El detrás de escena de la pelea Trump-Pelosi: el impeachment, una reunión de 3 minutos y un nuevo escenario en el Partido Demócrata

Un encuentro entre el presidente y los líderes demócratas terminó de forma abrupta, con la cancelación de un acuerdo sobre infraestructura. Detrás de la conversación fallida, la trama rusa sigue complicando al mandatario

Infobae
El Jardín de las Rosas de la Casa Blanca fue testigo el miércoles de una conferencia de prensa en la que Donald Trump dejó ver su irritación. Tras un fugaz encuentro con los líderes demócratas Nancy Pelosi y Chuck Schumer que terminó con un portazo, el mandatario expresó a los periodistas que probablemente sea "el presidente más transparente de la historia de los Estados Unidos".


"Habíamos programado esta reunión hace varios días. De pronto me entero de que, antes de venir, están en una reunión para hablar de la palabra que empieza con 'i'", dijo Trump en referencia al "impeachment" (juicio político, en inglés).

Visiblemente enojado, el mandatario insistió con que no cometió encubrimientos, una de las acusaciones a raíz de la investigación del fiscal especial Robert Mueller, y dio por canceladas las negociaciones sobre un plan de infraestructura impulsado por la oposición, que era el motivo por el que estaba originalmente convocada la reunión.

De acuerdo Fox News, Trump ingresó a la sala de las reuniones de gabinete de la Casa Blanca visiblemente enojado por los comentarios que más temprano había hecho Pelosi sobre la responsabilidad del mandatario en la trama rusa. "Entró a la sala -donde lo esperaban ella y Schumer- e inmediatamente apuntó contra los comentarios de Pelosi. Cuando ella intentó responder, Trump dio la vuelta y abandonó la habitación con destino al Despacho Oval".

Pelosi, cada vez más cercana a la idea del impeachment

La incomodidad presidencial puede, sin embargo, comprenderse, teniendo en cuenta que las declaraciones de la mañana del miércoles de la titular de la Cámara de Representantes marcan un giro en la postura demócrata sobre el juicio político a Trump.

"Creemos que es importante seguir los hechos, creemos que nadie está por encima de la ley (…), y creemos que el presidente de Estados Unidos está involucrado en un encubrimiento", explicó Pelosi temprano en el Capitolio.

La líder de la bancada y tercera en la línea de sucesión presidencial se resistió hasta ahora a iniciar ese proceso, aunque en el último mes ha endurecido su discurso contra el mandatario. A primera hora del miércoles, Pelosi se había reunido con los demócratas en la Cámara Baja para conversar sobre la creciente presión que ejercen algunos congresistas del partido para desatar un juicio político contra Trump, debido a su falta de cooperación con varias investigaciones abiertas por la oposición en ese hemiciclo.

Después de la reunión frustrada, Pelosi dijo a la prensa que "quería dar al presidente la oportunidad de hacer algo histórico por nuestro país" con un proyecto de ley de infraestructuras, y encontró su decisión de hacer estallar la reunión "muy, muy, muy, muy extraña".

"El presidente está obstruyendo la justicia, y está involucrado en un encubrimiento, y eso justificaría un proceso de destitución". "Es por eso que creo que (…) estaba tan irritado esta mañana", dijo en una conferencia en Washington.

De acuerdo con medios estadounidenses como Vox, lo más probable es que, pese a la nueva actitud, la presidenta de la Cámara de Representantes aún no esté preparada para la convocatoria de audiencias por la "palabra con 'i'", aunque sí parece estar dispuesta a ir a fondo con los pedidos demócratas de obtener las declaraciones de impuestos de Trump, el informe Mueller no editado y el testimonio en el Congreso del ex asesor de la Casa Blanca, Don McGahn.

Más allá de la nueva actitud de Pelosi y de los límites que podría tener la misma, sí parece ser una realidad que existe un número creciente de demócratas de la Cámara de Representantes que piensa que el juicio político contra el presidente es "inevitable". "Creo que lo que tenemos, John, es una situación en la que creo que una creciente mayoría de nuestro grupo cree que el juicio político va a ser inevitable", dijo el presidente de la Cámara de Presupuestos, John Yarmuth, a John Berman, de la CNN.

Una decisión judicial que acorrala aún más al presidente Donald Trump

Mientras tanto, el juez federal de Nueva York, Edgardo Ramos, se negó el miércoles a bloquear las solicitudes del Congreso para tener acceso a documentos financieros de dos bancos que hicieron negocios con Trump.

En su fallo, asegura que es improbable que el presidente y su compañía consigan ganar una demanda en la que se argumenta que los pedidos de los documentos del Deutsche Bank y Capital One eran ilegítimos e inconstitucionales.

Ramos concluyó además que las solicitudes tienen "un propósito legislativo legítimo".

Los abogados de las comisiones de Servicios Financieros y de Inteligencia de la Cámara de Representantes dicen que necesitan tener acceso a los documentos de los bancos para investigar la posibilidad de "influencia extranjera en el proceso político estadounidense".

Deutsche Bank ha prestado a la inmobiliaria de Trump millones de dólares durante años.

La audiencia se realizó dos días después de que un juez federal en Washington falló contra Trump en una causa similar, concluyendo que el presidente no puede bloquear un pedido de información de una firma de servicios financieros que había hecho trabajo de contabilidad para él y la Organización Trump.

Además, se llevó a cabo un día después de que Trump impidiera que su antiguo abogado de la Casa Blanca Don McGahn declarase ante la Comisión de Asuntos Judiciales de la cámara baja.

En argumentos escritos presentados antes de la audiencia del miércoles, los abogados de los dos paneles del Congreso dijeron que las gestiones de Trump para bloquear los pedidos eran "claramente inconsistentes con casi un siglo de precedentes de la Corte Suprema".

Los abogados dijeron que la Comisión de Servicios Financieros y la Comisión Permanente Selecta de Inteligencia, ambas de la Cámara de Representantes, solicitaron los documentos como parte de su investigación de "asuntos graves y urgentes relacionados con la seguridad de prácticas bancarias, lavado de dinero en el sector financiero, influencia extranjera en el proceso político estadounidense y la amenaza de influencia financiera extranjera, incluyendo sobre el presidente, su familia y sus negocios".

Trump, su familia y su empresa habían dicho que las órdenes del Congreso de entregar los documentos son ilegales e inejecutables. Pero parecieran cada vez tener menos alternativas.

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