Cristiano frena a un Ajax mejor

Un gol del exmadridista salvó a la Juventus en Ámsterdam: los de Ten Hag protagonizaron otra gran actuación, pero la Vecchia Signora supo aguantar y también estuvo cerca del 1-2.


Mirko Calemme
As
Cristiano se ha vuelto a poner el traje de rey de la Champions (con mechas rubias incluidas) y otro gol suyo salvó a la Juventus en Ámsterdam: un Ajax nuevamente espectacular debe contentarse con un 1-1 tras un partido inolvidable y que promete mucho para la vuelta. Cruijff decía que, en sus equipos, el portero es el primer atacante y el delantero el primer defensor: el ‘Pelé blanco’ estaría orgulloso de sus discípulos, que desquiciaron a la Vecchia Signora con una presión constante y valiente. Los de ten Hag se instalaron en el área rival y, a través de su calidad, donde no había huecos, los inventaban. La zaga bianconera sufrió la ausencia de Chiellini, aunque Rugani hizo un buen trabajo limitando los daños, y el Ajax mereció un 1-0 que tuvo muy cerca varias veces: dos con el endemoniado Ziyech (el marroquí disparaba cada vez que tenía ángulo) y una, la mejor, con Van de Beek, que finalizó rematando fuera con un derechazo una preciosa jugada comenzada en los pies de Onana.




El ‘fútbol total’ de los holandeses, perfecto gracias a su columna vertebral (la solidez de De Ligt, la sabiduría de De Jong y la fantasía de Tadic) no conseguía recoger sus frutos. Y los bianconeri, que saben sufrir como nadie, esperaban su momento. Allegri, en fase ofensiva, puso a Bernardeschi de ‘trequartista’: el italiano guiaba cada ataque de los suyos y, recibiendo un testarazo de Cristiano, desperdició el balón del 0-1. Ronaldo vivió 45’ de pasión: jugaba por los compañeros, a los que regañaba cuando no presionaban como quería. La lesión ya es un recuerdo.

A un instante del descanso, cuando más duele encajar un gol, Cristiano decidió que había llegado la hora: cedió el balón a su amigo Cancelo, le enseñó donde devolvérselo y llegó puntual a la cita, tirándose en plancha para batir a Onana con un cabezazo. Ocho goles en seis partidos: el ogro del Ajax volvió a morder.

Un tanto en aquel momento del enfrentamiento, decíamos, le partiría las piernas a cualquier equipo. Pero eso los chicos terribles de la Cruijff Arena no lo saben (o, mejor dicho, les da igual), así que empezaron la reanudación con la misma hambre. En la primera jugada, Cancelo manchó su actuación controlando mal un balón que Neres se llevó, desde la banda izquierda, hasta el corazón del área juventina, concluyendo su carrera con una rosca perfecta ejecutada con su pie débil, el derecho. Fue el 1-1: al Ajax le hicieron falta cinco remates a puerta para marcar un gol, a la Juve uno. Lo dice todo.

Los locales, que estuvieron a centímetros del 2-1 con un latigazo de Tagliafico (que se perderá la vuelta por sanción), mantuvieron las riendas del partido, aunque fisiológicamente perdieron intensidad con el paso de los minutos. Szczesny le negó a Ekkelenkamp, que se estrenó 19 años y ningún miedo escénico, el tanto de su vida; Douglas Costa, que sustituyó a un apagado Mandžukic, regresó tras su lesión con muchas ganas y golpeó el poste tras una preciosa jugada personal. Entre un vaivén y otro (Allegri buscó la sentencia poniendo también a Dybala), de repente llegó el 90’: fue el partidazo que nos esperábamos y, como todo lo que divierte, pasó volando. Todo se decidirá en Turín. Será otra batalla.

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