Hazard y Pedro evitan la sorpresa del Slavia en Stamford Bridge
El Chelsea hizo cuatro goles en 26 minutos, pero se relajó y acabó ganando con apuros, aunque la eliminatoria nunca estuvo en peligro. Los checos, dignos.
Alberto Muñoz
As
Nadie habría dicho que el Chelsea terminaría sufriendo en una eliminatoria en la que tenía cuatro goles de ventaja en el minuto 27 del partido de vuelta en Stamford Bridge, pero lo cierto es que en Londres se suspiró cuando el árbitro pitó el final del partido. Tras un arranque frenético en el que Pedro en dos ocasiones, Giroud y Deli en propia puerta perforaron la portería del Slavia de Praga, los checos metieron el miedo en el cuerpo con tres goles que pusieron la eliminatoria a tiro.
Aun así, los blues consiguieron salvar los muebles y solventar una eliminatoria que podrían haber dejado cerrada con mayor facilidad si no se hubiese producido el exceso de relajación que se vio en Londres, y ya esperan en semifinales al Arsenal, Valencia y Eintracht de Frankfurt.
El partido, por otra parte, sólo encontró su punto de emoción en los siete goles que se llegaron a marcar, porque en lo futbolístico ninguno de los dos equipos resaltó por encima del otro. Hazard, eso sí, sigue siendo un argumento de suficiente peso como para justificar el ver al tedioso equipo en que Sarri ha convertido a este Chelsea, maniatado por el empeño del técnico italiano en repetir una y otra vez las mismas estrategias sin importar el rival ni la situación a la que se enfrente.
Alberto Muñoz
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Nadie habría dicho que el Chelsea terminaría sufriendo en una eliminatoria en la que tenía cuatro goles de ventaja en el minuto 27 del partido de vuelta en Stamford Bridge, pero lo cierto es que en Londres se suspiró cuando el árbitro pitó el final del partido. Tras un arranque frenético en el que Pedro en dos ocasiones, Giroud y Deli en propia puerta perforaron la portería del Slavia de Praga, los checos metieron el miedo en el cuerpo con tres goles que pusieron la eliminatoria a tiro.
Aun así, los blues consiguieron salvar los muebles y solventar una eliminatoria que podrían haber dejado cerrada con mayor facilidad si no se hubiese producido el exceso de relajación que se vio en Londres, y ya esperan en semifinales al Arsenal, Valencia y Eintracht de Frankfurt.
El partido, por otra parte, sólo encontró su punto de emoción en los siete goles que se llegaron a marcar, porque en lo futbolístico ninguno de los dos equipos resaltó por encima del otro. Hazard, eso sí, sigue siendo un argumento de suficiente peso como para justificar el ver al tedioso equipo en que Sarri ha convertido a este Chelsea, maniatado por el empeño del técnico italiano en repetir una y otra vez las mismas estrategias sin importar el rival ni la situación a la que se enfrente.