Un tridente que ajustar, trabajo pendiente para Simeone
La mezcla de los tres delanteros no propició situaciones de remate, pero el módulo mejoró con Griezmann partiendo desde la mediapunta.
F.J.Díaz
As
Fue la primera puesta en escena de esa opción de ver juntos a Morata, Costa y Griezmann que tanto parece gustar. "Obviamente tenemos que mejorarlo". Simeone valoró así tras la derrota en San Mamés el estreno de su tridente desde el primer minuto. Las sensaciones con las que salió del estadio del Athletic no fueron las mejores, pero es cierto que fue el primer día y que, sobre todo, ni a nivel físico ni mental el escenario era el mejor. No obstante la segunda parte y su movimiento tras el descanso le aclararon las ideas.
Partió con Griezmann incrustado en la parte derecha de la zona de medios, pero estirándose en ataque. Para Morata quedaba el frente, mientras que el principal damnificado era Costa que caía más al costado izquierdo. Al ariete hispano brasileño se le vio el más incómodo de los tres, partiendo de que su nivel físico aún no era el ideal. Con Morata como referencia Costa no pudo moverse explotando esas diagonales para atacar los espacios a la espalda de la defensa que tanto le gustan, pero eso no fue lo peor. Lento, pesado y sin chispa, erró varias veces en el momento crucial de la jugada y no dio continuidad al juego.
Morata tuvo la responsabilidad de estirar al equipo y fajarse más con los centrales, pero no llegó a inquietar en posiciones de remate. El Atlético buscó el área con centros 19 veces en San Mamés, pero solamente cuatro de esos envíos encontraron a un compañero como receptor. Morata se fue de Bilbao con un único remate intentado. Curiosamente uno que pifió tras una pelota que le llegaba con Herrerín batido. El partido volvió a dejar en evidencia los problemas que también está teniendo el Atlético para profundizar por fuera. Ni Saúl ni Juanfran alimentaron las posibilidades en el área de Morata.
Griezmann arrancó desde la derecha, a pierna cambiada, con el objetivo de acercarse con diagonales a los dos puntas, abriendo las opciones de pase a su pierna izquierda. Sin embargo en Bilbao se prodigó poco durante el primer tiempo, parecía lejano a Morata y en las antípodas de Costa. La conexión no hilvanaba y Simeone tomó una decisión en el descanso que mejoró a su equipo. Centró al francés tras la pausa, lo que le ofreció asentarse entre líneas y la posibilidad de que Griezmann se asociara más fácil con los puntas acortando las distancias, con mayor capacidad de sorpresa y con la portería más cerca. Mejoró el equipo y justo cuando daba sensación de que podía llevarse el partido, llegó el error que supuso el 1-0. Por ahí el que Simeone subrayara en rueda de prensa las buenas sensaciones de la segunda parte, cercenadas por la contundencia del Athletic.
F.J.Díaz
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Fue la primera puesta en escena de esa opción de ver juntos a Morata, Costa y Griezmann que tanto parece gustar. "Obviamente tenemos que mejorarlo". Simeone valoró así tras la derrota en San Mamés el estreno de su tridente desde el primer minuto. Las sensaciones con las que salió del estadio del Athletic no fueron las mejores, pero es cierto que fue el primer día y que, sobre todo, ni a nivel físico ni mental el escenario era el mejor. No obstante la segunda parte y su movimiento tras el descanso le aclararon las ideas.
Partió con Griezmann incrustado en la parte derecha de la zona de medios, pero estirándose en ataque. Para Morata quedaba el frente, mientras que el principal damnificado era Costa que caía más al costado izquierdo. Al ariete hispano brasileño se le vio el más incómodo de los tres, partiendo de que su nivel físico aún no era el ideal. Con Morata como referencia Costa no pudo moverse explotando esas diagonales para atacar los espacios a la espalda de la defensa que tanto le gustan, pero eso no fue lo peor. Lento, pesado y sin chispa, erró varias veces en el momento crucial de la jugada y no dio continuidad al juego.
Morata tuvo la responsabilidad de estirar al equipo y fajarse más con los centrales, pero no llegó a inquietar en posiciones de remate. El Atlético buscó el área con centros 19 veces en San Mamés, pero solamente cuatro de esos envíos encontraron a un compañero como receptor. Morata se fue de Bilbao con un único remate intentado. Curiosamente uno que pifió tras una pelota que le llegaba con Herrerín batido. El partido volvió a dejar en evidencia los problemas que también está teniendo el Atlético para profundizar por fuera. Ni Saúl ni Juanfran alimentaron las posibilidades en el área de Morata.
Griezmann arrancó desde la derecha, a pierna cambiada, con el objetivo de acercarse con diagonales a los dos puntas, abriendo las opciones de pase a su pierna izquierda. Sin embargo en Bilbao se prodigó poco durante el primer tiempo, parecía lejano a Morata y en las antípodas de Costa. La conexión no hilvanaba y Simeone tomó una decisión en el descanso que mejoró a su equipo. Centró al francés tras la pausa, lo que le ofreció asentarse entre líneas y la posibilidad de que Griezmann se asociara más fácil con los puntas acortando las distancias, con mayor capacidad de sorpresa y con la portería más cerca. Mejoró el equipo y justo cuando daba sensación de que podía llevarse el partido, llegó el error que supuso el 1-0. Por ahí el que Simeone subrayara en rueda de prensa las buenas sensaciones de la segunda parte, cercenadas por la contundencia del Athletic.