Varios muertos en choques con las fuerzas venezolanas junto a la frontera con Brasil

Los vecinos de la población venezolana de Santa Elena de Uairén fueron duramente reprimidos al acercarse a la frontera para recibir la ayuda humanitaria

Naiara Galarraga Gortázar
Pacaraima (Brasil), El País
Las fuerzas de seguridad han reprimido duramente los intentos de los vecinos de la población venezolana de Santa Elena de Uairén de acercarse a la frontera con Brasil para recibir la ayuda humanitaria este sábado. En los choques hubo al menos cuatro muertos, según han confirmado un diputado opositor en nombre de la Asamblea Nacional y la ONG Foro Penal. Una testigo aseguró a este diario que la cifra ascendía a cinco: "La tanqueta entró en el pueblo y empezó a disparar a mansalva”, señaló Vilma Vázquez, arquitecta municipal, nada más llegar a Pacaraima (Brasil).


La represión de las fuerzas de seguridad contra los vecinos de Santa Elena se produjo en una jornada en la que la operación organizada desde Brasil para introducir ayuda humanitaria por el único puesto fronterizo con Venezuela se materializó en dos pequeños camiones cargados de kits sanitarios, arroz, frijoles y leche en polvo. Los vehículos estuvieron varias horas parados en tierra de nadie, sin franquear el cordón de militares que cortaba la carretera que se adentra en el territorio venezolano, mientras refugiados de este mismo país coreaban consignas contra Nicolás Maduro.

Un activista en favor de Juan Guaidó que no quiere ver su nombre publicado intentaba que no decayera el entusiasmo bajo el sol inclemente de mediodía. "Cuando llegue el segundo camión, esperamos a que baje el pueblo pemón [un grupo indígena venezolano que domina el terreno fronterizo]. Y si al caer la noche no han llegado, si tenemos que pernoctar aquí, se pernocta", exclamaba. Insistía a la multitud en que eran "los custodios de la esperanza de Venezuela" y les instruía en eslóganes como "Soldado, ¡no reprima! Llevamos medicina".

El activista aseguraba que varios miles de esos indígenas, contra los que los soldados venezolanos abrieron fuego la víspera, iban a sumarse a la movilización. Justo en ese instante Guaidó tuiteaba lo que parecía un logro: "Ya entró el primer cargamento de ayuda humanitaria por nuestra frontera con Brasil". No era así.

La carga de ambos camiones supone una parte mínima de las 200 toneladas almacenadas en una base aérea del Ejército brasileño. El resto de los alimentos no pudieron ser trasladados porque los seguidores de Guaidó en Brasil no han logrado cumplir el requisito clave del Gobierno de Jair Bolsonaro: que todos los vehículos y conductores fueran venezolanos. Las autoridades brasileñas, muy activas en el apoyo retórico a Guaidó, han sido más discretas y han aportado una pequeña parte de los insumos. La mayoría ha sido aportado por EE UU.

Pero este operativo no trata solo de ayuda, ni de cantidades. El ministro de Exteriores del Gobierno ultraderechista, Ernesto Araujo, recalcó que es "el inicio de un proceso". El canciller fue muy claro al explicar que esta ayuda, además de lo que suponga de alivio para quienes —eventualmente— la reciban, tiene "el significado político y simbólico de reconocer al Gobierno legítimo [de Guaidó] como única autoridad en Venezuela". Buscan aprovechar que se cumple un mes desde la proclamación de Guaidó para "reforzar la posición del presidente interino para el ejercicio efectivo del poder, como le compete".

Conductores

Ninguno de los organismos multilaterales que suelen organizar entregas de ayuda se implicó en el operativo venezolano. El director de operaciones del Comité Internacional de la Cruz Roja, Dominik Stillhart, recalcó hace unos días: "No implementamos cosas que tienen un tono político".

La representante en Brasilia designada por Guaidó, María Teresa Belandria, explicó junto a un representante de la Embajada de EE UU que fue imposible encontrar más camiones y conductores venezolanos. "El régimen ha amenazado a las empresas con quitarles las licencias, los camiones y llevarlos presos", dijo.

El decreto presidencial en el que Guaidó ordenó la apertura de la frontera con Brasil no ha tenido efecto sobre el terreno. Todo el tránsito está suspendido desde hace dos días. Sin embargo, el goteo de venezolanos que dejaban atrás su patria ha seguido como si nada. La única diferencia es que cruzaban por senderos.

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