Cúcuta, víctima de la crisis de Venezuela al otro lado de la frontera

La ciudad colombiana, que tuvo su auge durante la bonanza económica venezolana, sufre hoy las consecuencias del descalabro del régimen bolivariano: su comercio está paralizado y el desempleo está a niveles récord

Adriana Chica García
desde Bogotá, Colombia
A casi medio mes desde el cierre de la frontera que conecta a Venezuela con Colombia, tras el intento fallido de enviar ayuda humanitaria y de fuertes enfrentamientos, el comercio en Cúcuta se paralizó, solo para evidenciar la dependencia histórica de su economía con las dinámicas del vecino país. La capital de Norte de Santander es una de las ciudades con mayor tasa de desempleo e informalidad laboral. Un reflejo indirecto de la crisis del régimen de Nicolás Maduro.


Desde el pasado 23 de febrero, unos 700 locales comerciales ubicados cerca de los puentes internacionales están cerrados, según la Asociación de Supermercados Independiente de Cúcuta. Las casas de cambio de la zona han reducido sus ingresos en un 40 por ciento y el envío de remesas ha caído un 90 por ciento, en cifras de la Federación de Comerciantes de Norte de Santander.

"Hay una gran preocupación entre los gremios porque se tenía un mercado de más de 35.000 compradores, que mucho o poco mantenían una estabilidad en ventas. Por eso la recuperación de la economía, entre noviembre y diciembre, fue especial y no la veíamos desde 2015. Lo mejor para la región es que el Gobierno Nacional no tome la decisión de cerrar la frontera", dijo la semana pasada a medios nacionales el alcalde de Cúcuta, César Rojas.

Tal como lo menciona el mandatario, la crisis se extiende mucho tiempo antes de este último cierre de frontera. Sus efectos se sienten desde la primera restricción en 2015, cuando las relaciones binacionales ya estaban tambaleando con fuerza. Actualmente, Cúcuta ocupa el segundo lugar en la tasa de desempleo más alta del país con un 16,9%, y el primer lugar en la tasa de informalidad laboral con el 70,1%; según el último informe del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane).

La situación es una consecuencia de la dependencia casi exclusiva de la economía de Cúcuta con la de Venezuela. Como lo explicó a Infobae Mario Zambrano, docente de Economía de la Universidad Libre de Cúcuta: "La relación ha sido históricamente muy estrecha, la describo como pendular, hubo cierto momento donde la bonanza venezolana se vio reflejada en una gran cantidad de ciudadanos de ese país que llegaban acá a comprar, pero ahora pasa todo lo contrario, el aumento de la inflación venezolana y la caída de su moneda ha recaído en la economía de la ciudad".

Cúcuta, por su ubicación limítrofe con Venezuela, desarrolló su economía, en gran medida, por la actividad comercial con el vecino país. Con el descubrimiento de grandes yacimientos de petróleo, los ciudadanos allá aumentaron su poder adquisitivo, la moneda se elevó y los beneficiarios fueron los comerciantes cucuteños; de acuerdo con la Fundación Paz & Reconciliación (Pares).

"El ciclo económico de Norte de Santander está más atado a los ciclos económicos venezolanos que a los colombianos; es decir, que el comportamiento del Producto Interno Bruto del departamento estaba relacionado con el comportamiento de las actividades económicas venezolanas", afirmó Zambrano. También, la costumbre de comprar barato en Venezuela y vender caro en Cúcuta se convirtió en una gran fuente para la informalidad.

Y aunque la variación del bolívar siempre ha generado momentos de inestabilidad en la ciudad fronteriza, todo empeoró desde 2009 cuando se rompieron las relaciones entre Venezuela y Colombia, durante los gobiernos de Hugo Chávez y Álvaro Uribe, respectivamente, y se dieron los primeros cierres de la frontera. Desde entonces el desempleo y la informalidad laboral en Cúcuta vienen en aumento.

A esto se le suma el fenómeno migratorio, que trajo a la ciudad mano de obra más barata con la que se sustituye a la colombiana; y que también se ve reflejado en condiciones laborales más precarias. La informalidad es un indicador de esa disminución en la calidad del mercado laboral y la baja generación de empleo. El débil tejido empresarial hace que la demanda de trabajadores sobrepase la oferta de trabajos. De hecho, la tasa de ocupación de Cúcuta se ha mantenido entre el 56% y el 43% en los últimos 10 años.

"Ahora, la crisis económica, la pobreza y la inseguridad no están asociadas exclusivamente al tema venezolano y a la migración. Estamos confundiendo causas con consecuencias. Si miran antes del cierre de frontera, Cúcuta había tenido tasas de desempleo por encima del promedio nacional, hasta del 19%, entonces lo que ha hecho la crisis venezolana es profundizar esa crisis", aclaró Zambrano.

Contrario al experto piensa la población. La última encuesta de percepción de 'Cúcuta cómo vamos', un programa de seguimiento y evaluación de la calidad de vida de la ciudadanía desarrollado por la Cámara de Comercio, reveló que el 69% de la gente cree que el cierre de la frontera ha impactado negativamente a Cúcuta, y el 74% que la migración venezolana ha representado una amenaza para la ciudad.

"La gente tiene una percepción hostil frente al venezolano, atribuyéndole sobre todo temas de inseguridad, pero Cúcuta siempre ha estado asediada por organizaciones armadas, por su cercanía a Venezuela, un paso fundamental para el tráfico de droga. Ahora el problema mayor está en las bandas criminales y los carteles mexicanos que hacen presencia aquí. Pero hay muchos venezolanos en la mendicidad, que han creado invasiones y generan esa percepción. No creo que se trate de una xenofobia, sino de una aporofobia", expresó Zambrano, quien también es coordinador de 'Cúcuta cómo vamos'.

Así las cosas, dice el experto, hace falta un programa de desarrollo que busque alternativas económicas en otros mercados fuera del de Venezuela, y que la agenda pública no se consuma por los aspectos de la geopolítica actual en la coyuntura de las tensiones políticas del otro lado de la frontera. Mientras, los gremios piden al presidente Iván Duque que no cierre la frontera, como ya lo hizo su homólogo venezolano Nicolás Maduro.

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