La nueva Alemania no carbura

Jovic adelantó a Serbia y Goretzka, en la segunda mitad, hizo justicia en el marcador. Gran partido de Dmitrovic, el portero del Eibar.

José Carlos Menzel
As
La nueva Alemania de Joachim Löw sufrió la primera decepción en el primer partido después del cambio generacional llevado a cabo por su seleccionador. Sin Müller, Hummels y Boateng, veteranos de la tetracampeona del mundo que ya no cuentan para Löw, la Mannschaft empezó el nuevo año como terminó el anterior. Un jovencísimo once teutón con poca experiencia no fue capaz de vencerle a Serbia y tan sólo logró un empate a uno que volvió a poner en evidencia las mismas carencias que pusieron en peligro el puesto de Löw a finales del año pasado.


Con la mirada puesta en el primer partido de clasificación para la Eurocopa este domingo frente a Holanda, el míster dejó en el banquillo a pilares como Kroos o Kimmich, pero el planteamiento alemán no hubiera cambiado con ellos sobre el césped. Mucha posesión, poca pegada y demasiados espacios atrás. Dominaba Alemania, pero Jovic, ariete de moda del Frankfurt, se aprovechó del primer despiste de la zaga germana en un córner para adelantar a los suyos y poner contra las cuerdas a Löw, aún cuestionado tras la debacle mundialista.

Gracias a un imperial Sané, el combinado teutón encontró la verticalidad que necesitaba y estuvo a punto de poner las tablas en dos ocasiones clarísimas que no materializó Werner. Eso sí, atrás la cosa siguió igual y Neuer (en la segunda parte ter Stegen) tuvo la suerte que no fue Jovic quien remató las numerosas ocasiones de las que dispuso Serbia, sino jugadores con muchos menos veneno como lo Ljajic o Lazovic.

Alemania pedía a voces un líder y lo encontró en Reus, quien entró tras el descanso sustituyendo a Havertz y empezó a llevar la batuta de su equipo. Fue entonces cuando desapareció Serbia y volvió la Alemania de siempre, la del acoso y derribo, la verticalidad y la potencia. Prácticamente todo el apartado ofensivo alemán dispuso de numerosas ocasiones que se esfumaban una y otra vez ante la flamante actuación de Dmitrovic, meta serbio del Eibar que lo paró casi todo. No pudo hacer nada contra un disparo de Goretzka que hizo justicia en el marcador y evitó un nuevo debate sobre Löw. La expulsión de Pavkov por una feísima entrada contra Sané fue el amargo final de un partido que sigue dejando dudas en torno a la Mannschaft.

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