Uno de los responsables de la masacre de 30.000 opositores, el nuevo jefe del Poder Judicial en Irán

El clérigo ultraconservador Ebrahim Raisi, perpetrador de la masacre de presos políticos de 1988, fue designado ayer por el líder supremo iraní, el ayatollah Ali Khamenei

Infobae
El ex juez y ex candidato presidencial Ebrahim Raisi, también conocido como Seyyed Ebrahim Rais al-Sadati, fue designado este jueves titular del Poder Judicial iraní por el líder supremo de ese país el ayatollah Ali Khamenei.


Raisi reemplazará a Sadegh Amoli Larijani, quien en diciembre fue nombrado presidente del poderoso Consejo de Conveniencia luego de que el gobierno de Donald Trump lo sancionara el año pasado por cometer "graves abusos contra los derechos humanos", incluida la "ejecución de personas jóvenes en el momento de su crimen y la tortura o trato o castigo cruel, inhumano y degradante de los presos en Irán, incluidas las amputaciones".

Se trata de un clérigo que es uno de los pilares del establishment conservador, que se ha desempeñado como fiscal general, supervisor de la emisora ​​estatal IRIB y fiscal en el Tribunal Especial para Clérigos. Lleva el título de Hojjat al-Islam, que es un rango debajo del ayatolá en la jerarquía de clérigos chiítas.

Raisi se convirtió en fiscal adjunto del Tribunal Revolucionario de Teherán -conocido como el "comité de la muerte"- durante la guerra entre Irán y Irak de 1980-88. Organizaciones de derechos humanos, miembros de la oposición y disidentes han acusado al tribunal de supervisar la ejecución de presos políticos sin el debido proceso legal durante su gestión.

Más de 30.000 prisioneros políticos, la inmensa mayoría de ellos afiliados al principal grupo de oposición democrática -la Organización de Muyahidines del Pueblo de Irán-, fueron ejecutados en el lapso de algunas semanas durante el verano de 1988 tras una fatwa del líder supremo del régimen Ruhollah Jomeini. La fatwa acusaba a todos los miembros y simpatizantes de la OMPI, conocida en farsi como Mujahedin-e Khalq (MeK), de "mohareb" ("en guerra contra Dios") y los condenaba a ser ejecutados.

Teherán procedió a establecer paneles en las prisiones de todo el país, conocidas como Comisiones de la Muerte, que decidieron quién viviría y quien moriria. Raisi formó parte de una comisión de cuatro miembros que presidió el asesinato de los reclusos en la prisión de Evin, la cárcel más famosa de Irán, y la prisión de Gohardasht.

A fines de 2018, Amnistía Internacional publicó un informe de 200 páginas titulado "Irán, secretos sangrientos. Por qué las masacres en las prisión iraníes de 1988 son un caso activo de crímenes contra la humanidad" (en inglés "Iran: Blood-soaked Secrets: Why Iran's 1988 Prison Massacres are Ongoing Crimes Against Humanity") en donde se detalla el rol clave de Raisi en ordenar las ejecuciones masivas en 1988.

"Al ocultar la suerte y el paradero de miles de disidentes políticos que fueron víctimas de desaparición forzada y ejecutados en secreto en prisión hace 30 años, las autoridades iraníes continúan cometiendo crímenes de lesa humanidad", dice Amnistía Internacional en el abrumador informe, tras el cual pidió a la ONU que emprenda una investigación independiente sobre las desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales masivas que siguen impunes desde hace tres décadas.

De acuerdo con un comunicado de la Fundación por la Defensa de las Democracias (Foundation for Defense of Democracies), el nombramiento de Raisi "refleja la antigua prioridad del poder judicial: salvaguardar el poder y la ideología islamista de la teocracia".

En 2016, una grabación de audio de 1988 de una reunión entre el gran ayatollah Hossein Ali Montazeri, un delegado de Jomeini, y Raisi y los otros tres miembros de su comisión, mostró una reprimenda de Montazeri hacia al panel acusándolos de haber perpetrado el "mayor crimen cometido en la República Islámica" y que "en el futuro se grabarán en los anales de la historia como criminales".

En ese mismo año fue elegido por Khamenei para dirigir el Santuario Imam Reza y liderar su enorme conglomerado de negocios, Astan Qods Razavi, con intereses que van desde las industrias tecnológicas y la banca hasta construcción y agricultura, y propiedades estimadas en 20 mil millones de dólares, que funciona como fuente de financiamiento del líder supremo de Irán.

En las diferentes funciones que ocupó, buscó o presidió el procesamiento, el encarcelamiento, la tortura y la ejecución de innumerables detenidos. En una ocasión, alabó la amputación de la mano de un ladrón, llamándola "castigo divino" y una "fuente de orgullo".

Durante su campaña en 2017, Raisi defendió la masacre de 1988 y se manifestó más duro que Rohani en la negociación del acuerdo nuclear de 2015 con las potencias mundiales que trajo un alivio a las sanciones de la república islámica a cambio de limitar su programa nuclear. El año pasado, el presidente estadounidense, Donald Trump, retiró a Washington del pacto y impuso nuevas sanciones a Teherán.

Raisi lidera actualmente el Santuario del Imán Reza, fue rival del presidente Hassan Rohani en las elecciones iraníes de 2017 y tiene estrechos vínculos con el líder supremo.

En un comunicado oficial, Khamenei dijo que designó a Raisi lograr una "transformation (en el Poder Judicial) en linea con (sus) necesidades, avances y desafíos" en el año del 40° aniversario de la Revolución Islámica. "Para llevar a cabo esta crucial función, lo he elegido, (por)que tiene un largo historial en diferentes niveles del Poder Judicial y está en contacto con sus matices". Además, Hizo un llamado a Raisi para que esté "con el pueblo, la revolución y contra la corrupción" en su nuevo papel.

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