Pedriel iluminó a un Wilstermann gris
José Vladimir Nogales
JNN Digital
Wilstermann ascendió un escalón en la tabla después de solventar, el partido contra el paupérrimo Sport Boys, con más acierto que juego. Tres goles de Pedriel, todos a puro olfato, uno de Villarroel, de penal, y otro de Serginho, le dieron el triunfo a Wilstermann en un encuentro mucho más reñido de lo que, al final, reflejó el 5-2 del marcador.
Sabía Wilstermann lo que el duelo le deparaba, porque casi siempre ha sido así, con equipos rocosos y atrincherados atrás, que meten mucha presión y organizan sistemáticas emboscadas. Pero quizá no esperaba que su modesto rival, pese a todos sus problemas, le secara, que le hurgara las heridas. Y menos aún que, a renglón seguido, Prost aprovechara un despiste de Pérez para encarar a Giménez y marcar el gol. ´
El conjunto local no hacía nada del otro mundo. El balón apenas circulaba y buscaba finalizar la jugada lo más rápido posible, a pura acción individual, con un exceso de balones largos e imprecisos cambios de dirección. No había imaginación, ni chispa, ni nadie que aportara algo diferente. Todo se convertía en totalmente previsible, más aún cuando el balón llegaba a los de arriba, principalmente Pedriel, desaparecido por la escualidez del abastecimiento, y Núñez, que deambulaba por toda posición sin materializar algo significativo.
Pero ante Wilstermann, esté como esté, nadie debe ni perdonarle ni fiarse. Sport Boys no había hecho lo primero, pero hizo lo segundo, cuando un disparo de Pedriel fue desviado por la inoportuna mano de Murilo Gómez, derivando en el penal anotado por Villarroel.
Pese a la pronta igualdad, el cuadro rojo volvió a jugar un partido abstracto, nada cosmético. No tuvo más oposición que sus propios desvelos. En realidad, a la vista del cartel y del cierto desapego que genera el equipo en una frustrante campaña, el partido no amaneció hasta que Pedriel logró destaparse. Sin salir del aburrimiento, Wilstermann manoseó la pelota buscando la debilidad del débil y, sobre el final de la primera etapa y al inicio de la segunda, lo abatió con facilidad y sin brillo, con dos pletóricas apariciones de Pedriel.
Con Alcides Peña flotando a espaldas de los volantes y sacando de posición a los centrales, Sport Boys esbozó una amenaza que creció en magnitud por la espantosa respuesta de una defensa dislocada, que sufría a cada embate. El partido se desbocó y pronto se convirtió en un intercambio de golpes. Un presunto penal de Aponte sobre Rojas (que fue más teatro que infracción), parecía coronar la brumosa reacción visitante, que Alcides Peña se ocupó de frustrar con un defectuoso disparo alto. No obstante, una grosería de Montero compensó de inmediato el despilfarro visitante, con un aberrante regalo en salida.
Pero la respuesta roja no tardó en llegar, y como es habitual, fue más contundente que el aviso previo. Serginho anotó el cuarto, tras gran pase de Núñez. No obstante, Sport Boys dispuso de nueva oportunidad para reinsertarse en la pelea: un nuevo penal que el desacertado Prost hizo estrellar en un poste.
Y si bien la entrada de Meleán ayudó a que el juego mejora sensiblemente, el auténtico líder del ataque era Pedriel, la mejor noticia para la hinchada roja ante la baja de Lucas y el desmayo de Álvarez. El inspirado atacante anotó su “hat trick” en la recta final, redondeando una noche esplendorosa que, irónicamente, contrastó con la palidez del equipo.