Las elecciones que pueden marcar el futuro de la "Guerra Fría modelo XXI"
Las revueltas de 2014 en Ucrania, que desataron un enfrentamiento armado en el este y la anexión de Crimea por parte de Rusia, fueron el disparador de una nueva era de tensiones entre Moscú y Occidente. El resultado de los comicios ucranianos de este domingo puede ser decisivo para la evolución del conflicto
Darío Mizrahi
dmizrahi@infobae.com
Ucrania es vital para Rusia. Con más de 42 millones de habitantes, es el segundo país más poblado de Europa del Este, y es el vecino con el que comparte la mayor parte de su frontera oriental. Además, fue durante 70 años parte de la Unión Soviética, así que Moscú nunca dejó de considerarla casi como una provincia.
Es lógico que el Kremlin haya visto con preocupación la creciente eurofilia en Ucrania desde los primeros años de este siglo. El punto de inflexión se produjo en 2012, cuando comenzó a avanzar un acuerdo de asociación con la Unión Europea (UE). El presidente Viktor Yanukovych, aliado de Vladimir Putin, había impulsado el proceso en un primer momento, pero dio marcha atrás ante las presiones rusas. Esa decisión desató un masivo movimiento de protesta entre fines de 2013 y comienzos de 2014.
La caída de Yanukovych en febrero implicó el vuelco de Ucrania hacia Occidente. La posibilidad de que los tentáculos europeos lleguen tan cerca de su territorio desesperaba a Putin, que resolvió intervenir por la fuerza. Primero anexó la península de Crimea, que formaba parte de Ucrania desde 1953, y luego apoyó una insurrección armada en el este del país, en la región del Donbass. La guerra civil ya causó 13.000 muertos.
La UE y Estados Unidos reaccionaron aplicando sanciones a Rusia, que no estaba dispuesta a ceder. Así comenzó una nueva era en la geopolítica global, que hace recordar a la Guerra Fría por el regreso del enfrentamiento entre Moscú y sus viejos adversarios occidentales, aunque el mundo contemporáneo sea muy diferente y ya no se lo pueda dividir en dos polos.
Ucrania celebra este domingo las segundas elecciones presidenciales desde que estalló el conflicto. Las primeras fueron en mayo de 2014, en plena crisis, y las ganó Petro Poroshenko con más del 54% de los votos. Cinco años después, va por la reelección presentándose como el líder que logró mantenerse firme ante Rusia y que pudo contener la amenaza separatista en el este —aunque está lejos de haberla erradicado—.
Volverá a enfrentarlo Yulia Tymoshenko, que cultiva una estética que parece inspirada en Eva Perón, y que en 2014 salió segunda con el 12 por ciento. Tras ser una de las líderes de la Revolución Naranja de 2004, una serie de protestas contra las elecciones fraudulentas ganadas por Yanukovych, fue primera ministra entre 2007 y 2010, y fue presa política tras el retorno de Yanukovych al poder en 2010.
Zelensky no es un político, sino un comediante de la televisión, y no tiene ningún programa
Pero la sorpresa de la campaña es Volodymyr Zelensky, actor y comediante de 41 años, que en una popular serie encarna a un profesor que llega a la presidencia tras denunciar la corrupción generalizada en un video viral. La ficción está cerca de volverse realidad, porque es el favorito en las encuestas.
Es cierto que los tres candidatos son pro occidentales, pero tienen matices que pueden repercutir en el futuro de la relación bilateral, y en el escenario internacional. Por otro lado, las denuncias de fraude y las amenazas de no reconocer el resultado en caso de un triunfo de Poroshenko, siembran dudas sobre la estabilidad del país en los próximos años. Una crisis en Ucrania podría tener un efecto contagio de alcances imprevisibles.
Los candidatos
La campaña de Zelensky busca romper con todos los moldes de la política tradicional. En vez de dar discursos y hacer propuestas por televisión, presenta los capítulos de la serie que protagoniza, hace sketches arriba del escenario y canta. Al mismo tiempo, como todos los outsiders que tanto éxito están teniendo en distintas partes del mundo, privilegia las redes sociales para comunicarse con sus seguidores.
"¿Por qué Poroshenko quiere un segundo mandato? Para no tener un primero en la cárcel", dijo en uno de sus últimos actos. Para él, toda la clase política es corrupta, y hay que arrancarla de raíz de las instituciones ucranianas. Ese discurso tiene mucha resonancia entre los jóvenes desencantados con las elites.
"Zelensky está actualmente a la cabeza con el apoyo del 24,7% de los posibles votantes. Apoya abiertamente una resolución pacífica del conflicto con Rusia y la reintegración de las tierras no controladas en el Donbass. Sugiere organizar una conferencia con la participación de los signatarios del Memorándum de Budapest de 1994, que son Rusia, el Reino Unido y los Estados Unidos, con la adición de Francia, China y la UE, para mediar el fin de la guerra, el regreso de tierras ocupadas y los pagos de reparación de Rusia. Apoya el movimiento hacia la OTAN, pero cree que la membresía debe decidirse sobre la base de un referéndum", dijo a Infobae Mykhailo Minakov, investigador del Kennan Institute, abocado al estudio de Rusia y del espacio postsoviético.
Obviamente, los adversarios le critican su nula experiencia en gestión y la vacuidad de muchas de sus propuestas. Además, ponen en duda que pueda hacer lo que se propone, porque no está claro con quiénes se aliaría en el Parlamento.
"Zelensky no es un político, sino un comediante de la televisión, y no tiene ningún programa. Rara vez ha dado entrevistas para discutir sus puntos de vista. Su show se encuentra en el canal 1 + 1, propiedad del oligarca Igor Kolomoysky, que tiene muy malas relaciones con Poroshenko porque le quitó sus principales fuentes de corrupción. Zelensky es la venganza de Kolomoysky contra Poroshenko. Es popular porque no ha dicho nada y porque quienes lo apoyan quieren protestar contra todos los demás", explicó Taras Kuzio, profesor del Departamento de Ciencia Política de la Universidad Nacional de Kiev, Academia Mohyla, consultado por Infobae.
El eje de campaña de Poroshenko es que nadie va a ser tan intransigente con Rusia como él. "Mi aliado es el pueblo ucraniano (…) mi adversario es Putin", afirmó esta semana en un acto. Tiene a su favor que todos dentro y fuera saben qué pueden esperar de él. Pero su imagen está muy desgastada por la sucesión de escándalos de corrupción que estallaron en su gobierno. Es una de las razones por las que está tercero, con una intención de voto de 16,8 por ciento.
En el caso de que ganen Zelensky o Tymoshenko, la posibilidad de un acuerdo con Rusia es mayor. Esto ayudaría a aliviar el conflicto en el Donbass, pero también disminuiría la integración de Ucrania con Europa
"Tiene algunos logros —continuó Kuzio—. Los votantes son críticos con él porque no creen que haya hecho lo suficiente para combatir la corrupción. Sin embargo, creó nuevas instituciones anticorrupción y cerró espacios utilizados por las elites para robar. Adicionalmente, formó un ejército, reconstruyó el sector industrial militar, repelió la agresión rusa, aseguró la continuación de las sanciones occidentales contra Moscú y la descentralización del país fue exitosa".
Tymoshenko se presenta como la candidata de la paz. Cerró la campaña rodeada de mujeres y de pensionados y prometió una "Ucrania fuerte, pacífica e independiente".
"Apoyada por el 18,3% de los votantes probables, identifica el logro de la paz y la seguridad como la primera tarea en su programa —dijo Minakov—. Propone la diplomacia en el formato del Memorando de Budapest como una herramienta para hacer que Rusia devuelva el Donbass y Crimea. Para respaldar los pasos diplomáticos, promete desarrollar el ejército ucraniano de acuerdo con las normas de la OTAN. También promete aumentar el actual paquete de motivación financiera y material ofrecido a los soldados, y aumentar los beneficios de seguridad social para los veteranos".
Con 58 años, es la dirigente con mayor recorrido, lo cual le puede jugar en contra si la dicotomía es entre cambio y continuidad. Lo nuevo es Zelensky y la estabilidad es representada por Poroshenko. Como éste, ha recibido muchas denuncias de corrupción.
"Es el tercer intento de Tymoshenko y volverá a perder. Es una socialista populista muy contradictoria en sus políticas. Dice que está a favor de las reformas, pero no vota por ellas en el parlamento. Es muy hostil con el FMI y afirma que es pro UE. Su mayor inconveniente es que los votantes no confían en ella, ya que constantemente miente, exagera y manipula los hechos, al igual que todos los populistas", afirmó Kuzio.
Más allá de quién sume más votos este domingo, todos los caminos conducen al ballotage, ya que no se espera que nadie supere el 50 por ciento. La segunda vuelta sería el 21 de abril. Como Zelensky parece tener el acceso casi garantizado, el gran interrogante es si competirá con el actual presidente o con la ex primera ministra.
El futuro de las relaciones con Rusia
"Hay dos diferencias significativas entre los tres candidatos principales. La primera es que Poroshenko y Tymoshenko son políticos bien afilados, que han participado en la política ucraniana a lo largo de su historia postsoviética. En cambio, Zelensky es un recién llegado y un completo desconocido. La segunda es que Poroshenko y Tymoshenko están tomando una postura dura sobre la guerra en el este de Ucrania, diciendo que no apoyarán el otorgamiento de una autonomía especial a la región dentro de una Ucrania reunificada, ni las negociaciones con Moscú para hacerlo posible. Zelensky dice que la única manera de resolver el impasse es negociar con Rusia", sostuvo Maria Popova, profesora de ciencia política de la Universidad McGill de Montreal, en diálogo con Infobae.
La tensión que se vivió en diciembre pasado en el Mar de Azov fue una muestra de que el enfrentamiento con Rusia puede escalar de un momento a otro. Una pequeña flota de la Marina ucraniana atravesaba el estrecho de Kerch, que rodea la costa de Crimea, cuando fue interceptada por la Guardia Costera de Rusia, que disparó y embistió a uno de los barcos.
Varios de los tripulantes resultaron heridos y fueron arrestados. Moscú insistió en que entraron ilegalmente en sus aguas territoriales y calificó de provocación al suceso. Kiev afirmó que era un recorrido de rutina, en una zona que debe ser patrullada por ambos países según un acuerdo bilateral. Pero la crisis trascendió las fronteras, ya que Donald Trump suspendió un encuentro bilateral que tenía pautado con Putin en los días siguientes.
El campo político prorruso que antes representaba Yanukovych quedó totalmente marginado. Se espera que Yuriy Boyko, su candidato, termine cuarto o quinto. Así que las elecciones no traerían aparejado un cambio radical de rumbo, porque los tres principales contendientes están a favor de la UE. Pero no habría que menospreciar el impacto que podrían tener las pequeñas diferencias entre ellos en torno a qué hacer con el Kremlin.
"En el caso de que ganen Zelensky o Tymoshenko, la posibilidad de un acuerdo con Rusia es mayor —dijo Minakov—. Esto ayudaría a aliviar el conflicto en el Donbass, pero también disminuiría la integración de Ucrania con Europa. Así se transformaría el conflicto entre Occidente y Moscú. Lo más probable es que las relaciones entre Estados Unidos y Rusia permanezcan empañadas y tensas, pero el vínculo con la UE podría mejorar. En caso de victoria de Poroshenko, el statu quo prevalecería".
No obstante, es probable que el mayor riesgo para el futuro de la región no pase por el triunfo de uno u otro candidato, sino por la posibilidad de que se desate una crisis política. No sería extraño que el Kremlin, o las milicias prorrusas que actúan en el este de Ucrania, traten de aprovechar la oportunidad para obtener algún triunfo. Podría ser el comienzo de una crisis mucho más profunda y peligrosa.
Darío Mizrahi
dmizrahi@infobae.com
Ucrania es vital para Rusia. Con más de 42 millones de habitantes, es el segundo país más poblado de Europa del Este, y es el vecino con el que comparte la mayor parte de su frontera oriental. Además, fue durante 70 años parte de la Unión Soviética, así que Moscú nunca dejó de considerarla casi como una provincia.
Es lógico que el Kremlin haya visto con preocupación la creciente eurofilia en Ucrania desde los primeros años de este siglo. El punto de inflexión se produjo en 2012, cuando comenzó a avanzar un acuerdo de asociación con la Unión Europea (UE). El presidente Viktor Yanukovych, aliado de Vladimir Putin, había impulsado el proceso en un primer momento, pero dio marcha atrás ante las presiones rusas. Esa decisión desató un masivo movimiento de protesta entre fines de 2013 y comienzos de 2014.
La caída de Yanukovych en febrero implicó el vuelco de Ucrania hacia Occidente. La posibilidad de que los tentáculos europeos lleguen tan cerca de su territorio desesperaba a Putin, que resolvió intervenir por la fuerza. Primero anexó la península de Crimea, que formaba parte de Ucrania desde 1953, y luego apoyó una insurrección armada en el este del país, en la región del Donbass. La guerra civil ya causó 13.000 muertos.
La UE y Estados Unidos reaccionaron aplicando sanciones a Rusia, que no estaba dispuesta a ceder. Así comenzó una nueva era en la geopolítica global, que hace recordar a la Guerra Fría por el regreso del enfrentamiento entre Moscú y sus viejos adversarios occidentales, aunque el mundo contemporáneo sea muy diferente y ya no se lo pueda dividir en dos polos.
Ucrania celebra este domingo las segundas elecciones presidenciales desde que estalló el conflicto. Las primeras fueron en mayo de 2014, en plena crisis, y las ganó Petro Poroshenko con más del 54% de los votos. Cinco años después, va por la reelección presentándose como el líder que logró mantenerse firme ante Rusia y que pudo contener la amenaza separatista en el este —aunque está lejos de haberla erradicado—.
Volverá a enfrentarlo Yulia Tymoshenko, que cultiva una estética que parece inspirada en Eva Perón, y que en 2014 salió segunda con el 12 por ciento. Tras ser una de las líderes de la Revolución Naranja de 2004, una serie de protestas contra las elecciones fraudulentas ganadas por Yanukovych, fue primera ministra entre 2007 y 2010, y fue presa política tras el retorno de Yanukovych al poder en 2010.
Zelensky no es un político, sino un comediante de la televisión, y no tiene ningún programa
Pero la sorpresa de la campaña es Volodymyr Zelensky, actor y comediante de 41 años, que en una popular serie encarna a un profesor que llega a la presidencia tras denunciar la corrupción generalizada en un video viral. La ficción está cerca de volverse realidad, porque es el favorito en las encuestas.
Es cierto que los tres candidatos son pro occidentales, pero tienen matices que pueden repercutir en el futuro de la relación bilateral, y en el escenario internacional. Por otro lado, las denuncias de fraude y las amenazas de no reconocer el resultado en caso de un triunfo de Poroshenko, siembran dudas sobre la estabilidad del país en los próximos años. Una crisis en Ucrania podría tener un efecto contagio de alcances imprevisibles.
Los candidatos
La campaña de Zelensky busca romper con todos los moldes de la política tradicional. En vez de dar discursos y hacer propuestas por televisión, presenta los capítulos de la serie que protagoniza, hace sketches arriba del escenario y canta. Al mismo tiempo, como todos los outsiders que tanto éxito están teniendo en distintas partes del mundo, privilegia las redes sociales para comunicarse con sus seguidores.
"¿Por qué Poroshenko quiere un segundo mandato? Para no tener un primero en la cárcel", dijo en uno de sus últimos actos. Para él, toda la clase política es corrupta, y hay que arrancarla de raíz de las instituciones ucranianas. Ese discurso tiene mucha resonancia entre los jóvenes desencantados con las elites.
"Zelensky está actualmente a la cabeza con el apoyo del 24,7% de los posibles votantes. Apoya abiertamente una resolución pacífica del conflicto con Rusia y la reintegración de las tierras no controladas en el Donbass. Sugiere organizar una conferencia con la participación de los signatarios del Memorándum de Budapest de 1994, que son Rusia, el Reino Unido y los Estados Unidos, con la adición de Francia, China y la UE, para mediar el fin de la guerra, el regreso de tierras ocupadas y los pagos de reparación de Rusia. Apoya el movimiento hacia la OTAN, pero cree que la membresía debe decidirse sobre la base de un referéndum", dijo a Infobae Mykhailo Minakov, investigador del Kennan Institute, abocado al estudio de Rusia y del espacio postsoviético.
Obviamente, los adversarios le critican su nula experiencia en gestión y la vacuidad de muchas de sus propuestas. Además, ponen en duda que pueda hacer lo que se propone, porque no está claro con quiénes se aliaría en el Parlamento.
"Zelensky no es un político, sino un comediante de la televisión, y no tiene ningún programa. Rara vez ha dado entrevistas para discutir sus puntos de vista. Su show se encuentra en el canal 1 + 1, propiedad del oligarca Igor Kolomoysky, que tiene muy malas relaciones con Poroshenko porque le quitó sus principales fuentes de corrupción. Zelensky es la venganza de Kolomoysky contra Poroshenko. Es popular porque no ha dicho nada y porque quienes lo apoyan quieren protestar contra todos los demás", explicó Taras Kuzio, profesor del Departamento de Ciencia Política de la Universidad Nacional de Kiev, Academia Mohyla, consultado por Infobae.
El eje de campaña de Poroshenko es que nadie va a ser tan intransigente con Rusia como él. "Mi aliado es el pueblo ucraniano (…) mi adversario es Putin", afirmó esta semana en un acto. Tiene a su favor que todos dentro y fuera saben qué pueden esperar de él. Pero su imagen está muy desgastada por la sucesión de escándalos de corrupción que estallaron en su gobierno. Es una de las razones por las que está tercero, con una intención de voto de 16,8 por ciento.
En el caso de que ganen Zelensky o Tymoshenko, la posibilidad de un acuerdo con Rusia es mayor. Esto ayudaría a aliviar el conflicto en el Donbass, pero también disminuiría la integración de Ucrania con Europa
"Tiene algunos logros —continuó Kuzio—. Los votantes son críticos con él porque no creen que haya hecho lo suficiente para combatir la corrupción. Sin embargo, creó nuevas instituciones anticorrupción y cerró espacios utilizados por las elites para robar. Adicionalmente, formó un ejército, reconstruyó el sector industrial militar, repelió la agresión rusa, aseguró la continuación de las sanciones occidentales contra Moscú y la descentralización del país fue exitosa".
Tymoshenko se presenta como la candidata de la paz. Cerró la campaña rodeada de mujeres y de pensionados y prometió una "Ucrania fuerte, pacífica e independiente".
"Apoyada por el 18,3% de los votantes probables, identifica el logro de la paz y la seguridad como la primera tarea en su programa —dijo Minakov—. Propone la diplomacia en el formato del Memorando de Budapest como una herramienta para hacer que Rusia devuelva el Donbass y Crimea. Para respaldar los pasos diplomáticos, promete desarrollar el ejército ucraniano de acuerdo con las normas de la OTAN. También promete aumentar el actual paquete de motivación financiera y material ofrecido a los soldados, y aumentar los beneficios de seguridad social para los veteranos".
Con 58 años, es la dirigente con mayor recorrido, lo cual le puede jugar en contra si la dicotomía es entre cambio y continuidad. Lo nuevo es Zelensky y la estabilidad es representada por Poroshenko. Como éste, ha recibido muchas denuncias de corrupción.
"Es el tercer intento de Tymoshenko y volverá a perder. Es una socialista populista muy contradictoria en sus políticas. Dice que está a favor de las reformas, pero no vota por ellas en el parlamento. Es muy hostil con el FMI y afirma que es pro UE. Su mayor inconveniente es que los votantes no confían en ella, ya que constantemente miente, exagera y manipula los hechos, al igual que todos los populistas", afirmó Kuzio.
Más allá de quién sume más votos este domingo, todos los caminos conducen al ballotage, ya que no se espera que nadie supere el 50 por ciento. La segunda vuelta sería el 21 de abril. Como Zelensky parece tener el acceso casi garantizado, el gran interrogante es si competirá con el actual presidente o con la ex primera ministra.
El futuro de las relaciones con Rusia
"Hay dos diferencias significativas entre los tres candidatos principales. La primera es que Poroshenko y Tymoshenko son políticos bien afilados, que han participado en la política ucraniana a lo largo de su historia postsoviética. En cambio, Zelensky es un recién llegado y un completo desconocido. La segunda es que Poroshenko y Tymoshenko están tomando una postura dura sobre la guerra en el este de Ucrania, diciendo que no apoyarán el otorgamiento de una autonomía especial a la región dentro de una Ucrania reunificada, ni las negociaciones con Moscú para hacerlo posible. Zelensky dice que la única manera de resolver el impasse es negociar con Rusia", sostuvo Maria Popova, profesora de ciencia política de la Universidad McGill de Montreal, en diálogo con Infobae.
La tensión que se vivió en diciembre pasado en el Mar de Azov fue una muestra de que el enfrentamiento con Rusia puede escalar de un momento a otro. Una pequeña flota de la Marina ucraniana atravesaba el estrecho de Kerch, que rodea la costa de Crimea, cuando fue interceptada por la Guardia Costera de Rusia, que disparó y embistió a uno de los barcos.
Varios de los tripulantes resultaron heridos y fueron arrestados. Moscú insistió en que entraron ilegalmente en sus aguas territoriales y calificó de provocación al suceso. Kiev afirmó que era un recorrido de rutina, en una zona que debe ser patrullada por ambos países según un acuerdo bilateral. Pero la crisis trascendió las fronteras, ya que Donald Trump suspendió un encuentro bilateral que tenía pautado con Putin en los días siguientes.
El campo político prorruso que antes representaba Yanukovych quedó totalmente marginado. Se espera que Yuriy Boyko, su candidato, termine cuarto o quinto. Así que las elecciones no traerían aparejado un cambio radical de rumbo, porque los tres principales contendientes están a favor de la UE. Pero no habría que menospreciar el impacto que podrían tener las pequeñas diferencias entre ellos en torno a qué hacer con el Kremlin.
"En el caso de que ganen Zelensky o Tymoshenko, la posibilidad de un acuerdo con Rusia es mayor —dijo Minakov—. Esto ayudaría a aliviar el conflicto en el Donbass, pero también disminuiría la integración de Ucrania con Europa. Así se transformaría el conflicto entre Occidente y Moscú. Lo más probable es que las relaciones entre Estados Unidos y Rusia permanezcan empañadas y tensas, pero el vínculo con la UE podría mejorar. En caso de victoria de Poroshenko, el statu quo prevalecería".
No obstante, es probable que el mayor riesgo para el futuro de la región no pase por el triunfo de uno u otro candidato, sino por la posibilidad de que se desate una crisis política. No sería extraño que el Kremlin, o las milicias prorrusas que actúan en el este de Ucrania, traten de aprovechar la oportunidad para obtener algún triunfo. Podría ser el comienzo de una crisis mucho más profunda y peligrosa.