Rakitic, la 'patata caliente' que se anuncia
Bartomeu le prometió una mejora a la vuelta del Mundial. Y no es que el croata baje su rendimiento. Al contrario, lo mejora. Venderlo o mejorarlo, la incógnita del club.
Juan Jiménez
As
Ivan Rakitic (10-3-1988) se lo va a poner muy difícil a Josep Maria Bartomeu. Su gol en el Bernabéu, que firma el 'sorpasso' histórico del Barça al Madrid en la historia de los Clásico, es el último argumento tangible en la mesa del presidente para que cumpla con su palabra y mejore el contrato como le prometió este verano cuando regresó del Mundial. Entonces, Rakitic tenía una oferta millonaria del PSG y se pensó marcharse. Dos cosas le frenaron. Una, que el PSG le hacía una proposición jugosísima a él pero no tenía ni de lejos los 125 millones de euros para pagar su cláusula de rescisión. La otra, su estatus en el Barça y en Barcelona, donde es respetado en el vestuario y vive cómodamente en Castelldefels con su familia.
Pero la promesa estaba ahí. Y amenaza con patata caliente este verano. Entonces Bartomeu tendrá que escoger entre oficializar la mejora de su contrato o 'facilitarle' una salida para que el croata pueda cobrar lo que el Barça, asfixiado por las fichas, ya no puede darle. Difícil decisión, más cuando la llegada de Frenkie de Jong es oficial y todavía se especula con el fichaje de Adrien Rabiot.
Valverde casi se cae de espaldas este verano cuando después de perder a Paulinho se enteró de que había 'caso Rakitic'. El croata es una de las extensiones en el campo del entrenador. Es un jugador obediente, fiable y brillante tácticamente más allá de sus conocidas virtudes futbolísticas. Rakitic equilibra al Barça y, como él mismo, está en el mejor momento de su carrera. Difícil tomar una decisión del calado de prescindir de él. Respetado en el mundillo, querido en el vestuario y adorado ya por la afición, lo de junio se anuncia como una patata caliente de las grandes para Josep Maria Bartomeu. En su despacho espera la llamada su agente, el discreto Arturo Canales, con la mesa repleta de ofertas de media Europa.
Juan Jiménez
As
Ivan Rakitic (10-3-1988) se lo va a poner muy difícil a Josep Maria Bartomeu. Su gol en el Bernabéu, que firma el 'sorpasso' histórico del Barça al Madrid en la historia de los Clásico, es el último argumento tangible en la mesa del presidente para que cumpla con su palabra y mejore el contrato como le prometió este verano cuando regresó del Mundial. Entonces, Rakitic tenía una oferta millonaria del PSG y se pensó marcharse. Dos cosas le frenaron. Una, que el PSG le hacía una proposición jugosísima a él pero no tenía ni de lejos los 125 millones de euros para pagar su cláusula de rescisión. La otra, su estatus en el Barça y en Barcelona, donde es respetado en el vestuario y vive cómodamente en Castelldefels con su familia.
Pero la promesa estaba ahí. Y amenaza con patata caliente este verano. Entonces Bartomeu tendrá que escoger entre oficializar la mejora de su contrato o 'facilitarle' una salida para que el croata pueda cobrar lo que el Barça, asfixiado por las fichas, ya no puede darle. Difícil decisión, más cuando la llegada de Frenkie de Jong es oficial y todavía se especula con el fichaje de Adrien Rabiot.
Valverde casi se cae de espaldas este verano cuando después de perder a Paulinho se enteró de que había 'caso Rakitic'. El croata es una de las extensiones en el campo del entrenador. Es un jugador obediente, fiable y brillante tácticamente más allá de sus conocidas virtudes futbolísticas. Rakitic equilibra al Barça y, como él mismo, está en el mejor momento de su carrera. Difícil tomar una decisión del calado de prescindir de él. Respetado en el mundillo, querido en el vestuario y adorado ya por la afición, lo de junio se anuncia como una patata caliente de las grandes para Josep Maria Bartomeu. En su despacho espera la llamada su agente, el discreto Arturo Canales, con la mesa repleta de ofertas de media Europa.