Cae red que usaba estuco y bicarbonato en fármacos
Lo incautado está valuado en unos $us 350.000. De igual manera se encontró una máquina para imprimir en alto relieve las fechas de vencimiento en los envases.
La Razón Digital / Wilma Pérez/Jorge Jové / La Paz
Antigripales, ‘píldoras abortivas’, fármacos controlados y otros fueron decomisados al percatarse la Policía de que habían sido elaborados con estuco y bicarbonato. Una red de falsificadores fue desbaratada en Desaguadero y se detuvo a 10 personas.
Una acción policial en una cantina en la ciudad de La Paz permitió descubrir a la banda de falsificadores y distribuidores de medicamentos adulterados. Algunos de estos “fármacos” solo se comercian bajo receta médica o se emplean para combatir enfermedades complejas, informaron ayer el fiscal departamental, William Alave, y el director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen, Jhonny Aguilera.
El fiscal detalló que se descubrieron antigripales, digestivos, tranquilizantes, cytotec (píldora para úlceras que se usa irregularmente con fines abortivos), entre otros. También se hallaron frascos con etiquetas “truchas” de laboratorios e importadoras legales.
Lo incautado está valuado en unos $us 350.000. De igual manera se encontró una máquina para imprimir en alto relieve las fechas de vencimiento en los envases.
La Policía aprehendió a 10 personas, entre ellas tres farmacéuticos que se trasladaban a Desaguadero, en la frontera con Perú, para obtener los productos adulterados.
“Acumulamos pruebas y la próxima semana tendremos a las personas para que declaren. Son unos 10 involucrados entre funcionarios públicos y particulares”, dijo Alave.
Operativo. Todo se descubrió cuando investigadores de la Policía hallaron en un bar cajas vacías de fármacos y hojas impresas con la leyenda “Caja Nacional de Salud - Este medicamento puede salvar tu vida”. Primero averiguaron si el lugar servía de depósito de la Caja y al constatar que no era así, buscaron su procedencia.
Agentes de Inteligencia determinaron que los productos provenían de Desaguadero y tras un operativo del viernes por la tarde, los efectivos de la Policía pudieron ingresar a una casa en la avenida Panamericana de ese municipio.
Antes del registro del inmueble los policías recibieron amenazas de lugareños que se reunieron en torno a la casa y trataron de impedir el operativo. “Hubo resistencia de pobladores, incluso la vida de nuestros funcionarios estuvo en peligro”, denunció Aguilera.
Sin embargo, terció el mayor Luis Fernando Guarachi, otro de los investigadores, y los uniformados pudieron ingresar a la casa, aunque ubicar el sitio donde se escondían las sustancias falsificadas fue complicado, pues estaban en “una especie de catacumbas”.
No hay denuncias de personas afectadas por ingerir estas sustancias, pero Alave aseguró que “en realidad, toda la sociedad es víctima de esta red de falsificadores”.
La Razón buscó a las autoridades de Salud, pero éstas indicaron que desconocían el tema. En la Agencia Estatal de Medicamentos (Agemed) se abstuvieron de declarar sin el permiso de su ente rector.
A decir de la Asociación de Representantes Importadores y Distribuidores de Fármacos, Insumos y Equipos Médicos (Asofar), falsificar y vender fármacos es un “grave delito a la salud pública”.
“No se puede alterar o elaborar medicamentos al libre albedrío; poner estuco o bicarbonato de por sí es un crimen, porque no habrá ningún efecto contra la enfermedad y porque se están ingiriendo productos nocivos que pueden alterar más la salud”, advirtió el gerente de Asofar, Martín Dávila.
En 2018 se realizaron al menos 20 denuncias de falsificación
Durante 2018 se hicieron al menos 20 denuncias por falsificación de medicamentos o por el ingreso de éstos mediante el contrabando; sin embargo, su investigación quedó en nada pese a los constantes reclamos de los laboratorios o importadoras legalmente establecidas, reclamó a La Razón el gerente de Asofar, Martín Dávila, entidad que agrupa a productores reconocidos legalmente.
Es el caso de una denuncia a la Agencia Estatal de Medicamentos (Agemed) sobre la falsificación de dos tipos de antibióticos que importa una emprea legalmente establecida, no se hizo nada, afirmó.
También está el hecho de que la Aduana decomisó en Santa Cruz un lote de productos para elaborar fármacos y otros casos.
“En este último decomiso observamos al Cytotec, un producto importado por uno de nuestros asociados. La venta y producción de medicamentos adulterados o falsos afectan a la industria nacional y a las importadoras legalmente establecidas, pero poco o nada se hace para acabar con los ilegales y evitar riesgos”, sostuvo.
El estudio El negocio de la muerte, realizado por el economista boliviano Gonzalo Vidaurre, demostró con testimonios y sondeos que en tiendas de barrio, ferias zonales y puestos en los mercados populares se comercializan al menos 21 tipos de medicamentos sin registro ni receta, entre psicotrópicos, antibióticos, analgésicos, antihistamínicos, para la disfunción eréctil e incluso contra el cáncer, la mayoría adulterados, falsificados y con información errada.
Las pérdidas por el ilícito superan los $us 100 millones al año.
La Razón Digital / Wilma Pérez/Jorge Jové / La Paz
Antigripales, ‘píldoras abortivas’, fármacos controlados y otros fueron decomisados al percatarse la Policía de que habían sido elaborados con estuco y bicarbonato. Una red de falsificadores fue desbaratada en Desaguadero y se detuvo a 10 personas.
Una acción policial en una cantina en la ciudad de La Paz permitió descubrir a la banda de falsificadores y distribuidores de medicamentos adulterados. Algunos de estos “fármacos” solo se comercian bajo receta médica o se emplean para combatir enfermedades complejas, informaron ayer el fiscal departamental, William Alave, y el director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen, Jhonny Aguilera.
El fiscal detalló que se descubrieron antigripales, digestivos, tranquilizantes, cytotec (píldora para úlceras que se usa irregularmente con fines abortivos), entre otros. También se hallaron frascos con etiquetas “truchas” de laboratorios e importadoras legales.
Lo incautado está valuado en unos $us 350.000. De igual manera se encontró una máquina para imprimir en alto relieve las fechas de vencimiento en los envases.
La Policía aprehendió a 10 personas, entre ellas tres farmacéuticos que se trasladaban a Desaguadero, en la frontera con Perú, para obtener los productos adulterados.
“Acumulamos pruebas y la próxima semana tendremos a las personas para que declaren. Son unos 10 involucrados entre funcionarios públicos y particulares”, dijo Alave.
Operativo. Todo se descubrió cuando investigadores de la Policía hallaron en un bar cajas vacías de fármacos y hojas impresas con la leyenda “Caja Nacional de Salud - Este medicamento puede salvar tu vida”. Primero averiguaron si el lugar servía de depósito de la Caja y al constatar que no era así, buscaron su procedencia.
Agentes de Inteligencia determinaron que los productos provenían de Desaguadero y tras un operativo del viernes por la tarde, los efectivos de la Policía pudieron ingresar a una casa en la avenida Panamericana de ese municipio.
Antes del registro del inmueble los policías recibieron amenazas de lugareños que se reunieron en torno a la casa y trataron de impedir el operativo. “Hubo resistencia de pobladores, incluso la vida de nuestros funcionarios estuvo en peligro”, denunció Aguilera.
Sin embargo, terció el mayor Luis Fernando Guarachi, otro de los investigadores, y los uniformados pudieron ingresar a la casa, aunque ubicar el sitio donde se escondían las sustancias falsificadas fue complicado, pues estaban en “una especie de catacumbas”.
No hay denuncias de personas afectadas por ingerir estas sustancias, pero Alave aseguró que “en realidad, toda la sociedad es víctima de esta red de falsificadores”.
La Razón buscó a las autoridades de Salud, pero éstas indicaron que desconocían el tema. En la Agencia Estatal de Medicamentos (Agemed) se abstuvieron de declarar sin el permiso de su ente rector.
A decir de la Asociación de Representantes Importadores y Distribuidores de Fármacos, Insumos y Equipos Médicos (Asofar), falsificar y vender fármacos es un “grave delito a la salud pública”.
“No se puede alterar o elaborar medicamentos al libre albedrío; poner estuco o bicarbonato de por sí es un crimen, porque no habrá ningún efecto contra la enfermedad y porque se están ingiriendo productos nocivos que pueden alterar más la salud”, advirtió el gerente de Asofar, Martín Dávila.
En 2018 se realizaron al menos 20 denuncias de falsificación
Durante 2018 se hicieron al menos 20 denuncias por falsificación de medicamentos o por el ingreso de éstos mediante el contrabando; sin embargo, su investigación quedó en nada pese a los constantes reclamos de los laboratorios o importadoras legalmente establecidas, reclamó a La Razón el gerente de Asofar, Martín Dávila, entidad que agrupa a productores reconocidos legalmente.
Es el caso de una denuncia a la Agencia Estatal de Medicamentos (Agemed) sobre la falsificación de dos tipos de antibióticos que importa una emprea legalmente establecida, no se hizo nada, afirmó.
También está el hecho de que la Aduana decomisó en Santa Cruz un lote de productos para elaborar fármacos y otros casos.
“En este último decomiso observamos al Cytotec, un producto importado por uno de nuestros asociados. La venta y producción de medicamentos adulterados o falsos afectan a la industria nacional y a las importadoras legalmente establecidas, pero poco o nada se hace para acabar con los ilegales y evitar riesgos”, sostuvo.
El estudio El negocio de la muerte, realizado por el economista boliviano Gonzalo Vidaurre, demostró con testimonios y sondeos que en tiendas de barrio, ferias zonales y puestos en los mercados populares se comercializan al menos 21 tipos de medicamentos sin registro ni receta, entre psicotrópicos, antibióticos, analgésicos, antihistamínicos, para la disfunción eréctil e incluso contra el cáncer, la mayoría adulterados, falsificados y con información errada.
Las pérdidas por el ilícito superan los $us 100 millones al año.