El batacazo que Zidane vio venir

El galo ya alertó en su marcha del viraje que requería la plantilla del Madrid, que ha sellado el curso con más derrotas ligueras de la historia del club y su mayor desventaja con un campeón

GORKA R. PÉREZ
Madrid, El País
Tras conseguir la tercera Champions consecutiva en Kiev, un hito del que se cumplirá un año el domingo, en el viaje de vuelta hacia España, los miembros de la directiva del Real Madrid, y su entrenador, Zinedine Zidane, advirtieron que el estado de ánimo de los jugadores rebajaba notablemente la euforia demostrada en las dos conquistas anteriores. Los revolcones dialécticos de Cristiano y Bale empantanaron aún más un momento sin parangón en la historia del torneo de clubes más prestigioso del planeta.


Cinco días después, Zizou anunciaba, por sorpresa, su renuncia al cargo con una frase que cayó como un maleficio. “Me voy porque este equipo necesita seguir ganando, un cambio y otro discurso”, dijo. Tras un casting de mínimos, Lopetegui acabó ocupando un banquillo que no se vio reforzado tras la marcha de CR. Tras el despido del vasco llegó el interino y después oficial Solari, y volvió a las manos del Zidane que lo abandonó. El resultado: el Madrid ha terminado el año con más derrotas que nunca en este siglo (12), y a 19 puntos del campeón de Liga, la mayor distancia registrada.

Portería itinerante. “La temporada que viene no habrá debate, eso os lo garantizo”, ha asegurado por dos veces desde su retorno Zidane. Asentado Keylor Navas como puntal del equipo campeón en su anterior etapa, en su ausencia el Madrid firmó a Courtois. Sin embargo, la coexistencia entre ambos no ha impulsado el rendimiento de ninguno de los dos (21 goles en 21 partidos para el costarricense; 48 en 35 para el belga), convirtiendo la posición de portero en lugar de escrutinio permanente.

A pesar de la apuesta inicial de Lopetegui por Navas, que disputó la Supercopa de Europa y los dos primeros partidos de Liga, su suplencia en el tercer encuentro derivó en un cambio de escenario, saltando solo a la Champions en los tres únicos encuentros que dirigió el técnico vasco. Con Solari la figura de Courtois se agigantó, pasando a ocuparse también de la Champions, y quedando para Keylor tan solo la Copa. La vuelta de Zidane devolvió a Navas a la titularidad (lesión de Courtois mediante), aunque generó la inesperada aparición de su hijo Luca en un encuentro de Liga. La marcha de Keylor, escenificada tras el partido ante el Betis, es la única decisión futura tomada en tiempo presente.

Defensa incosistente. El Madrid ha terminado la temporada con 71 goles en contra, su peor registro desde los 72 que encajó en la 2012-2013. 46 de ellos han sido en Liga, el volumen más alto en 15 años. Desde 2001, solo en la 2003-2004 recibió más: 54. Aquel curso, sin embargo, la diferencia de goles al final del campeonato fue de +18, superior en un punto a la actual, +17. Solo el +15 registrado en la 2001-2002 empeora el balance presente. Esta catarata de goles se ha producido como consecuencia de una inestabilidad defensiva en la que han quedado señalados algunos de sus integrantes. Especialmente Marcelo, el único jugador que a lo largo de la temporada ha visto comprometido su puesto. Presente en los onces con Lopetegui y Zidane, a lo largo de los 32 partidos que dirigió Solari, Reguilón acumuló más minutos que el brasileño: 1.526 a 1.156. Tras debutar con Lopetegui, y dispararse con el argentino, la llegada de Zidane mermó su proyección en favor de Marcelo, nueve veces titular por dos del canterano.

Centro del campo alicaído. A tenor de los resultados que arroja el minutaje final de la temporada, solo Isco en tiempos de Zidane ha llegado a cuestionar una tripleta fija para sus antecesores en el centro del campo. Modric, Kroos y Casemiro han permanecido como primeros espadas para Lopetegui y Solari, en una parcela por la que han ido asomándose distintos jugadores con oscilaciones grotescas. Isco, Ceballos y Llorente las representan. El malagueño, cuarto centrocampista más utilizado por Lopetegui (647 minutos), pasó al último puesto con Solari, y se coronó de nuevo con Zidane, siendo el segundo con más participación (562). Recorrido inverso el de Ceballos, quinto jugador con Lopetegui (544) y Solari (1.230), anteúltimo con Zidane (178). Brahim, que llegó en el mercado de invierno, ha tenido más presencia que el utrenaro con el francés en el tramo final de la temporada (369 a 178).

Con Cristiano se fue el gol. Pocos indicadores reflejan mejor el derrumbe del Madrid que el apartador goleador, con su peor registro (108 tantos) de la última década en números absolutos. La salida de Cristiano abrió un socavón que solo Benzema (30 dianas) ha acertado a aliviar. Esta temporada, el Madrid ha terminado con un promedio de 1,89 tantos por partido, lejos de los 2,4 del curso anterior. Hasta la llegada de Cristiano (2009-2010), el Madrid anotaba una media de dos goles por encuentro y, con su fichaje, nunca bajó en su periplo en el Bernabéu de esos 2,4. Incluso, llegó a los tres en la 2011-2012 (con récord de 174). Este año, el conjunto blanco no ha marcado en 13 partidos y, en octubre, se pasó ocho horas y un minuto sin anotar, a 14 minutos de igualar su peor marca histórica. En Liga, sus 63 goles (31 menos que la temporada anterior) son un motivo de peso para que la competición no haya llegado a los 1.000 en total por primera vez desde la 2006-2007.
8.000 espectadores menos en el Bernabéu que en 2018

La secuencia de malos resultados acumulados por el Madrid ha derivado en una desconexión de sus aficionados que también ha superado todos los registros de la última década. Según los datos de asistencia recogidos por el club esta temporada, la media final de espectadores por partido en el Santiago Bernabéu este curso ha sido de 58.571 por encuentro. Un número global que rebaja en casi 8.000 el de aquellos que acudieron a contemplar los partidos en la 2017-2018.

Las anteriores asistencias medias fueron: 70.816 en la 2008-2009, 74.316 en la 2009-2010, 69.737 en la 2010-2011, 74.105 en la 2011-2012, 68.821 en la 2012-2013, 71.387 en la 2013-2014, 73.621 en la 2014-2015, 67.698 en la 2015-2016, 71.513 en la 2016-2017 y 66.510 en la 2017-2018.

En cuatro partidos —Leganés, Villarreal, Getafe y Huesca—, ni siquiera se alcanzaron las 50.000 localidades: 44.231, 46.294, 48.446, 49.269, respectivamente. Por contra, los tres encuentros más seguidos de la temporada fueron ante el Atlético (78.642), y frente al Barcelona en LaLiga (78.921), y de nuevo ante los azulgrana en la vuelta de las semifinales de la Copa (80.472).

Con la licencia de obras definitiva para la remodelación del Bernabéu concedida desde el 27 de marzo, en un acto en el que estuvieron la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, y el presidente Florentino Pérez, el nuevo estadio, que no estará terminado hasta dentro de cuatro años, es una apuesta más de la dirección para ampliar los ingresos, por lo que las cifras actuales resultan preocupantes.

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