La difícil tarea de juzgar al Chapo
Alan Feuer
Infobae
Aunque los jurados del juicio del narcotraficante mexicano Joaquín Guzmán Loera han pasado casi tres meses en el tribunal, no parecen estar apurados por regresar a sus casas. Después de un día y medio de deliberaciones, ya han redactado cuatro notas con preguntas importantes y solicitudes de pruebas, incluida una que pide revisar los testimonios de tres testigos cuyas declaraciones en conjunto duraron más de una semana.
Es difícil obtener mucha información de las notas, pero las que hasta ahora han sido emitidas en este caso sugieren que el pánel hace un verdadero esfuerzo para analizar más de diez semanas de testimonios y pruebas.
Es una tarea desalentadora, no solo por el volumen de la evidencia, sino también porque los miembros del jurado deben revisar un formato de veredicto que consta de ocho páginas con 53 casillas que deben marcarse con categorías como "culpable o no culpable", "probado o no probado" o simplemente "sí o no".
El formato de veredicto se basa en la acusación que le imputa a Guzmán diez cargos distintos, pero el más importante lo acusa de ser el líder de una "empresa criminal de manera continuada" desde 1990 hasta 2014.
El caso comprende veintisiete violaciones y la mayoría se enfocan en que Guzmán organizó grandes negocios de drogas: desde el tráfico de 400 kilogramos de marihuana hasta casi 20 toneladas de cocaína. También lo acusan de conspiración de asesinato y se afirma que él personalmente mató u ordenó la muerte de decenas de personas.
Los otros cargos lo acusan de fabricar, importar y distribuir drogas; usar armas de fuego para promover su operación; y conspirar para lavar las ganancias de su imperio.
Para complicar las cosas, cuatro de las violaciones también se incluyen como recuentos separados en el formato de veredicto. Además, el jurado no puede considerar los cargos de armas de fuego y lavado de dinero, a menos que primero decidan que Guzmán es culpable de al menos uno de los cargos de drogas.
El lunes por la mañana, el juez Brian Cogan tardó casi tres horas en darles las instrucciones a los jurados sobre cómo proceder. Al final del día, los jurados le enviaron al juez dos notas importantes que ilustraban la complejidad de su tarea. Una preguntaba si se podría pensar en una "guerra contra las drogas" como un delito de narcotráfico que permitiría la consideración de los cargos por armas de fuego. La otra nota preguntaba si la efedrina, un ingrediente de las metanfetaminas, era igual a esa droga.
En el segundo día de deliberaciones en el Tribunal de Distrito Federal de Brooklyn, el jurado formuló dos solicitudes adicionales sobre el papel del capo mexicano en el tráfico de metanfetaminas. Pidieron volver a escuchar una llamada telefónica en la que el capo discutía claramente la venta de la droga. También pidieron que se les leyera el testimonio de un testigo que dijo que una vez se había reunido con el responsable de la producción de metanfetamina de la organización de Guzmán, el Cártel de Sinaloa.
Fue más difícil discernir el significado de otra solicitud que hizo el jurado: pidieron al juez Cogan que les proporcionara el testimonio completo de Jorge y Álex Cifuentes Villa, dos hermanos colombianos que trabajaron en estrecha colaboración con Guzmán.
Para evitar leer el testimonio en voz alta en el tribunal, lo que fácilmente podría tomar varios días, Cogan sugirió que se le entregara al jurado una transcripción. Pero eso requería eliminar algunos fragmentos y respuestas que el juez dictaminó que debían sacarse del registro. El jurado no recibió una copia de la transcripción hasta el momento en que el tribunal terminó su sesión, el martes por la tarde.
Los jurados también solicitaron el testimonio completo de Juan Aguayo, un agente fronterizo de Estados Unidos que declaró sobre la incautación de un cargamento de marihuana que fue transportado en tres lanchas que se detuvieron en la costa de Santa Bárbara, California, en 2012. Tres hombres fueron arrestados en el decomiso después de que agentes federales los encontraron escondidos, mojados y llenos de arena, detrás de unas rocas.
Se espera que el miércoles los jurados escuchen el testimonio de Aguayo.
Infobae
Aunque los jurados del juicio del narcotraficante mexicano Joaquín Guzmán Loera han pasado casi tres meses en el tribunal, no parecen estar apurados por regresar a sus casas. Después de un día y medio de deliberaciones, ya han redactado cuatro notas con preguntas importantes y solicitudes de pruebas, incluida una que pide revisar los testimonios de tres testigos cuyas declaraciones en conjunto duraron más de una semana.
Es difícil obtener mucha información de las notas, pero las que hasta ahora han sido emitidas en este caso sugieren que el pánel hace un verdadero esfuerzo para analizar más de diez semanas de testimonios y pruebas.
Es una tarea desalentadora, no solo por el volumen de la evidencia, sino también porque los miembros del jurado deben revisar un formato de veredicto que consta de ocho páginas con 53 casillas que deben marcarse con categorías como "culpable o no culpable", "probado o no probado" o simplemente "sí o no".
El formato de veredicto se basa en la acusación que le imputa a Guzmán diez cargos distintos, pero el más importante lo acusa de ser el líder de una "empresa criminal de manera continuada" desde 1990 hasta 2014.
El caso comprende veintisiete violaciones y la mayoría se enfocan en que Guzmán organizó grandes negocios de drogas: desde el tráfico de 400 kilogramos de marihuana hasta casi 20 toneladas de cocaína. También lo acusan de conspiración de asesinato y se afirma que él personalmente mató u ordenó la muerte de decenas de personas.
Los otros cargos lo acusan de fabricar, importar y distribuir drogas; usar armas de fuego para promover su operación; y conspirar para lavar las ganancias de su imperio.
Para complicar las cosas, cuatro de las violaciones también se incluyen como recuentos separados en el formato de veredicto. Además, el jurado no puede considerar los cargos de armas de fuego y lavado de dinero, a menos que primero decidan que Guzmán es culpable de al menos uno de los cargos de drogas.
El lunes por la mañana, el juez Brian Cogan tardó casi tres horas en darles las instrucciones a los jurados sobre cómo proceder. Al final del día, los jurados le enviaron al juez dos notas importantes que ilustraban la complejidad de su tarea. Una preguntaba si se podría pensar en una "guerra contra las drogas" como un delito de narcotráfico que permitiría la consideración de los cargos por armas de fuego. La otra nota preguntaba si la efedrina, un ingrediente de las metanfetaminas, era igual a esa droga.
En el segundo día de deliberaciones en el Tribunal de Distrito Federal de Brooklyn, el jurado formuló dos solicitudes adicionales sobre el papel del capo mexicano en el tráfico de metanfetaminas. Pidieron volver a escuchar una llamada telefónica en la que el capo discutía claramente la venta de la droga. También pidieron que se les leyera el testimonio de un testigo que dijo que una vez se había reunido con el responsable de la producción de metanfetamina de la organización de Guzmán, el Cártel de Sinaloa.
Fue más difícil discernir el significado de otra solicitud que hizo el jurado: pidieron al juez Cogan que les proporcionara el testimonio completo de Jorge y Álex Cifuentes Villa, dos hermanos colombianos que trabajaron en estrecha colaboración con Guzmán.
Para evitar leer el testimonio en voz alta en el tribunal, lo que fácilmente podría tomar varios días, Cogan sugirió que se le entregara al jurado una transcripción. Pero eso requería eliminar algunos fragmentos y respuestas que el juez dictaminó que debían sacarse del registro. El jurado no recibió una copia de la transcripción hasta el momento en que el tribunal terminó su sesión, el martes por la tarde.
Los jurados también solicitaron el testimonio completo de Juan Aguayo, un agente fronterizo de Estados Unidos que declaró sobre la incautación de un cargamento de marihuana que fue transportado en tres lanchas que se detuvieron en la costa de Santa Bárbara, California, en 2012. Tres hombres fueron arrestados en el decomiso después de que agentes federales los encontraron escondidos, mojados y llenos de arena, detrás de unas rocas.
Se espera que el miércoles los jurados escuchen el testimonio de Aguayo.