Efectos de la caída del RIN no son un invento
Redacción Central
Los Tiempos
El viceministro de Presupuesto y Contabilidad Fiscal, Jaime Durán, calificó ayer como “otro invento” las versiones de la oposición sobre supuestos efectos negativos para la economía nacional por la disminución de las Reservas Internacionales Netas (RIN).
“Este argumento no tiene ningún sustento técnico más que en las ideas neoliberales (…) que la propia realidad va a derrotar”, dijo en Bolivia TV.
Mencionó además que las RIN no son un instrumento de política económica, “como si las Reservas Internacionales uno podría decidir cuál va a ser su nivel o en qué parámetro se va a acomodar; no es como la inversión pública”, complementó.
Los Tiempos consultó a un analista que responde a las afirmaciones de Durán afirmando que las RIN en países pobres no están destinadas a la conclusión de obras o a generar créditos, porque se trata de dinero que el país va ahorrando y que es parte fundamental del comercio y de la economía de una nación porque representa su seguridad comercial a manera de garantías.
“Es muy importante no tocar las reservas de un país y, cuando éstas caen, se debe tomar medidas urgentes, como hacer un reajuste a la economía, al tipo de cambio o a la inflación” explica Luis Fernando García Arze, analista económico.
Por su parte, el Viceministro afirmó que el Gobierno invertirá el dinero de las RIN en proyectos de educación, transporte, energía y salud, razón por la que se produce un “descenso controlado”.
Un juego peligroso
Las reservas internacionales son una cantidad determinada de dinero representado en diferentes monedas y oro que los países poseen y otros papeles que utilizan principalmente para cumplir con compromisos internacionales de pago, sirven para cancelar la deuda externa, intereses, las importaciones comerciales y dan solvencia a la política económica del país.
Recordemos que el Banco central ha decidido suspender las ventas de reservas internacionales mediante el bolsín precisamente porque dichas reservas están de caída, restringiendo de alguna manera la salida y la disminución de la mismas.
Ahora parte de lo que queda se pretende gastar en el presupuesto, el mismo que por lo general no es inversión para el sector productivo y tampoco tiene retorno, es decir es un gasto o una perdida.
Entre más reservas internacionales tenga un país, más respaldo para el estado en su política monetaria y garantiza la estabilidad económica.
Cuando un estado disminuye las reservas internacionales netas y además le echa mano a dichas fondos para gastos políticos, es un mal síntoma, que por lo general muestra la falta de capacidad de endeudamiento por una mala calificación financiera y aumenta peligroso del riesgo país.
Un nivel bajo de reservas pueda obligar a modificar el tipo de cambio de la moneda local, este riesgo puede inducir a una depreciación que antes de las elecciones el gobierno quiere evitar, además puede impulsar la salida de capitales y agravar el problema de estabilidad de precios es decir inflación y en un mercado populista del voto, el objetivo son solo las elecciones sin importar la crisis que pueda generar.
Bolivia además emite moneda que debe tener un respaldo, cerca de 25.000 millones de dólares son los ahorros, pero en bolivianos, que hoy son las existencias de los bancos, así queda en entredicho la emisión monetaria del boliviano que podría causar problemas graves porque el respaldo que son las divisas está evaporándose.
Reservas altas es lo que le debería dar solvencia al sistema económico y también es una muestra de la bonanza, la inverso es solo un grito hacia una crisis.
Otro inconveniente de no contar con ahorros es que se encontraría al país con baja posibilidades de poder pagar la deuda externa y entrar en incumplimiento (Default) por falta de recursos, esto sería grave para el ciudadano y ya se lo ha vivido.
El problema de escases de divisas, si se restringe su venta por falta de las mismas puede llevar a una hiperinflación, una disminución de reservas trae aparejado este problema y lleva a la economía a un juego muy peligroso, cuando se pretende convertir a las reservas en votos.
Los Tiempos
El viceministro de Presupuesto y Contabilidad Fiscal, Jaime Durán, calificó ayer como “otro invento” las versiones de la oposición sobre supuestos efectos negativos para la economía nacional por la disminución de las Reservas Internacionales Netas (RIN).
“Este argumento no tiene ningún sustento técnico más que en las ideas neoliberales (…) que la propia realidad va a derrotar”, dijo en Bolivia TV.
Mencionó además que las RIN no son un instrumento de política económica, “como si las Reservas Internacionales uno podría decidir cuál va a ser su nivel o en qué parámetro se va a acomodar; no es como la inversión pública”, complementó.
Los Tiempos consultó a un analista que responde a las afirmaciones de Durán afirmando que las RIN en países pobres no están destinadas a la conclusión de obras o a generar créditos, porque se trata de dinero que el país va ahorrando y que es parte fundamental del comercio y de la economía de una nación porque representa su seguridad comercial a manera de garantías.
“Es muy importante no tocar las reservas de un país y, cuando éstas caen, se debe tomar medidas urgentes, como hacer un reajuste a la economía, al tipo de cambio o a la inflación” explica Luis Fernando García Arze, analista económico.
Por su parte, el Viceministro afirmó que el Gobierno invertirá el dinero de las RIN en proyectos de educación, transporte, energía y salud, razón por la que se produce un “descenso controlado”.
Un juego peligroso
Las reservas internacionales son una cantidad determinada de dinero representado en diferentes monedas y oro que los países poseen y otros papeles que utilizan principalmente para cumplir con compromisos internacionales de pago, sirven para cancelar la deuda externa, intereses, las importaciones comerciales y dan solvencia a la política económica del país.
Recordemos que el Banco central ha decidido suspender las ventas de reservas internacionales mediante el bolsín precisamente porque dichas reservas están de caída, restringiendo de alguna manera la salida y la disminución de la mismas.
Ahora parte de lo que queda se pretende gastar en el presupuesto, el mismo que por lo general no es inversión para el sector productivo y tampoco tiene retorno, es decir es un gasto o una perdida.
Entre más reservas internacionales tenga un país, más respaldo para el estado en su política monetaria y garantiza la estabilidad económica.
Cuando un estado disminuye las reservas internacionales netas y además le echa mano a dichas fondos para gastos políticos, es un mal síntoma, que por lo general muestra la falta de capacidad de endeudamiento por una mala calificación financiera y aumenta peligroso del riesgo país.
Un nivel bajo de reservas pueda obligar a modificar el tipo de cambio de la moneda local, este riesgo puede inducir a una depreciación que antes de las elecciones el gobierno quiere evitar, además puede impulsar la salida de capitales y agravar el problema de estabilidad de precios es decir inflación y en un mercado populista del voto, el objetivo son solo las elecciones sin importar la crisis que pueda generar.
Bolivia además emite moneda que debe tener un respaldo, cerca de 25.000 millones de dólares son los ahorros, pero en bolivianos, que hoy son las existencias de los bancos, así queda en entredicho la emisión monetaria del boliviano que podría causar problemas graves porque el respaldo que son las divisas está evaporándose.
Reservas altas es lo que le debería dar solvencia al sistema económico y también es una muestra de la bonanza, la inverso es solo un grito hacia una crisis.
Otro inconveniente de no contar con ahorros es que se encontraría al país con baja posibilidades de poder pagar la deuda externa y entrar en incumplimiento (Default) por falta de recursos, esto sería grave para el ciudadano y ya se lo ha vivido.
El problema de escases de divisas, si se restringe su venta por falta de las mismas puede llevar a una hiperinflación, una disminución de reservas trae aparejado este problema y lleva a la economía a un juego muy peligroso, cuando se pretende convertir a las reservas en votos.