El sistema de explotación detrás de las misiones médicas cubanas

Héctor Schamis
@hectorschamis
En otro medio, la semana pasada escribí sobre las misiones médicas cubanas en Brasil. Allí comentaba sobre una demanda judicial presentada por cuatro médicos que participaron en las mismas. Los cargos son violación de leyes y convenciones internacionales contra el tráfico de personas y el trabajo forzoso.


El alegato presentado describe un sistema de explotación y de masiva vulneración de derecho: desde la paga y las condiciones laborales hasta la coacción a la que los profesionales de la salud son sometidos antes y durante el viaje. De lo pagado por Brasil, solo el 10% fue dedicado a los salarios de los profesionales, mucho menos que el salario de un médico en Brasil. El restante es para el gobierno de Cuba.

El personal se recluta por medio de la intimidación implícita o explícita. Quienes rechazan unirse al programa son vistos como carentes de compromiso revolucionario, lo cual es fuente de aún más intimidación. Quienes se unen al programa no son informados del destino ni la duración del mismo. No viajan con su pasaporte sino con un documento de viaje emitido para ingresar exclusivamente en el país de destino. Una vez allí deben realizar funciones de propaganda e inteligencia, siendo a su vez vigilados por agentes de la Seguridad del Estado.

La nota tuvo impacto, medido en términos de lectura, circulación y comentarios. Pero lo más importante de dicha repercusión, y lo que más me llegó, fueron los mensajes de agradecimiento de médicos cubanos por hacer visible una problemática que el régimen cubano ha ocultado por décadas, y que además lo ha hecho con mucho éxito. Los mensajes son pequeños testimonios sobre dichas misiones, en Brasil y en otros países. A continuación una muestra de ellos y concluyo con una reflexión adicional.

Las misiones médicas han sido un velo en el rostro de la Revolución Cubana. Es el velo del relato sobre el humanismo y la solidaridad, y sobre la supuesta excelencia de la medicina cubana. Lo dicho, es un relato. Se ha vendido con eficiencia por demasiado tiempo. Esos cuatro profesionales de la salud que iniciaron dicha acción judicial corren el velo.

Las misiones médicas han sido instrumento de propaganda, política exterior y fuente de divisas al mismo tiempo. Y por supuesto, de control social. Un relato completo, anclado en el abuso: tráfico de personas, trabajo forzoso y explotación.

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