Bolsonaro anuncia un aguinaldo para quienes dependen de subsidios estatales
Brasil, EFE
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, anunció este jueves que los beneficiarios de los planes de subsidios estatales comenzarán a recibir este año un “aguinaldo”, una decisión que muestra la cara “fraterna” del Gobierno de ultraderecha.
El “aguinaldo” fue anunciado durante un acto en el que el Gobierno presentó un balance de sus primeros 100 días y alcanza a unas 14,1 familias en situación de pobreza que reciben subsidios a través del programa Bolsa Familia, creado en 2003 por el entonces presidente Luiz Inácio Lula da Silva, hoy en prisión por corrupción.
En un breve discurso, Bolsonaro reiteró en la ceremonia que el Gobierno que asumió el 1 de enero pasado mantendrá “su foco en la valorización de la familia y los valores cristianos, para una educación de calidad y sin matices ideológicos”.
El ministro de la Presidencia, Onyx Lorenzoni, explicó en una rueda de prensa posterior al acto que el aumento del beneficio para los más pobres deja en evidencia el “deseo” del Gobierno de “hacer un país más fraterno”, en especial para “esas hermanas y hermanos que necesitan de una red de solidaridad” estatal.
Cada una de las familias amparadas por ese programa recibe por mes un promedio de 186 reales (unos 50 dólares) y el “aguinaldo” que anunció el Gobierno del líder de la ultraderecha será por el mismo valor y distribuido hacia fin de año.
Según los cálculos oficiales, hasta ahora los subsidios que se distribuyen mediante el Bolsa Familia totalizan unos 30.000 millones de reales (7.894 millones de dólares), que representan poco más del 1 % de los presupuestos del Gobierno.
Con la concesión de ese aguinaldo, ese valor aumentará en 2.600 millones de reales (684 millones de dólares) anuales, de acuerdo con las cifras presentadas por el Ministerio de la Ciudadanía, que está a cargo del programa de combate a la pobreza.
La mayoría de las familias beneficiadas por el aumento de los subsidios reside en el noreste del país, la región menos desarrollada y con los más elevados índices de pobreza, y en la que Bolsonaro tuvo las menores tasa de apoyo en las elecciones del año pasado, que ganó con un 55 % de los votos.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, anunció este jueves que los beneficiarios de los planes de subsidios estatales comenzarán a recibir este año un “aguinaldo”, una decisión que muestra la cara “fraterna” del Gobierno de ultraderecha.
El “aguinaldo” fue anunciado durante un acto en el que el Gobierno presentó un balance de sus primeros 100 días y alcanza a unas 14,1 familias en situación de pobreza que reciben subsidios a través del programa Bolsa Familia, creado en 2003 por el entonces presidente Luiz Inácio Lula da Silva, hoy en prisión por corrupción.
En un breve discurso, Bolsonaro reiteró en la ceremonia que el Gobierno que asumió el 1 de enero pasado mantendrá “su foco en la valorización de la familia y los valores cristianos, para una educación de calidad y sin matices ideológicos”.
El ministro de la Presidencia, Onyx Lorenzoni, explicó en una rueda de prensa posterior al acto que el aumento del beneficio para los más pobres deja en evidencia el “deseo” del Gobierno de “hacer un país más fraterno”, en especial para “esas hermanas y hermanos que necesitan de una red de solidaridad” estatal.
Cada una de las familias amparadas por ese programa recibe por mes un promedio de 186 reales (unos 50 dólares) y el “aguinaldo” que anunció el Gobierno del líder de la ultraderecha será por el mismo valor y distribuido hacia fin de año.
Según los cálculos oficiales, hasta ahora los subsidios que se distribuyen mediante el Bolsa Familia totalizan unos 30.000 millones de reales (7.894 millones de dólares), que representan poco más del 1 % de los presupuestos del Gobierno.
Con la concesión de ese aguinaldo, ese valor aumentará en 2.600 millones de reales (684 millones de dólares) anuales, de acuerdo con las cifras presentadas por el Ministerio de la Ciudadanía, que está a cargo del programa de combate a la pobreza.
La mayoría de las familias beneficiadas por el aumento de los subsidios reside en el noreste del país, la región menos desarrollada y con los más elevados índices de pobreza, y en la que Bolsonaro tuvo las menores tasa de apoyo en las elecciones del año pasado, que ganó con un 55 % de los votos.