércoles, el 'Príncipe' Aránguiz, fiel escudero del 'Rey' Arturo Vidal, buscará la tercera final consecutiva para la Roja en el torneo de selecciones más antiguo del mundo.