La incertidumbre de la salida venezolana bajo el frío estadounidense
Mientras el presidente Donald Trump mantiene que “todas las opciones están sobre la mesa” para resolver la crisis de Venezuela, los expertos en el tema marcan “la imprevisibilidad” ante una posible salida democrática
Gustavo Sierra
Especial para Infobae America
(Desde South Bend, Indiana)
En el Salón Oval, con la tradicional chimenea de fondo, el presidente Donald Trump le dio la mano para las fotos a su colega Iván Duque, de Colombia, y jugó al juego que más le gusta: hacerse el misterioso. "Ya veremos", fue la lacónica respuesta de Trump cuando lo consultaron sobre el envío de 5.000 soldados a la frontera colombo-venezolana. La primera piedra la había tirado el asesor de seguridad John Bolton cuando apareció en una conferencia de prensa para explicar las sanciones a la petrolera estatal venezolana PDVSA con un cuaderno en la mano en el que se podía leer claramente "5.000 troops to Colombia". ¿Un descuido o un mensaje para Nicolás Maduro? No se sabe qué quiso decir Bolton con la anotación que todos pudieron ver. Trump dejó esa mañana otra inquietud: "Nuestros militares (estadounidenses y colombianos) están trabajando juntos, vamos a ver cómo funciona".
En tanto, todos en la Casa Blanca repiten el mantra trumpeano sobre la crisis venezolana: "Todas las opciones están sobre la mesa". Claro que ahora, con un elemento más preocupante como es la ayuda humanitaria pedida por el presidente interino Juan Guiadó a la comunidad internacional y que el régimen de Nicolás Maduro se niega a dejar entrar en el país donde al menos una tercera parte de la población sufre de desnutrición. La vicepresidenta del régimen chavista, Delcy Rodríguez, aseguró que la ayuda que envió Estados Unidos está "envenenada e incluso puede provocar cáncer". Trump respondió diciendo que considera "un terrible error" que impidan la entrada de la ayuda humanitaria.
"Yo probablemente tendré más flexibilidad que cualquier hombre en este puesto", agregó Trump enigmático cuando le preguntaron si tenía un plan B en caso de que Maduro se quiera perpetuar en el poder y reprimir salvajemente a la oposición. "Siempre tengo un plan B y C y D y E y F…". Y destacó el reconocimiento de Guaidó como presidente legítimo de su país. "Tiene un apoyo tremendo. En toda Sudamérica y en todo el mundo", dijo.
Una posible intervención militar o el estallido de una violencia descontrolada en Venezuela comienza a preocupar en los círculos académicos y políticos estadounidenses. "Todo puede suceder. No hay ninguna opción que se debería descartar de plano. Pero una confrontación militar sería un desastre tanto para Venezuela como para el resto de América Latina y Estados Unidos", es una de las conclusiones del panel de expertos que debatió la coyuntura venezolana en el Instituto Kellogg de Estudios Internacionales de la Universidad de Notre Dame, en una nevada South Bend, del estado de Indiana.
Al abrir el debate, el profesor visitante y moderador del evento, Claudio Orrego, ex gobernador de la Región Metropolitana de Santiago de Chile, calificó la situación de Venezuela como "la crisis social, política y económica más profunda que la región ha enfrentado en décadas". Y consideró que "el gobierno bolivariano perdió la iniciativa política y ya no puede marcar la agenda del debate". Luego, cedió el micrófono al profesor de ciencias políticas y asuntos globales Aníbal Pérez-Liñán. "Estamos aquí para especular sobre lo que sucederá en las próximas semanas en Venezuela, pero la realidad es que nadie lo sabe. Estamos en uno de esos momentos de las crisis que pueden disparar para cualquier lado", dijo Perez-Liñán ante un nutrido auditorio de profesores y alumnos del doctorado en el renovado Centro Hesburgh.
Bernardo Pulido Márquez, joven doctor en ciencias jurídicas venezolano, remarcó que la oposición en su país perdió su contacto con los militares tras el intento de golpe de Estado contra Chávez en 2002, pero el hecho de que Guaidó provenga de una familia militar, le está facilitando las cosas para hablar con algunos oficiales que están dispuestos a reconocer su gobierno, aunque aún temen represalias y van a esperar a que los mandos medios den señales claras de que se plegarán. "Tener ese tipo de antecedentes le ha permitido hablar con esos sectores que hasta ahora no querían de ninguna manera acercarse a cualquier grupo antichavista", dice Pulido Márquez. "Si ese acercamiento se profundiza, recién en ese momento se puede hablar de amnistía con los militares y pensar en que las fuerzas armadas destituyan a Maduro, entreguen el poder a Guaidó y se replieguen a los cuarteles sin temor a las terribles purgas chavistas".
"Las fuerzas policiales venezolanas se han convertido en una de las fuerzas más letales en todo el mundo", explicó la socióloga Verónica Zubillaga, profesora visitante y que conoce profundamente las barriadas marginales de Caracas. "En las protestas de 2007, en cuatro meses hubo 124 muertos, uno por día. Casi todas estas muertes se produjeron en las calles en los enfrentamientos con la policía y los 'colectivos', las fuerzas parapoliciales", explica. "Ahora, esto es aún peor. En las protestas de comienzos de este año murieron 40 personas en menos de un mes, un promedio de dos personas por día. Y la diferencia es que la gran mayoría murió en sus propios barrios, incluso, muchos dentro de sus casas. Y esto marca que ahora el levantamiento se está dando en los bastiones chavistas de los barrios más pobres". La profesora Zubillaga comentó que, de acuerdo a sus contactos en los barrios caraqueños, "la policía está cada vez más agresiva y se dedica, por sobre todo, a robar. Entran en las casas con cualquier excusa y se llevan todo lo que pueden. Incluso, buscan alimentos que como todos sabemos son difíciles de conseguir".
Michael Coppedge, cientista político e investigador principal del índice Variedades de la Democracia que compara el nivel democrático de los países en todo el mundo desde 1945 hasta la fecha, dijo que Venezuela es uno de los casos en el que "el declive democrático fue más profundo". Y explicó que "en los círculos de poder de Washington no hay ninguna voluntad, salvo en casos extremos, de derrocar a ningún gobierno democráticamente elegido en ningún lugar pero que en el caso de Venezuela ven a Maduro como un impostor, alguien que usurpó el poder a través del fraude electoral y que por lo tanto es ilegítimo. En ese contexto un apoyo a Guaidó lo entienden como totalmente legítimo". Y consideró que "por ahora" Estados Unidos se va a limitar a ahogar al régimen con las medidas contra la remesa de dividendos del petróleo que son imprescindibles para la supervivencia del chavismo. "Tiene grandes consecuencias financieras y puede ahogar a Maduro. Es como pisar la manguera del oxígeno a un buceador de aguas profundas. Muy pronto tendrá que salir a la superficie y cuando esto suceda, la oposición va a estar más cerca de recuperar el poder".
Cuando ya habían pasado dos horas de debate, mientras afuera nevaba y la temperatura bajaba a ocho grados bajo cero, en un resumen de lo expuesto los panelistas coincidieron en que es imposible llegar a una transición democrática mientras Maduro siga en el poder. Pero al mismo tiempo sería también poco probable si no se incluye en las conversaciones a los líderes del chavista Partido Socialista Unido Venezolano (PSUV) que "sigue representando a un 20% de la población". Mientras insisten en "la imprevisibilidad" de la salida de esta crisis venezolana. La misma incertidumbre que reina en la Casa Blanca.
Gustavo Sierra
Especial para Infobae America
(Desde South Bend, Indiana)
En el Salón Oval, con la tradicional chimenea de fondo, el presidente Donald Trump le dio la mano para las fotos a su colega Iván Duque, de Colombia, y jugó al juego que más le gusta: hacerse el misterioso. "Ya veremos", fue la lacónica respuesta de Trump cuando lo consultaron sobre el envío de 5.000 soldados a la frontera colombo-venezolana. La primera piedra la había tirado el asesor de seguridad John Bolton cuando apareció en una conferencia de prensa para explicar las sanciones a la petrolera estatal venezolana PDVSA con un cuaderno en la mano en el que se podía leer claramente "5.000 troops to Colombia". ¿Un descuido o un mensaje para Nicolás Maduro? No se sabe qué quiso decir Bolton con la anotación que todos pudieron ver. Trump dejó esa mañana otra inquietud: "Nuestros militares (estadounidenses y colombianos) están trabajando juntos, vamos a ver cómo funciona".
En tanto, todos en la Casa Blanca repiten el mantra trumpeano sobre la crisis venezolana: "Todas las opciones están sobre la mesa". Claro que ahora, con un elemento más preocupante como es la ayuda humanitaria pedida por el presidente interino Juan Guiadó a la comunidad internacional y que el régimen de Nicolás Maduro se niega a dejar entrar en el país donde al menos una tercera parte de la población sufre de desnutrición. La vicepresidenta del régimen chavista, Delcy Rodríguez, aseguró que la ayuda que envió Estados Unidos está "envenenada e incluso puede provocar cáncer". Trump respondió diciendo que considera "un terrible error" que impidan la entrada de la ayuda humanitaria.
"Yo probablemente tendré más flexibilidad que cualquier hombre en este puesto", agregó Trump enigmático cuando le preguntaron si tenía un plan B en caso de que Maduro se quiera perpetuar en el poder y reprimir salvajemente a la oposición. "Siempre tengo un plan B y C y D y E y F…". Y destacó el reconocimiento de Guaidó como presidente legítimo de su país. "Tiene un apoyo tremendo. En toda Sudamérica y en todo el mundo", dijo.
Una posible intervención militar o el estallido de una violencia descontrolada en Venezuela comienza a preocupar en los círculos académicos y políticos estadounidenses. "Todo puede suceder. No hay ninguna opción que se debería descartar de plano. Pero una confrontación militar sería un desastre tanto para Venezuela como para el resto de América Latina y Estados Unidos", es una de las conclusiones del panel de expertos que debatió la coyuntura venezolana en el Instituto Kellogg de Estudios Internacionales de la Universidad de Notre Dame, en una nevada South Bend, del estado de Indiana.
Al abrir el debate, el profesor visitante y moderador del evento, Claudio Orrego, ex gobernador de la Región Metropolitana de Santiago de Chile, calificó la situación de Venezuela como "la crisis social, política y económica más profunda que la región ha enfrentado en décadas". Y consideró que "el gobierno bolivariano perdió la iniciativa política y ya no puede marcar la agenda del debate". Luego, cedió el micrófono al profesor de ciencias políticas y asuntos globales Aníbal Pérez-Liñán. "Estamos aquí para especular sobre lo que sucederá en las próximas semanas en Venezuela, pero la realidad es que nadie lo sabe. Estamos en uno de esos momentos de las crisis que pueden disparar para cualquier lado", dijo Perez-Liñán ante un nutrido auditorio de profesores y alumnos del doctorado en el renovado Centro Hesburgh.
Bernardo Pulido Márquez, joven doctor en ciencias jurídicas venezolano, remarcó que la oposición en su país perdió su contacto con los militares tras el intento de golpe de Estado contra Chávez en 2002, pero el hecho de que Guaidó provenga de una familia militar, le está facilitando las cosas para hablar con algunos oficiales que están dispuestos a reconocer su gobierno, aunque aún temen represalias y van a esperar a que los mandos medios den señales claras de que se plegarán. "Tener ese tipo de antecedentes le ha permitido hablar con esos sectores que hasta ahora no querían de ninguna manera acercarse a cualquier grupo antichavista", dice Pulido Márquez. "Si ese acercamiento se profundiza, recién en ese momento se puede hablar de amnistía con los militares y pensar en que las fuerzas armadas destituyan a Maduro, entreguen el poder a Guaidó y se replieguen a los cuarteles sin temor a las terribles purgas chavistas".
"Las fuerzas policiales venezolanas se han convertido en una de las fuerzas más letales en todo el mundo", explicó la socióloga Verónica Zubillaga, profesora visitante y que conoce profundamente las barriadas marginales de Caracas. "En las protestas de 2007, en cuatro meses hubo 124 muertos, uno por día. Casi todas estas muertes se produjeron en las calles en los enfrentamientos con la policía y los 'colectivos', las fuerzas parapoliciales", explica. "Ahora, esto es aún peor. En las protestas de comienzos de este año murieron 40 personas en menos de un mes, un promedio de dos personas por día. Y la diferencia es que la gran mayoría murió en sus propios barrios, incluso, muchos dentro de sus casas. Y esto marca que ahora el levantamiento se está dando en los bastiones chavistas de los barrios más pobres". La profesora Zubillaga comentó que, de acuerdo a sus contactos en los barrios caraqueños, "la policía está cada vez más agresiva y se dedica, por sobre todo, a robar. Entran en las casas con cualquier excusa y se llevan todo lo que pueden. Incluso, buscan alimentos que como todos sabemos son difíciles de conseguir".
Michael Coppedge, cientista político e investigador principal del índice Variedades de la Democracia que compara el nivel democrático de los países en todo el mundo desde 1945 hasta la fecha, dijo que Venezuela es uno de los casos en el que "el declive democrático fue más profundo". Y explicó que "en los círculos de poder de Washington no hay ninguna voluntad, salvo en casos extremos, de derrocar a ningún gobierno democráticamente elegido en ningún lugar pero que en el caso de Venezuela ven a Maduro como un impostor, alguien que usurpó el poder a través del fraude electoral y que por lo tanto es ilegítimo. En ese contexto un apoyo a Guaidó lo entienden como totalmente legítimo". Y consideró que "por ahora" Estados Unidos se va a limitar a ahogar al régimen con las medidas contra la remesa de dividendos del petróleo que son imprescindibles para la supervivencia del chavismo. "Tiene grandes consecuencias financieras y puede ahogar a Maduro. Es como pisar la manguera del oxígeno a un buceador de aguas profundas. Muy pronto tendrá que salir a la superficie y cuando esto suceda, la oposición va a estar más cerca de recuperar el poder".
Cuando ya habían pasado dos horas de debate, mientras afuera nevaba y la temperatura bajaba a ocho grados bajo cero, en un resumen de lo expuesto los panelistas coincidieron en que es imposible llegar a una transición democrática mientras Maduro siga en el poder. Pero al mismo tiempo sería también poco probable si no se incluye en las conversaciones a los líderes del chavista Partido Socialista Unido Venezolano (PSUV) que "sigue representando a un 20% de la población". Mientras insisten en "la imprevisibilidad" de la salida de esta crisis venezolana. La misma incertidumbre que reina en la Casa Blanca.