Argentina fue más agresiva y ofensiva, pero arriesgo atrás

Brasil, AS
Argentina progresa adecuadamente. Ese podría ser el resumen analizando el desarrollo táctico del equipo de Lionel Scaloni ante Qatar. El técnico, consciente de que tenía que ganar el partido, apostó por un equipo y una idea de juego más ofensiva. La albiceleste acumuló muchos hombres por delante de la línea la pelota, generó superioridades y ejerció una presión adelantada que provocó las continuas pérdidas del rival.


Gracias a un poblado centro del campo, Argentina fue capaz de tener el control de la posesión. Los centrales tenían libertad para buscar una salida clara por cualquiera de la bandas pero, en caso de que no pudieran hacerlo, Paredes era el encargado de hacer avanzar el juego, a veces llegando a incrustarse entre los defensores para hacerlo. A pesar de que la mayoría de ataques argentinos llegaron por evolución, el jugador del PSG u Otamendi, ambos de buen desplazamiento, buscaron balones largos a la espalda de los laterales, especialmente por el costado derecho donde se desplegó con peligro Renzo Saravia.

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El lateral fue muy importante por dos motivos: fue capaz de mantener atado al costado zurdo de los qataríes y generó superioridades constantes. La mayoría de ataques argentinos llegaron por su lado, ya que por el izquierdo Tagliafico no subía con tanta libertad y Lo Celso abandonaba la banda en numerosas ocasiones para ayudar por dentro. 
Además de llevar el control del juego. Argentina fue capaz de robar con contudencia. El principal motivo era la presión adelantada y tras pérdida que ejercía el equipo en campo rival. Qatar, a la que le costaba mucho abrirse cuando recuperaba por la pelota, intentaba salir por dentro y se encontraba siempre con una camiseta albiceleste en el camino. De esa presión alta llegó el gol de Lautaro en el minuto 3' de partido: dejan al central sin opciones obligándolo a dar un pase largo y provocando el error.
En el segundo tiempo Argentina replegó y esto permitió que se igualará la posesión (54%-46%). A pesar de esto, seguía atacando con muchos hombres. Scaloni dio entrada a Acuña para aprovechar su velocidad, pero dejó en cancha a Lautaro y Agüero, sabiendo que serían importantes para aguantar la pelota o cazar algún centro lateral. Messi dio un paso atrás para ayudar en la creación. Esto obligó a Qatar a mantener a muchos jugadores en defensa, fijando marcas para evitar remates. Hasta 19 remates hizo a la portería de Al Sheeb.
Esta idea ofensiva obligó a Argentina a arriesgar atrás. Si por cualquier motivo perdía la pelota y no ejercía una presión efectiva, Qatar lo pagaba con buenas salidas en velocidad, aprovechando la velocidad de sus delanteros. Otamendi y Foyth eran los encargados de tapar a Afif y Ali, con el peligro de llegar tarde a la marca y generar desequilibrios. Aún así, fueron capaces de ahogarlos con cierta suficiencia.

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