PSG 1-MANCHESTER UNITED 3 (3-3) / El VAR echa al PSG

Un gol de Rashford, de penalti revisado por el árbitro en el VAR, en el 90, da el pase a cuartos al United, que remontó el 0-2 de la ida, con doblete de Lukaku.


Jean Palacios
As
La decisión del árbitro esloveno Skomina decretando el final anunciaba también el epílogo de un escenario inimaginable, poco creíble y salido de la ficción. La victoria del Manchester United por 1-3 que ha dado la clasificación a cuartos de final en el Parque de los Príncipes era la muestra de una gran hazaña, después de que Rashford batiera de penalti a Buffon, una vez que el colegiado revisara en el VAR una mano casi imperceptible de Kimpembe.


El United ha logrado aquello que en un principio parecía irrealizable y hasta improbable y que vuelve a dejar secuelas en el PSG, como ocurriera hace dos años ante el Barça, con aquella remontada espectacular en el Camp Nou; como si fuera la confirmación de un traumatismo crónico que parece llevar impregnado en los octavos de final de la Liga de Campeones.

El penalti bien ejecutado por Rashford en el minuto 90 que le daba el pase a cuartos a la visita revive aquellas escenas de angustia y sufrimiento vividas por el PSG hace dos temporadas que lo hacen victima nuevamente de una remontada. Un triunfo bien trabajado, consecuencia del atrevimiento, ambición y espíritu solidario reflejado en el equipo de Solskjaer.

A poco de iniciado el partido, Lukaku no sólo abría el marcador, también alimentaba la ilusión de aquellos aficionados 'red devils' que hicieron el desplazamiento con una inyección de esperanza. Sí bien la alegría les duró poco tras el empate marcado por Bernat. El Manchester United continuó luchando y lleno de convicción con la complicidad de un rival impreciso, falto de profundidad que le ofrecía otra vez la posibilidad de ponerse en ventaja por sus propios errores defensivos y la buena ubicación, nuevamente de Lukaku para darle la ventaja parcial.

Tras el descanso, el PSG, apoyado por un libreto distinto, llevaba el control del partido con una mayor posesión, pero apelando al juego horizontal y poco profundo, a diferencia de un rival solidario, ordenado, que aprovechaba la potencia de Lukaku y la rapidez de Rashford para generar las contras. Decididos por la necesidad de marcar un gol que les metía en cuartos, cuando el juego expiraba, una acción desafortunada de Kimpembe en el área, impactando en el salto con la mano un centro de Dalot, generaba una acción polémica que tras consulta con el VAR confirmó el penalti y el disparo de Rashford desde los 11 metros dictaba sentencia para confirmar la proeza del United y ver cumplir un sueño que para muchos parecía inalcanzable.

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