Ni Cristiano puede con la ausencia de la BBC

Un doblete del portugués solo sirvió para empatar a tres con el Parma, que puso las tablas sobre la bocina con Gervinho. La Juve encajó siete goles en tres partidos.

Mirko Calemme
As
Se dice que en Italia no gana el que marque más goles, sino el que menos encaja. La Juventus lo confirmó ante el Parma: sin su defensa titular, un doblete del mismísimo Cristiano Ronaldo sólo le sirvió para llevarse un punto en el inolvidable 3-3 del Allianz Stadium. No fue exactamente la reacción que los tifosi se esperaban tras la durísima eliminación en la Copa italiana ante el Atalanta. Allegri, sin Bonucci, Barzagli y Chiellini (ni el traspasado Benatia), salió de inicio con lo que le quedaba: el recién llegado Cáceres y Rugani. La primera parte fue igualada hasta que la Vecchia Signora empujó: Khedira remató al poste y Cristiano, recibiendo un pase de Matuidi, abrió la lata. El VAR, además, le quitó a los bianconeri un penalti antes del descanso, que el árbitro había pitado por una falta de Iacoponi sobre el propio Cáceres.


La reanudación parecía haber comenzado con poco ritmo, como si se esperara que la Juve firmase la sentencia para llevarse los tres puntos. Khedira volvió a golpear madera (esta vez con la cabeza) y, poco después, Cristiano peinó un centro de Mandžukic (totalmente recuperado) que Rugani, con una volea, convirtió en el 2-0. El previsible guion del partido cambió a partir de aquel momento: era el 62’ y en los siguientes cuatro minutos Barillá cabeceó en la red un centro de Kucka, y Cristiano hizo lo mismo con otro de Mandžukic. Impresionante la elevación del luso, que marcó seis goles en las últimas cinco jornadas y, con 17 dianas, vuelve a mandar en la clasificación de los capocannonieri.

Con el 3-1 en el marcador ya quedaban pocas esperanzas para los Ducali, pero justo ahí empezó la gran noche de Gervinho: el marfileño firmó el 3-2 con un taconazo en el área chica recibiendo otro centro de Kucka en el 75’. A falta de un cuarto de hora, la Vecchia Signora intentó gestionar el juego y evitar más apuros, pero ahí volvió a echar de menos toda la fuerza y la experiencia de los Chiellini, Bonucci y Barzagli. En el descuento, Mandžukic antes recuperó y luego le regaló un balón vital a los de D’Aversa; Inglese penetró hasta la línea de fondo y con un pase hacia el corazón del área encontró a Gervinho, que le dobló las manos a Perin y puso definitivamente las tablas. El resultado deja a los bianconeri tranquilos en la pelea por el scudetto (el Nápoles sigue lejos, a nueve puntos), pero inquietan los números de su zaga, con siete goles encajados en los últimos tres enfrentamientos. Para el Atleti, el próximo 20 de febrero, tocará recuperar a la BBC sí o sí.

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