Nicolás Maduro le dijo a los generales y almirantes que no espera "más traiciones de los hijos de Chávez"

El líder chavista tuvo una reunión con los altos mandos militares y dio a entender que ya no confía en la cúpula castrense: están vigilados y aseguró que sabe quiénes tienen contactos con la oposición, por lo que adelantó que habrá "medidas ejemplarizantes"

Sebastiana Barráez
desde Caracas, Venezuela
Desde hace tiempo las reuniones con el cuerpo de generales y almirantes de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) tenían como principal figura al general en Jefe (Ej) Vladimir Padrino López. Aunque según la ley que rige a los militares, el cargo de ministro de la Defensa tiene funciones administrativas, el alto oficial ha sido el vocero, pero también el comandante militar en la institución castrense.


Nicolás Maduro decidió el viernes 3 de mayo ser él quien le hablara al generalato, luego de una tensa y acontecida semana, y para ello ordenó concentrarlos en una reunión llevada a cabo en Fuerte Tiuna.

Haciendo un esfuerzo de convencimiento, y en lo que podría significar que ya no confía plenamente en los militares que tiene a su alrededor, o que por lo menos los colocó bajo sospecha, Maduro se reunió con los oficiales superiores.

Dos aspectos destacaron en su intervención. Les aseguró que nunca pensó en irse del país, desmintiendo al secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, quien afirmó que el martes 30 de abril Maduro estaba montado en un avión listo para irse de Venezuela, pero que los rusos lo habían convencido para bajarse de la aeronave. Indicó que eso nunca estuvo planteado.

En ese marco dijo estar dispuesto a dar la vida por la revolución, porque esa fue la misión que Hugo Chávez le dejó y que él cumpliría las órdenes del líder de la revolución.

Lo más significativo de su discurso, más allá de las excusas y de las expresiones a favor de la revolución bolivariana, fue que se enfocó en tratar de hacerles sentir a los altos oficiales, allí presentes, que están vigilados, que saben quiénes y dónde están aquellos que tienen relación con los dirigentes de la oposición y con aquellos "militares traidores" que están en el exterior, desde donde, según él, está armada una gran conspiración "contra el pueblo venezolano".

Insistió reiteradas veces en la necesidad de la unión militar para la paz de país y la vigencia de la institución armada. Contradictoriamente, dijo que tenía confianza plena en la Fuerza Armada, por lo que no espera que hubiese "más traiciones de los hijos de Chávez", porque en caso contrario habría "medidas más ejemplarizantes", aunque no profundizó cuáles ni de qué tipo serían.

Quizá cada uno de los altos oficiales allí presentes rememoró las imágenes y denuncias de lo que han sufrido los militares detenidos e imputados por traición a la patria e instigación a la rebelión, quienes han sido torturados física y psicológicamente, violentados en el debido proceso legal, incomunicados, degradados, a quienes les han negado la asistencia médica necesaria, la salida al sol, obligados a hacer necesidades en bolsas y sus familiares sometidos a un cruel maltrato psicológico.

La advertencia de Maduro diciendo que ya no serían tan tolerantes debe haber impactado al cuerpo de generales y almirantes.

También se preocupó en explicar los esfuerzos y estrategias que está haciendo para garantizar el equipamiento de la Fuerza Armada, advirtiendo que "aún con el bloqueo económico y la campaña internacional contra Venezuela", ha hecho esfuerzos para mejorar el apresto operacional.

Finalmente, trató de convencer a la oficialidad de que si él sale del Gobierno, los militares perderían los privilegios y las posiciones de poder que hoy ocupan, asegurando que la derecha lo que quiere es que "vuelvan a los cuarteles".

Entradas populares