Una renovación delicada en el Barça que apunta a 2021
Siete titulares del Barça en Anfield superan los 30 años. El Barça empieza a exigir una transformación pero ni el peso del vestuario ni la duración de los contratos la hace sencilla. 2021 es la fecha probable. Año electoral y fin de contrato de Messi.
Juan Jiménez
As
Siete titulares del Barça en Anfield tenían 30 o más años. Pese a que históricos como Daniel Alves, Puyol, Xavi o Iniesta se marcharon, la columna vertebral de este equipo de leyenda que lidera Messi con 34 títulos permanece. Pero también se hace mayor. Messi, líder de esta era ganadora, va camino de los 32 años que ya tienen Piqué o Suárez. Vidal cumplirá en los próximos días 32; Rakitic termina de hacer 31; Busquets llega en julio a 31; y Alba alcanzó el umbral de los 30. Desastres como el de Turín, Roma o Anfield invitan a Bartomeu a decir que se hará una "reflexión profunda", pero el margen de maniobra del Barça realmente no es tan alto en su plantilla. El Barça ha intentado empezar a atacar una transformación con fichajes como Lenglet, Arthur, Dembélé o De Jong, pero los pesos pesados de la plantilla tienen en casi todos los casos contratos largos que sitúan la realidad en otro plano. O se toman medidas drásticas, algo que no se producirá salvo sorpresa monumental porque la mayoría de vacas sagradas son leyendas del club, o todo continuará en la misma dirección como mínimo hasta 2021, cuando finaliza su contrato Messi. Por cierto, en curso electoral. Ese año, 2021, será básico para el futuro del Barça.
De los siete titulares en Anfield que superan los 30 años, Rakitic, Messi, Suárez y Vidal tienen contrato hasta 2021; Piqué amplió su contrato hasta 2022; Busquets, hasta 2023; Alba, hasta 2024. Sólo el croata y el chileno aparecen como opciones reales de venta. Además, todos los movimientos de Bartomeu en los últimos tiempos, y no sólo en fútbol sino en el resto de secciones, han ido en esa dirección. Construir hasta 2021, el año del fin del contrato de Messi y de las elecciones. Y, por cierto, con Valverde. El Txingurri renovó hasta 2020 pero con opción hasta 2021. Porque el plan de Bartomeu, por más que ahora la sangre ande caliente, era que fuese su entrenador hasta final de mandato para transmitir estabilidad.
Después de noches como la de Roma o la de Liverpool, a un presidente le "dan ganas de romperlo todo" como dijo Bartomeu tras el fracaso del Olímpico, pero el Barça, tal y como se entiende hoy, está construido en torno a Messi. Al argentino se le ha creado el mejor entorno posible y el proyecto descansa sobre él, que se siente cómodo en un vestuario lleno de gente con la que lleva compartiendo muchos años. Y al que se le han intentado ir encontrando los complementos para seguir ganando. Romper ese ecosistema o entrar de golpe dentro podría resultar contraproducente y terminar haciéndolo implosionar. Es difícil imaginar un escenario en el que Bartomeu quiera cortar por lo sano. Son los capitanes, Messi, Busquets y Piqué, los que gobiernan ese vestuario hace años y lo hacen soportable. Un vestuario cargado de egos que si no se siente cómodo puede hacer la vida imposible a cualquiera. De ahí que la continuidad de Valverde, si es que él mismo no decide irse, parezca lo más lógico. Por eso puede haber retoques, pero es difícil que haya cambio de vida. Pese a desastres como el de Liverpool, el Big Bang del Barça es posible que aún deba esperar un par de años más. Cómo hacer finalizar bien el ciclo de Messi es la gran gestión.
Juan Jiménez
As
Siete titulares del Barça en Anfield tenían 30 o más años. Pese a que históricos como Daniel Alves, Puyol, Xavi o Iniesta se marcharon, la columna vertebral de este equipo de leyenda que lidera Messi con 34 títulos permanece. Pero también se hace mayor. Messi, líder de esta era ganadora, va camino de los 32 años que ya tienen Piqué o Suárez. Vidal cumplirá en los próximos días 32; Rakitic termina de hacer 31; Busquets llega en julio a 31; y Alba alcanzó el umbral de los 30. Desastres como el de Turín, Roma o Anfield invitan a Bartomeu a decir que se hará una "reflexión profunda", pero el margen de maniobra del Barça realmente no es tan alto en su plantilla. El Barça ha intentado empezar a atacar una transformación con fichajes como Lenglet, Arthur, Dembélé o De Jong, pero los pesos pesados de la plantilla tienen en casi todos los casos contratos largos que sitúan la realidad en otro plano. O se toman medidas drásticas, algo que no se producirá salvo sorpresa monumental porque la mayoría de vacas sagradas son leyendas del club, o todo continuará en la misma dirección como mínimo hasta 2021, cuando finaliza su contrato Messi. Por cierto, en curso electoral. Ese año, 2021, será básico para el futuro del Barça.
De los siete titulares en Anfield que superan los 30 años, Rakitic, Messi, Suárez y Vidal tienen contrato hasta 2021; Piqué amplió su contrato hasta 2022; Busquets, hasta 2023; Alba, hasta 2024. Sólo el croata y el chileno aparecen como opciones reales de venta. Además, todos los movimientos de Bartomeu en los últimos tiempos, y no sólo en fútbol sino en el resto de secciones, han ido en esa dirección. Construir hasta 2021, el año del fin del contrato de Messi y de las elecciones. Y, por cierto, con Valverde. El Txingurri renovó hasta 2020 pero con opción hasta 2021. Porque el plan de Bartomeu, por más que ahora la sangre ande caliente, era que fuese su entrenador hasta final de mandato para transmitir estabilidad.
Después de noches como la de Roma o la de Liverpool, a un presidente le "dan ganas de romperlo todo" como dijo Bartomeu tras el fracaso del Olímpico, pero el Barça, tal y como se entiende hoy, está construido en torno a Messi. Al argentino se le ha creado el mejor entorno posible y el proyecto descansa sobre él, que se siente cómodo en un vestuario lleno de gente con la que lleva compartiendo muchos años. Y al que se le han intentado ir encontrando los complementos para seguir ganando. Romper ese ecosistema o entrar de golpe dentro podría resultar contraproducente y terminar haciéndolo implosionar. Es difícil imaginar un escenario en el que Bartomeu quiera cortar por lo sano. Son los capitanes, Messi, Busquets y Piqué, los que gobiernan ese vestuario hace años y lo hacen soportable. Un vestuario cargado de egos que si no se siente cómodo puede hacer la vida imposible a cualquiera. De ahí que la continuidad de Valverde, si es que él mismo no decide irse, parezca lo más lógico. Por eso puede haber retoques, pero es difícil que haya cambio de vida. Pese a desastres como el de Liverpool, el Big Bang del Barça es posible que aún deba esperar un par de años más. Cómo hacer finalizar bien el ciclo de Messi es la gran gestión.