Suso guía al Milán a volver a soñar con jugar la Champions

El español adelantó a los rossoneri, Borini hizo el segundo y Destro marcó para el Bolonia. El Milán se pone a tres puntos del cuarto puesto ocupado por el Atalanta. Hubo tres expulsados.

Mirko Calemme
As
El Milán, tras una de las crisis más complicadas de su temporada, vuelve a acercarse a los puestos de Champions gracias a una sufrida victoria con el Bolonia: el 2-1 le deja, como el Roma, a tres puntos del cuarto puesto ocupado por el Atalanta, cuando faltan tres jornadas para el final. La lucha está todavía muy abierta.


Los rossoneri comenzaron bien, buscando el gol varias veces a balón parado y con remates desde la distancia. El equipo boloñés, imparable desde la llegada de Mihajlovic, sin embargo cuando salía de su área daba miedo: un precioso pase largo de Sansone encontró a Orsolini, cuya rosca no acabó en la red gracias a un atento Donnarumma. Palacio, además, marcó el 0-1 siempre a pase del ex del Villarreal, pero en fuera de juego y fue anulado.

Gattuso perdió por lesión a Biglia (quiso sustituirlo con Bakayoko y acabó discutiendo mucho con él: otro lío) y en su lugar puso al joven José Mari que, antes del descanso, cedió a Suso el balón del 1-0. El gaditano, entre tres rivales, rompió una sequía comenzada al final de enero con un zurdazo ruso, firmando su séptima diana de este curso.

El técnico milanista también tuvo que prescindir de Calhanoglu en el comienzo de la segunda mitad, pero su sustituto Borini pareció sentenciar la contienda cinco minutos después de su llegada, en el 66’, aprovechando el rechace de Skorupski tras un disparo de Paquetá.

La que podía ser una noche por fin plácida para el Milán, se complicó poco después: una vaselina de Sansone, siempre él, encontró en el corazón del área a Destro, que recortó distancias. Ahí la tensión aumentó de minuto en minuto: Paquetá reaccionó de mala manera a una falta de Pulgar y, al ser amonestado, empujó al árbitro, que le expulsó.

Los rossoneri aguantaron la ventaja en inferioridad numérica, con Donnarumma que neutralizó sobre la bocina un gran zurdazo de Edera. El Bolonia, que a pesar de su gran momento solo tiene cinco puntos de ventaja sobre los puestos de descenso, tendrá que seguir luchando y perdió inexplicablemente los papeles: Sansone fue expulsado tras una discusión con Kessié y Dijks también vio tarjeta roja, después del pitido final, por protestar. En Milán, a pesar de mil tensiones, por una noche sonríe: el sueño de volver a la Champions tras cinco años todavía es posible.

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