Gareth Bale hace la estatua y se aleja de seguir en el Real Madrid
Ante el Huesca, el galés perdió otra oportunidad de acallar las críticas. Hasta Luca Zidane (38) dio más pases que él (31). Terminó siendo silbado.
Marco Ruiz
As
Era el partido ideal para él. Campo ancho y largo, el Bernabéu, y el colista enfrente. Todo estaba a su favor para que Bale hubiera dado un golpe en la mesa. Pero no lo hizo. Al contrario, fue casi transparente, sólo apareció para una acción muy puntual, el pase con el exterior que sirvió a Benzema para dar la asistencia a Ceballos para el segundo gol del Madrid. El resto de su encuentro terminó desesperando al público del Bernabéu, que le silbó primero cuando tiró una falta arriba, luego cuando falló un gol cantado en línea de gol y, por último, cuando perdió un balón por su dejadez ya en el tramo final del partido.
Cuando Zidane llegó por segunda vez al Madrid Bale supo que sus días estaban contados en la entidad. Ya no tiene el apoyo de la directiva. Llegó al Madrid en 2013 y esta temporada debía ser la de su confirmación definitiva después de que le abrieran el camino con la venta de Cristiano. Pero, muy lejos de cumplir con el objetivo, parece que el futuro de Bale está cada vez más lejos del Bernabéu. “Bale estará en el Madrid el tiempo que el Madrid quiera”, dijo Jonathan Barnett a As hace unas fechas. Y esa es precisamente la clave. Hasta el agente del galés desconfía de las intenciones del club con su representado. En otras ocasiones su discurso era más contundente: “Bale se queda seguro”.
Bale ante el Huesca.
Bale debía derribar la puerta ante el Huesca como debe hacerlo en los nueve partidos de Liga que restan por jugarse. Pero ante el colista sólo llevó ocho balones al área del rival (Odrizola, siendo lateral, llevó tan sólo uno menos que él). No consigue el galés mezclar con el equipo. Dio 31 pases, sobradamente el jugador del once que menos intervino en el juego. Sólo dieron menos pases que él los tres suplentes: Valverde (13), Lucas Vázquez (16) y Mariano (4). Hasta Luca Zidane (38), hizo más combinaciones que él. Bale tiene que dar mucho más si quiere apagar las voces que dicen que debe ser traspasado.
Marco Ruiz
As
Era el partido ideal para él. Campo ancho y largo, el Bernabéu, y el colista enfrente. Todo estaba a su favor para que Bale hubiera dado un golpe en la mesa. Pero no lo hizo. Al contrario, fue casi transparente, sólo apareció para una acción muy puntual, el pase con el exterior que sirvió a Benzema para dar la asistencia a Ceballos para el segundo gol del Madrid. El resto de su encuentro terminó desesperando al público del Bernabéu, que le silbó primero cuando tiró una falta arriba, luego cuando falló un gol cantado en línea de gol y, por último, cuando perdió un balón por su dejadez ya en el tramo final del partido.
Cuando Zidane llegó por segunda vez al Madrid Bale supo que sus días estaban contados en la entidad. Ya no tiene el apoyo de la directiva. Llegó al Madrid en 2013 y esta temporada debía ser la de su confirmación definitiva después de que le abrieran el camino con la venta de Cristiano. Pero, muy lejos de cumplir con el objetivo, parece que el futuro de Bale está cada vez más lejos del Bernabéu. “Bale estará en el Madrid el tiempo que el Madrid quiera”, dijo Jonathan Barnett a As hace unas fechas. Y esa es precisamente la clave. Hasta el agente del galés desconfía de las intenciones del club con su representado. En otras ocasiones su discurso era más contundente: “Bale se queda seguro”.
Bale ante el Huesca.
Bale debía derribar la puerta ante el Huesca como debe hacerlo en los nueve partidos de Liga que restan por jugarse. Pero ante el colista sólo llevó ocho balones al área del rival (Odrizola, siendo lateral, llevó tan sólo uno menos que él). No consigue el galés mezclar con el equipo. Dio 31 pases, sobradamente el jugador del once que menos intervino en el juego. Sólo dieron menos pases que él los tres suplentes: Valverde (13), Lucas Vázquez (16) y Mariano (4). Hasta Luca Zidane (38), hizo más combinaciones que él. Bale tiene que dar mucho más si quiere apagar las voces que dicen que debe ser traspasado.