Hat-trick de Mbappé para celebrar el título de campeón
El PSG comenzó el partido siendo ya campeón de liga tras el empate del Lille ante el Toulouse (0-0). Mbappé exhibió condiciones y gol (3). Volvieron Neymar y Cavani.
Jean Palacios
As
EL PSG ya era campeón antes del partido ante el Mónaco, el empate de Lille, segundo en la liga, en su visita a Toulouse le daban al PSG una ventaja de 17 puntos y el título a falta de 5 partidos. Con esa premisa, el equipo francés tenía la posibilidad de festejarlo con su afición en el Parque de los Príncipes y con la vuelta de Neymar y Edinson Cavani, provocando la histeria colectiva en todo el estadio.
Una vez más, como en las últimas jornadas, Kylian Mbappé fue el protagonista de un episodio que tuvo a Ney y al uruguayo como actores de reparto. El delantero no solo se distinguió con un triplete para darle la goleada al equipo, también confirma que su influencia en el equipo es mayor y con 30 va camino a erigirse como el máximo goleador del torneo.
El 3-1 fue el final de un equipo avasallador a lo largo del campeonato y que ha ido disminuyendo por la intensidad de las competiciones y el ritmo de partidos. Tras el pitido final, los festejos fueron justo, sin euforia ni gestos desmedidos, con la promesa de un gran fin de fiesta el 18 de mayo cuando reciban a Dijon consecuente con el reconocimiento de campeón.
El Paris Saint Germain ha logrado el octavo título de campeón de Francia desde su fundación, un logro que va de la mano con la coherencia y los merecimientos por todo lo demostrado a lo largo de la temporada. Una superioridad evidente sobre el resto de equipos que componen esta Ligue 1. El mensaje de fondo a esta conquista conseguida es que el club necesita clausurar el ejercicio de la mejor manera ganando luego la Copa de Francia la semana próxima y cerrar este episodio con la perspectiva de ilusionar a su afición para lo que se viene. Tras la desilusión y las frustraciones colectivas tras ser eliminados de la Liga de Campeones, PSG estaba en la necesidad y obligación de pasar a otra cosa.
El hecho de haber conseguido la liga era algo previsto, la superioridad en el torneo doméstico está dentro de los razonable, sustentado por el soporte financiero del accionariado catarí el club puede permitirse de tener una plantilla superior a los demás y organizar un efectivo acorde a su grandeza y prestigio, pero que aún no lograr consolidar aquel gran proyecto propio de sus aspiraciones.
El título de Liga y el favoritismo ostensible para lograr la Copa de Francia por decimotercera vez y quinta ocasión consecutiva no son suficientes para maquillar las heridas de una institución afectada por el fracaso en Champions. Una desilusión que ha perjudicado en lo institucional por la visibilidad que representa afrontar las instancias superiores, en lo económico por los importantes ingresos que esto genera incluyendo la estrategia de marketing, en lo deportivo al no poder superar a un equipo diezmando y en el libreto inferior y las secuelas del infortunio por la lesión de Neymar, una de sus figuras estelares y en valor añadido que hubiese implicado su presencia.
Para el Paris Saint-Germain lo ideal es cerrar la temporada con los resultados previstos sabiendo que se le vienen días muy agitados en las próximas semanas. El técnico Thomas Tuchel y la dirección del club ya están diseñando la temporada que se viene, con algunos posibles cambios en el organigrama y la reestructuración del plantel. Una tarea que no va resultar fácil por las exigencias del alemán para potenciar su plantel con elementos de jerarquía y el rol que pretende asumir, lo que implicaría una mayor participación en la toma de decisiones entre los fichajes.
Plagado de algunas malas experiencias, errores de casting del pasado con algunas incorporaciones y una gestión cuestionada con responsabilidades compartidas, el PSG está decidido de partir bajo otros principios, que tengan como objetivo el posicionamiento del club entre los grandes como protagonista en la escena europea y la promesa que con la continuidad asegurada de Neymar y Mbappé como abanderados, la historia en adelante debe ser otra.
Jean Palacios
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EL PSG ya era campeón antes del partido ante el Mónaco, el empate de Lille, segundo en la liga, en su visita a Toulouse le daban al PSG una ventaja de 17 puntos y el título a falta de 5 partidos. Con esa premisa, el equipo francés tenía la posibilidad de festejarlo con su afición en el Parque de los Príncipes y con la vuelta de Neymar y Edinson Cavani, provocando la histeria colectiva en todo el estadio.
Una vez más, como en las últimas jornadas, Kylian Mbappé fue el protagonista de un episodio que tuvo a Ney y al uruguayo como actores de reparto. El delantero no solo se distinguió con un triplete para darle la goleada al equipo, también confirma que su influencia en el equipo es mayor y con 30 va camino a erigirse como el máximo goleador del torneo.
El 3-1 fue el final de un equipo avasallador a lo largo del campeonato y que ha ido disminuyendo por la intensidad de las competiciones y el ritmo de partidos. Tras el pitido final, los festejos fueron justo, sin euforia ni gestos desmedidos, con la promesa de un gran fin de fiesta el 18 de mayo cuando reciban a Dijon consecuente con el reconocimiento de campeón.
El Paris Saint Germain ha logrado el octavo título de campeón de Francia desde su fundación, un logro que va de la mano con la coherencia y los merecimientos por todo lo demostrado a lo largo de la temporada. Una superioridad evidente sobre el resto de equipos que componen esta Ligue 1. El mensaje de fondo a esta conquista conseguida es que el club necesita clausurar el ejercicio de la mejor manera ganando luego la Copa de Francia la semana próxima y cerrar este episodio con la perspectiva de ilusionar a su afición para lo que se viene. Tras la desilusión y las frustraciones colectivas tras ser eliminados de la Liga de Campeones, PSG estaba en la necesidad y obligación de pasar a otra cosa.
El hecho de haber conseguido la liga era algo previsto, la superioridad en el torneo doméstico está dentro de los razonable, sustentado por el soporte financiero del accionariado catarí el club puede permitirse de tener una plantilla superior a los demás y organizar un efectivo acorde a su grandeza y prestigio, pero que aún no lograr consolidar aquel gran proyecto propio de sus aspiraciones.
El título de Liga y el favoritismo ostensible para lograr la Copa de Francia por decimotercera vez y quinta ocasión consecutiva no son suficientes para maquillar las heridas de una institución afectada por el fracaso en Champions. Una desilusión que ha perjudicado en lo institucional por la visibilidad que representa afrontar las instancias superiores, en lo económico por los importantes ingresos que esto genera incluyendo la estrategia de marketing, en lo deportivo al no poder superar a un equipo diezmando y en el libreto inferior y las secuelas del infortunio por la lesión de Neymar, una de sus figuras estelares y en valor añadido que hubiese implicado su presencia.
Para el Paris Saint-Germain lo ideal es cerrar la temporada con los resultados previstos sabiendo que se le vienen días muy agitados en las próximas semanas. El técnico Thomas Tuchel y la dirección del club ya están diseñando la temporada que se viene, con algunos posibles cambios en el organigrama y la reestructuración del plantel. Una tarea que no va resultar fácil por las exigencias del alemán para potenciar su plantel con elementos de jerarquía y el rol que pretende asumir, lo que implicaría una mayor participación en la toma de decisiones entre los fichajes.
Plagado de algunas malas experiencias, errores de casting del pasado con algunas incorporaciones y una gestión cuestionada con responsabilidades compartidas, el PSG está decidido de partir bajo otros principios, que tengan como objetivo el posicionamiento del club entre los grandes como protagonista en la escena europea y la promesa que con la continuidad asegurada de Neymar y Mbappé como abanderados, la historia en adelante debe ser otra.