Marcelo 'pide' banquillo
Malcom había completado antes del Clásico cinco regates en 453’; ante el lateral, otros cinco... en 75’. Solari evitó valorar su partido ante el Barcelona.
Sergio Santos Chozas
As
Llegaremos a febrero como aviones”, aseguró el vestuario del Madrid hace apenas dos meses. La promesa la cumplieron todos… menos uno. Marcelo no está y comienza a dar señales de que tampoco se le espera. Malcom le retrató. La estadística, aún más. El extremo blaugrana había completado cinco regates de once intentos en sus 13 anteriores partidos con el Barcelona (453 minutos). Un 45% de éxito y uno cada 90’. Ayer le bastaron 75 minutos para desbordar a Marcelo cinco veces en sólo ocho intentos (62% de acierto y uno cada 15’). Aumentó su efectividad en el uno contra uno en un 17% y consiguió tantos regates ante el madridista como había logrado en sus 13 encuentros anteriores.
Su situación cada día es más alarmante. Al inicio de curso sus errores se maquillaban con el pobre nivel general, pero ahora va a una velocidad distinta a sus compañeros. Solari quiso curarle con jarabe de banquillo sin resultado positivo. Una suplencia que planeó como provisional (muy diferente a la de Isco) y que comienza a parecer necesaria. Contra el Barcelona sus números resultaron pobres: ganó siete disputas de 16, perdió siete balones y recuperó sólo tres. Sólo en el pase (40 buenos de 45) dio el nivel.
Solari, una vez más, esquivó valorar el momento actual de Marcelo: “Es ejemplar y siempre pone al Madrid por encima de todo. Trabajamos para encontrar la mejor versión de todos”. Al insistir sobre su actuación en el Camp Nou, balones fuera: “Gracias”. Y a otra pregunta… Exactamente lo mismo que hizo el 18 de enero, en la previa del Sevilla, cuando regateó hasta tres preguntas sobre la forma física del brasileño. Le preguntan por el Marcelo del presente y el argentino siempre recuerda al futbolista del pasado.
Solari necesitó cuatro partidos para quitarse el cartel de provisional y ahora, 101 días después, quiere despojarse de la fecha de caducidad que parecía marcar el final de temporada para él. Para lograrlo tuvo valentía con un tridente de autor (la BBV mutó en LBV y dio resultado), pero no se atrevió con un Marcelo a quien se empeña en recuperar. El brasileño, a su mejor nivel, es indiscutible. Pero está muy lejos de ese momento de forma que le convierte en decisivo. Solari tuvo determinación con Isco. Con Marcelo, de momento, sólo a medias…
Sergio Santos Chozas
As
Llegaremos a febrero como aviones”, aseguró el vestuario del Madrid hace apenas dos meses. La promesa la cumplieron todos… menos uno. Marcelo no está y comienza a dar señales de que tampoco se le espera. Malcom le retrató. La estadística, aún más. El extremo blaugrana había completado cinco regates de once intentos en sus 13 anteriores partidos con el Barcelona (453 minutos). Un 45% de éxito y uno cada 90’. Ayer le bastaron 75 minutos para desbordar a Marcelo cinco veces en sólo ocho intentos (62% de acierto y uno cada 15’). Aumentó su efectividad en el uno contra uno en un 17% y consiguió tantos regates ante el madridista como había logrado en sus 13 encuentros anteriores.
Su situación cada día es más alarmante. Al inicio de curso sus errores se maquillaban con el pobre nivel general, pero ahora va a una velocidad distinta a sus compañeros. Solari quiso curarle con jarabe de banquillo sin resultado positivo. Una suplencia que planeó como provisional (muy diferente a la de Isco) y que comienza a parecer necesaria. Contra el Barcelona sus números resultaron pobres: ganó siete disputas de 16, perdió siete balones y recuperó sólo tres. Sólo en el pase (40 buenos de 45) dio el nivel.
Solari, una vez más, esquivó valorar el momento actual de Marcelo: “Es ejemplar y siempre pone al Madrid por encima de todo. Trabajamos para encontrar la mejor versión de todos”. Al insistir sobre su actuación en el Camp Nou, balones fuera: “Gracias”. Y a otra pregunta… Exactamente lo mismo que hizo el 18 de enero, en la previa del Sevilla, cuando regateó hasta tres preguntas sobre la forma física del brasileño. Le preguntan por el Marcelo del presente y el argentino siempre recuerda al futbolista del pasado.
Solari necesitó cuatro partidos para quitarse el cartel de provisional y ahora, 101 días después, quiere despojarse de la fecha de caducidad que parecía marcar el final de temporada para él. Para lograrlo tuvo valentía con un tridente de autor (la BBV mutó en LBV y dio resultado), pero no se atrevió con un Marcelo a quien se empeña en recuperar. El brasileño, a su mejor nivel, es indiscutible. Pero está muy lejos de ese momento de forma que le convierte en decisivo. Solari tuvo determinación con Isco. Con Marcelo, de momento, sólo a medias…