¿Pudo un rayo hacer caer el avión accidentado en Moscú?
Los expertos creen improbable que una descarga eléctrica causara el siniestro del Sujói Superjet 100
Fernanda Caballero
Madrid, El País
No ha habido un accidente de una aeronave comercial causado directamente por un rayo desde 1967. Los expertos aseguran que es posible, pero muy improbable que un rayo derribe un avión. Según distintas fuentes consultadas, la descarga eléctrica puede causar daños estructurales y en el radar, un cortocircuito o, incluso, un incendio.
El piloto del avión de Aeroflot que ardió en el aeropuerto moscovita de Sheremetievo, Denis Evdokimov, apuntó un rayo como la causa del aterrizaje forzoso. Según los expertos, el rayo probablemente no fue la causa principal del accidente del Sujói Superjet 100, que dejó 41 muertos el domingo. “Un rayo puede dañar un avión, pero no derribarlo”, afirma el vicedecano del Colegio Oficial de Pilotos de la Aviación Comercial (Copac), Carlos San José. Según la agencia AFP, los investigadores rusos han priorizado la pista de varios errores de pilotaje para explicar el aterrizaje de emergencia y el incendio del avión.
“Las estadísticas dicen que los rayos impactan a las aeronaves una vez cada 1.000 horas de vuelo”, aclara por teléfono Antonio Mota, director de la empresa de asesoría aeronáutica AeroSolutions. “El impacto de un rayo es bastante común, pero suelen dejar solo daños ligeros en la estructura o, si acaso, dañar el radar”, dice Mota. “La probabilidad de que el siniestro sea a causa de un rayo es muy baja. Es una posibilidad real, pero existen pocos precedentes”, agrega Mota.
Según la revista de divulgación científica Scientific American, el último siniestro de un avión comercial provocado por un relámpago sucedió en 1967. En aquella ocasión la descarga eléctrica hizo que el tanque de combustible explotara. La publicación científica aclara que a raíz de aquel episodio se han desarrollado técnicas para disminuir la amenaza que representan estos fenómenos meteorológicos. En 1982 la agencia espacial estadounidense (NASA) realizó una investigación para estudiar la probabilidad de que un rayo impactara en un avión y los daños que provocaría. Las pruebas consistieron en volar a través de 1.496 tormentas eléctricas: la aeronave recibió 714 impactos de rayos. El informe elaborado por la NASA sugirió una serie de mejoras técnicas que fueron incorporándose a los aviones que se construyeron desde entonces.
Para San José, un accidente aéreo no suele suceder por una sola causa, sino por una sucesión de hechos. “Los rayos pueden producir daños, pero hay factores técnicos y humanos que influyen en eventos de este tipo”, asegura el vicedecano por teléfono. Además del rayo, Evdokimov apuntó como posible causa de la tragedia el que los depósitos de combustible estuviesen llenos durante el precipitado aterrizaje. Algunas aeronaves cuentan con un sistema para expulsar el combustible antes de un aterrizaje de emergencia, pero, según San José, “la mayoría de los aviones no cuentan con esa opción”. Una fuente próxima a la investigación del accidente en Moscú ha dicho al diario Kommersant que "el primer error de los pilotos fue despegar pese a la tormenta. Luego, cuando la situación era complicada pero lejos de ser catastrófica, aterrizaron en lugar de quemar queroseno". Según el diario, los pilotos 'aterrizaron a demasiada velocidad [...] y por culpa de ello el contacto de las ruedas con el hormigón fue muy fuerte, haciendo que el avión rebotara".
Un modelo de avión criticado
El Superjet 100 fue el primer avión civil diseñado en Rusia tras el colapso de la Unión Soviética. Se han producido 186 unidades del modelo, que tiene capacidad para hasta 108 pasajeros y un coste aproximado de 31 millones de euros. Desde su lanzamiento en 2011 ha sido criticado y apenas se ha vendido fuera del mercado ruso. Su estreno se vio empañado por el accidente de un aparato en mayo de 2012, durante un vuelo de demostración en Indonesia, en el que murieron 45 personas.
Varias empresas extranjeras han mencionado problemas de fiabilidad del modelo. Según San José, uno de los mayores obstáculos es conseguir repuestos de las piezas. “El modelo Sujói Superjet 100 opera poco en Europa y no es muy vendido, por lo que el conocimiento respecto a este tipo de aeronave fuera de Rusia es limitado”, agrega. En 2016 la compañía aérea mexicana Interjet dejó de utilizar los aviones de este modelo y en 2017 las autoridades de aviación rusas ordenaron una inspección de estas aeronaves debido a que presentaban problemas en los estabilizadores traseros. La compañía regional rusa Yamal anunció este lunes la cancelación de un pedido de diez Superjet 100, aunque aclaró que la decisión se debía a un problema de costes de la aerolínea, no al accidente del domingo.
Mota y San José coinciden en que es precipitado sacar conclusiones con la información disponible. Ambos expertos advierten de que habrá que esperar los informes del análisis de las cajas negras, que ya han sido recuperadas.
Fernanda Caballero
Madrid, El País
No ha habido un accidente de una aeronave comercial causado directamente por un rayo desde 1967. Los expertos aseguran que es posible, pero muy improbable que un rayo derribe un avión. Según distintas fuentes consultadas, la descarga eléctrica puede causar daños estructurales y en el radar, un cortocircuito o, incluso, un incendio.
El piloto del avión de Aeroflot que ardió en el aeropuerto moscovita de Sheremetievo, Denis Evdokimov, apuntó un rayo como la causa del aterrizaje forzoso. Según los expertos, el rayo probablemente no fue la causa principal del accidente del Sujói Superjet 100, que dejó 41 muertos el domingo. “Un rayo puede dañar un avión, pero no derribarlo”, afirma el vicedecano del Colegio Oficial de Pilotos de la Aviación Comercial (Copac), Carlos San José. Según la agencia AFP, los investigadores rusos han priorizado la pista de varios errores de pilotaje para explicar el aterrizaje de emergencia y el incendio del avión.
“Las estadísticas dicen que los rayos impactan a las aeronaves una vez cada 1.000 horas de vuelo”, aclara por teléfono Antonio Mota, director de la empresa de asesoría aeronáutica AeroSolutions. “El impacto de un rayo es bastante común, pero suelen dejar solo daños ligeros en la estructura o, si acaso, dañar el radar”, dice Mota. “La probabilidad de que el siniestro sea a causa de un rayo es muy baja. Es una posibilidad real, pero existen pocos precedentes”, agrega Mota.
Según la revista de divulgación científica Scientific American, el último siniestro de un avión comercial provocado por un relámpago sucedió en 1967. En aquella ocasión la descarga eléctrica hizo que el tanque de combustible explotara. La publicación científica aclara que a raíz de aquel episodio se han desarrollado técnicas para disminuir la amenaza que representan estos fenómenos meteorológicos. En 1982 la agencia espacial estadounidense (NASA) realizó una investigación para estudiar la probabilidad de que un rayo impactara en un avión y los daños que provocaría. Las pruebas consistieron en volar a través de 1.496 tormentas eléctricas: la aeronave recibió 714 impactos de rayos. El informe elaborado por la NASA sugirió una serie de mejoras técnicas que fueron incorporándose a los aviones que se construyeron desde entonces.
Para San José, un accidente aéreo no suele suceder por una sola causa, sino por una sucesión de hechos. “Los rayos pueden producir daños, pero hay factores técnicos y humanos que influyen en eventos de este tipo”, asegura el vicedecano por teléfono. Además del rayo, Evdokimov apuntó como posible causa de la tragedia el que los depósitos de combustible estuviesen llenos durante el precipitado aterrizaje. Algunas aeronaves cuentan con un sistema para expulsar el combustible antes de un aterrizaje de emergencia, pero, según San José, “la mayoría de los aviones no cuentan con esa opción”. Una fuente próxima a la investigación del accidente en Moscú ha dicho al diario Kommersant que "el primer error de los pilotos fue despegar pese a la tormenta. Luego, cuando la situación era complicada pero lejos de ser catastrófica, aterrizaron en lugar de quemar queroseno". Según el diario, los pilotos 'aterrizaron a demasiada velocidad [...] y por culpa de ello el contacto de las ruedas con el hormigón fue muy fuerte, haciendo que el avión rebotara".
Un modelo de avión criticado
El Superjet 100 fue el primer avión civil diseñado en Rusia tras el colapso de la Unión Soviética. Se han producido 186 unidades del modelo, que tiene capacidad para hasta 108 pasajeros y un coste aproximado de 31 millones de euros. Desde su lanzamiento en 2011 ha sido criticado y apenas se ha vendido fuera del mercado ruso. Su estreno se vio empañado por el accidente de un aparato en mayo de 2012, durante un vuelo de demostración en Indonesia, en el que murieron 45 personas.
Varias empresas extranjeras han mencionado problemas de fiabilidad del modelo. Según San José, uno de los mayores obstáculos es conseguir repuestos de las piezas. “El modelo Sujói Superjet 100 opera poco en Europa y no es muy vendido, por lo que el conocimiento respecto a este tipo de aeronave fuera de Rusia es limitado”, agrega. En 2016 la compañía aérea mexicana Interjet dejó de utilizar los aviones de este modelo y en 2017 las autoridades de aviación rusas ordenaron una inspección de estas aeronaves debido a que presentaban problemas en los estabilizadores traseros. La compañía regional rusa Yamal anunció este lunes la cancelación de un pedido de diez Superjet 100, aunque aclaró que la decisión se debía a un problema de costes de la aerolínea, no al accidente del domingo.
Mota y San José coinciden en que es precipitado sacar conclusiones con la información disponible. Ambos expertos advierten de que habrá que esperar los informes del análisis de las cajas negras, que ya han sido recuperadas.