Un frágil Bayern aumenta la presión sobre el Dortmund
Un doblete de Coman y un tanto de Alaba sirvieron al Bayern para derrotar al Augsburgo. Los hombres de Niko Kovac tuvieron que remontar el gol en propia meta de Goretzka.
José Carlos Menzel
As
La Bundesliga vuelve a ponerse al rojo vivo. A pesar de mostrar una vez más numerosos defectos en defensa, el Bayern logró remontar su choque frente al Augsburg a domicilio, tras ir hasta dos veces por detrás en el marcador, y se impuso finalmente por 3-2. El triunfo le sirve al transatlántico alemán para recortar a dos puntos la diferencia de puntos con respecto al Borussia Dortmund. Eso sí, a la espera de lo que haga el líder el lunes en su visita a Nuremberg. Las abejas encadenan un total de cuatro partidos consecutivos sin conocer la victoria y, ahora más que nunca, sí sienten la presión de los muniqueses.
A cuatro días de viajar a Anfield para enfrentarse al Liverpool en los octavos de final de la Champions League, el Bayern necesitaba hacer sus deberes en la Bundesliga, pero el partido ante uno de los colistas de la liga alemana volvió a destapar las carencias que sigue mostrando el conjunto dirigido por Niko Kovac. A los doce segundos de partido, una empanada colectiva en la zaga bávara terminó en autogol de Goretzka. Fue la primera vez que el míster bávaro se llevó las manos a la cabeza, donde se imaginaba la que podían armar Mané y Salah con el apartado defensivo de su equipo.
Tardó en recomponerse el Bayern, pero liderado por James y Thiago finalmente logró desplegar su juego posicional y puso las tablas en el primer acercamiento serio al marco de Kobel. El colombiano vio a Kimmich adelantándole por la banda derecha, el internacional alemán colgó un centro al corazón del área, donde apareció Coman para poner las tablas. Había pasado un cuarto de hora y todo parecía volver a la normalidad, pero la defensa rojiblanca abandonó una vez más al recién recuperado Neuer en la portería del Bayern. Un centro de Max fue rechazado por Süle y Gregoritsch, terminó en los pies de Ji y, acto seguido, en el fondo de la red.
La fragilidad defensiva del Bayern era evidente. Cada vez que el cuadro local robaba el cuero en la medular temblaba el campeón. Eso sí, en ataque es otro equipo, sobre todo cuando juegan Gnabry y Coman, los herederos de Robben y Ribéry en las bandas. Esta vez fue el extremo francés quien tuvo que acudir al rescate de un Bayern que ni de lejos da el miedo que daba unos años atrás. Faltaban segundos para que el Augsburgo lograra rescatar el marcador al descanso cuando una gran combinación del Bayern terminó en las botas de Coman, que volvió a empatar el encuentro con un zurdazo.
Y si en la primera mitad salió enchufado el conjunto dirigido por Manuel Baum, los primeros compases del segundo tiempo fueron del Bayern. Los pupilos de Kovac encerraron al FCA en su área y finalmente se pusieron por delante en una acción que volvió a pasar por la joya francesa, imperial por la izquierda. Coman recibió en el área, le entregó el cuero a Alaba y el austriaco finalizó la remontada con un zapatazo ajustado al palo. A partir de ahí se vio un monólogo muniqués, que solo se vio interrumpido por nuevas imprecisiones en defensa que el Augsburgo no pudo materializar, pero que no habrán pasado desapercibidas en Liverpool.
José Carlos Menzel
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La Bundesliga vuelve a ponerse al rojo vivo. A pesar de mostrar una vez más numerosos defectos en defensa, el Bayern logró remontar su choque frente al Augsburg a domicilio, tras ir hasta dos veces por detrás en el marcador, y se impuso finalmente por 3-2. El triunfo le sirve al transatlántico alemán para recortar a dos puntos la diferencia de puntos con respecto al Borussia Dortmund. Eso sí, a la espera de lo que haga el líder el lunes en su visita a Nuremberg. Las abejas encadenan un total de cuatro partidos consecutivos sin conocer la victoria y, ahora más que nunca, sí sienten la presión de los muniqueses.
A cuatro días de viajar a Anfield para enfrentarse al Liverpool en los octavos de final de la Champions League, el Bayern necesitaba hacer sus deberes en la Bundesliga, pero el partido ante uno de los colistas de la liga alemana volvió a destapar las carencias que sigue mostrando el conjunto dirigido por Niko Kovac. A los doce segundos de partido, una empanada colectiva en la zaga bávara terminó en autogol de Goretzka. Fue la primera vez que el míster bávaro se llevó las manos a la cabeza, donde se imaginaba la que podían armar Mané y Salah con el apartado defensivo de su equipo.
Tardó en recomponerse el Bayern, pero liderado por James y Thiago finalmente logró desplegar su juego posicional y puso las tablas en el primer acercamiento serio al marco de Kobel. El colombiano vio a Kimmich adelantándole por la banda derecha, el internacional alemán colgó un centro al corazón del área, donde apareció Coman para poner las tablas. Había pasado un cuarto de hora y todo parecía volver a la normalidad, pero la defensa rojiblanca abandonó una vez más al recién recuperado Neuer en la portería del Bayern. Un centro de Max fue rechazado por Süle y Gregoritsch, terminó en los pies de Ji y, acto seguido, en el fondo de la red.
La fragilidad defensiva del Bayern era evidente. Cada vez que el cuadro local robaba el cuero en la medular temblaba el campeón. Eso sí, en ataque es otro equipo, sobre todo cuando juegan Gnabry y Coman, los herederos de Robben y Ribéry en las bandas. Esta vez fue el extremo francés quien tuvo que acudir al rescate de un Bayern que ni de lejos da el miedo que daba unos años atrás. Faltaban segundos para que el Augsburgo lograra rescatar el marcador al descanso cuando una gran combinación del Bayern terminó en las botas de Coman, que volvió a empatar el encuentro con un zurdazo.
Y si en la primera mitad salió enchufado el conjunto dirigido por Manuel Baum, los primeros compases del segundo tiempo fueron del Bayern. Los pupilos de Kovac encerraron al FCA en su área y finalmente se pusieron por delante en una acción que volvió a pasar por la joya francesa, imperial por la izquierda. Coman recibió en el área, le entregó el cuero a Alaba y el austriaco finalizó la remontada con un zapatazo ajustado al palo. A partir de ahí se vio un monólogo muniqués, que solo se vio interrumpido por nuevas imprecisiones en defensa que el Augsburgo no pudo materializar, pero que no habrán pasado desapercibidas en Liverpool.