Un punto más del Barça, una jornada menos para el título

Un Barcelona joven y experimental empata ante un Huesca que no aprovechó una ocasión única. Malcom tuvo el triunfo pero remató al palo.


Santi Giménez
As
Solventó el Barcelona su visita en Huesca con un once de rotaciones que mantuvo la portería a cero por tercer partido consecutivo logrando un empate a cero ante un Huesca que pecó de conformista ante un equipo de circunstancias. El Barcelona, pensando en el martes contra el United alineó al once inicial más joven de lo que va de LaLiga (24 años y 133 días), y que es el más bisoño desde que Cruyff alineó a la Quinta del Mini en el Villamarín en el año 95.


Únicamente Ter Stegen se mantuvo como titular respecto al partido de Champions del miércoles en Old Trafford. Valverde revolucionó el once titular dando entrada a cuatro debutantes en la Liga: Murillo, Wage, Todibo y Riqui Puig. En la delantera reaparecía Dembélé junto a Boateng, a los que acompañaba Malcom, que jugaba como carrilero alejado del área.

Ante esta alienación experimental del Barcelona, al Huesca, que se jugaba la vida, se le presentaba una ocasión pintiparada para poder sumar puntos ante un rival ante el que, en el planteamiento de la temporada, daba los seis puntos en juego de la competición por perdidos.

No obstante, de salida el Huesca optó más por contemporizar que por presionar al Barcelona más accesible que tendrá jamás delante. Los locales no dispararon a portería hasta el minuto 30 de partido, cuando Enric Gallego en semifallo embocó un disparo que ni inquietó a Ter Stegen, este sábado capitán del Barcelona.

En el lado culé las ideas no es que fluyeran demasiado. La línea defensiva se sostenía sin demasiados problemas con un Todibo que demostró ser muy competente en el uno contra uno, pero faltaba claridad de ideas delante, donde Boateng hacia poco más que ocupar espacio.

La clarividencia de Riqui Puig era el único oasis en la zona de creación del Barcelona, donde Aleñá estaba inusualmente espeso. Un pase de Riqui al más puro estilo Iniesta dejó a Dembélé solo, pero Santamaría desvió el balón a córner. Murillo lo remató y obligó a lucirse por segunda vez al portero local.

Más allá de estos intentos, el partido transcurrió plácido para un Barça que no parecía dispuesto a correr demasiados riesgos. A los barcelonista el empate les servía. Al Huesca, no y se esperaba un paso adelante en el segundo tiempo.

El partido no cambió demasiado en la reanudación, donde el Barcelona siguió controlando el juego sin dar demasiadas noticias de peligro más allá de un disparo de Malcom al palo en una acción que no se sabía si disparó a gol o sorprendió a todo el mundo, empezando por el mismo.

El Huesca, al que se le agotaba el tiempo, introdujo en el campo a Melero y al Cucho, mientras que Valverde retiraba a Dembélé, que se rodó de cara al miércoles y a Riqui Puig para dar entrada a Coutinho y Jordi Alba. Con este nuevo planteamiento se encaraban los últimos 20 minutos de partido en los que no cambió el panorama. El Huesca ya no tuvo tiempo para despertarse y el Barcelona dirigió el partido con solvencia en busca de un empate que le acerca al título de Liga. Un punto más, una jornada menos y a pensar en la Champions, mientras que el Huesca se fue a los vestuarios sin perder ante el Barcelona, opero con la sensación de haber perdido una ocasión única.

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