Rodrigo y Gameiro siguen de fiesta en Mestalla

Los de Marcelino llegaban al partido con las pilas cargadas por la clasificación a la final de la Copa del Rey y no defraudaron. El Valencia cierra su semana grande con victoria.

Conrado Valle
As
Mestalla recibió a los suyos con aplausos de finalista y le dijo adiós con el 'Illa, illa, illa nos vamos a Sevilla'. La final de Copa ha despertado el corazón del valencianismo, que late fuerte. Con el triunfo ante el Athletic y la química con la grada, los de Marcelino, además de reencontrarse con la victoria tras cuatro empates consecutivos, se ven fuertes para pelear hasta el final por meterse en Champions. En dos semanas, el meritorio Getafe de Bordalás, que sigue allá arriba en la tabla, vuelve por Valencia.


Precisamente ahí radicaba uno de los miedos de Marcelino, que la resaca copera pudiera influir contra el Athletic. Por ello introdujo seis cambios en el once, para que el físico no fuera un agravante. Los leones han encontrado con Garitano orden y equilibrio, sustentados por Yeray, Iñigo Martínez y la dupla Beñat-Dani García. Ese bloque que es hoy el equipo bilbaíno requiere de mente sana in corpore sano para superar sus líneas. Ello y pegada. Lo primero lo puso Parejo, lo segundo Kondogbia, lo tercero Rodrigo Moreno.

Cierto es que de salida del Athletic estuvo mejor, sustentado en un omnipresente Raúl García, quien tuvo un encuentro movido con Medié Jiménez. O el catalán con el navarro, según se mire. Raúl García protestó con energía un posible penalti de Diakhaby que el colegiado no consideró que fuera ni tampoco el VAR. Fue a raíz de ese suspense tecnológico cuando el Valencia aterrizó de su nube. Lo hizo con dos arrancadas hasta la línea de fondo de Gayà. A partir de ahí el Valencia se hizo el amo de la pelota, del juego, si bien, como en tantos otros partidos, a los blanquinegros parecía que se les resistía otra vez el gol. Es su mal en esta Liga, su lastre en la clasificación. Sin embargo no acabó siendo el caso ante el Athletic.

Rodrigo, al poco de empezar la segunda mitad, enganchó una volea precisa y preciosa en el vértice del área. Herrerín solo pudo que aplaudir semejante golazo. El Valencia tenía el partido donde Marcelino lo quería. Entre otros motivos porque el Athletic, ofensivamente, no anduvo fino por Mestalla. Ni Muniain ni Williams tuvieron su noche y Neto fue un mero espectador. Los leones solo sacaron algo sus garras en los últimos ocho minutos, en los que al Valencia le entraron los sudores de tantos empates. Pero incluso ahí Neto siguió sin marcharse la camisa y fue Gameiro, tras asistencia de Carlos Soler, quien puso la puntilla.

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