Cómo es y para qué sirve la subametralladora "Caribe" que Nicolás Maduro ordenó fabricar para las milicias bolivarianas

El dictador anunció una inversión de siete millones de dólares para la fabricación de esta arma que dispara 1.200 balas por minutos y devastadora en espacios cerrados. Por qué es un peligro para la proliferación y qué uso planea darle el régimen venezolano

Infobae
El dictador venezolano, Nicolás Maduro, sorprendió a todos con el anuncio a finales de la semana pasada del inicio de la fabricación en serie de una nueva subametralladora de diseño local destinada a las milicias locales, una escalada en medio de la crisis política y humanitaria en el país y poco antes del inicio de las negociaciones en Noruega para hallar una salida diplomática a la situación.


El futuro despliegue de miles de la nueva "Caribe", un arma diseñada para el combate urbano, que utiliza balas de pistolas y dispara cientos de proyectiles por minuto, es también una amenaza de proliferación de armamento en una región del mundo aquejada por la presencia de grupos criminales, guerrillas y rebeldes.

Incluso Héctor Rodríguez Castro, gobernador del estado de Miranda y parte de la delegación del régimen chavista en Oslo, ha dicho que "la solución a nuestras dificultades no es una ametralladora, no es el odio y mucho menos es la invasión de nuestro país", de acuerdo a El Pitazo.

Pero lo cierto es que a Maduro no le tembló el pulso el jueves al anunciar una inversión de siete millones de dólares para fabricar la subametralladora, durante la Feria de Innovación y Tecnología de las Fuerzas Armadas de Venezuela.

La nueva "Caribe", que ya había sido presentada el año pasado y se creía que estaba aún en prototipo, es un desarrollo de la Compañía Anónima Venezolana de Industrias Militares (CAVIM) del tipo "Bullpup", por el cual los mecanismos y el cargador se encuentran alojados en la parte trasera del arma, muchas veces como parte de la culata.

Este diseño permite reducir las dimensiones del arma manteniendo el largo del cañón, por lo que es ideal también para usar en espacios cerrados.

A diferencia de las ametralladoras, sus hermanas mayores, estas máquinas usan calibres de pistola, más pequeños y de inferiores prestaciones (en el caso de la "Caribe", el 9×19 mm Parabellum utilizado en todo el mundo por ejércitos, fuerzas de seguridad y criminales) pero más manejables. Por esta razón tienen un alcance muy limitado y son óptimas para usar en ámbitos urbanos y a corta distancia donde la precisión no es tan importante.

Como toda arma automática, la "Caribe" continúa disparando mientras se mantenga apretada la cola del disparador, conocida vulgarmente como "gatillo", alcanzando cadencias de tiro de cientos de balas por minutos.

Según un video surgido en redes sociales y presuntamente realizado por CAVIM, la subametralladora venezolana puede disparar hasta 1.200 proyectiles por minutos.

Se trata de una velocidad de tiro muy superior a otras subametralladoras icónicas aún en uso, como la alemana Heckler & Koch MP5, la israelí Uzi o la belga FN P90 (también un "Bullpup").

Normalmente tan grandes cadencias como la presuntamente obtenida por la "Caribe" no son buscadas por los diseñadores por el inmenso gasto de proyectiles y la dificultad de controlar la precisión en el fuego automático. Pero aún así, si fuera cierto, significaría un poder devastador en ambientes cerrados.

De acuerdo a la misma fuente la subametralladora utiliza cargadores rectos de 30 cartuchos, capacidad de disparar tiro a tiro, en ráfaga o automáticamente, y su alcance efectivo es de unos de 200 metros, aunque usualmente y en condiciones reales esto suele ser inferior.

Para el analista internacional Andrei Serbin Pont, especializado en Venezuela, "por su formato bullpup y su calibre es un arma idónea para empleo policial con particular relevancia en ámbitos urbanos", agregando en su cuenta de Twitter que es de esperar que vaya a parar a unidades policiales y de Guardia Nacional para la represión interna. No se trata, justamente, de un arma especialmente útil para tareas más convencionales de Defensa.

El mismo Maduro pareció confirmar este destino. "Yo veo la subametralladora en la mano de la Milicia en el barrio, en la calle (…) deben saber que en Venezuela estamos viviendo un proceso de liberación y nos estamos liberando del yugo del Imperialismo", señaló durante la presentación.

Asimismo, el despliegue masivo de estas armas baratas y letales en las milicias y otras unidades paramilitares de escasa disciplina supone también un riesgo de proliferación de armas automáticas en una región aquejada por el auge del crimen organizado, los grupos guerrilleros, terroristas y otras fuerzas, mientras en Venezuela cada vez es más difícil obtener los elementos y artículos básicos para la subsistencia.

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