La Asamblea venezolana rechaza todo diálogo que “alargue el sufrimiento”

"El único objetivo es el cese de la usurpación, un gobierno de transición y elecciones libres", ha asegurado el líder del Parlamento y también presidente interino del país, Juan Guaidó

Francesco Manetto
Caracas, El País
En vísperas de que un grupo de países, entre ellos varios Gobiernos de la Unión Europea y México, se reúnan el jueves en Montevideo para buscar soluciones políticas a la crisis en Venezuela, la Asamblea Nacional aprobó este martes una resolución de rechazo a “cualquier diálogo o grupo de contacto que alargue el sufrimiento del pueblo”, según anunció en Twitter su presidente, Juan Guaidó. La Cámara también mostró su reconocimiento al Grupo de Lima, que reafirmó el lunes en Ottawa su apoyo a Guaidó, y a los países europeos que le reconocen como presidente interino.


“¡Punto aprobado! Acuerdo que reconoce al Grupo de Lima y los países de Europa su apoyo, así como el rechazo a cualquier diálogo o grupo de contacto que alargue el sufrimiento del pueblo. Único objetivo: cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres. #SesiónAN”, tuiteó Guaidó sobre la sesión de la Asamblea, declarada en desacato por el Gobierno y permanentemente acosada por el chavismo.

Previamente, el diputado Miguel Pizarro, presidente de la comisión especial encargada del seguimiento de la ayuda humanitaria que llegará a Venezuela, en una iniciativa de Guaidó apoyada por EE UU y Colombia, habló de los envíos, que se harán a través de Colombia, Brasil y una isla del Caribe. “No queremos que la ayuda humanitaria sea motivo de confrontación (...) No vamos a discriminar la ayuda por colores políticos, no vamos a partidizar la ayuda, no se trata de discursos vacíos para que nos aplaudan, sino de ayudar efectivamente a niños, a mujeres en estado de gestación, adultos mayores, pacientes”, aclaró el dirigente del partido Primero Justicia.

La declaración de intenciones es importante porque trata de desmontar la retórica del oficialismo. El líder chavista, Nicolás Maduro, califica la llegada de ayudas de “agresión”de la Administración de Donald Trump, que se implicó en esta primera remesa a través de la agencia de cooperación estadounidense USAID.

Maduro siempre se ha negado a aceptar apoyo de los países críticos con su Gobierno pese a la quiebra estructural que golpea a la economía del país y a una escasez crónica. “Venezuela no es un país de mendigos”, llegó a decir. Aunque acude con regularidad a los Gobiernos de Rusia, China y Turquía en busca de liquidez, aceptar ahora las ayudas acordadas tras la proclamación de Juan Guaidó como presidente interino supondría la admisión más evidente del fracaso de su gestión. Por eso el oficialismo quiere evitarla vinculándola a las especulaciones sobre una invasión militar.

Pizarro señaló este martes que “la ayuda humanitaria no es una limosna, es una necesidad urgente” y recordó que se trata de una reclamación que la oposición lleva años haciendo al Gobierno. Su llegada nunca había estado tan cerca, pero la reacción de las Fuerzas Armadas en la ciudad de Cúcuta, principal puerto fronterizo entre Colombia y Venezuela, aún es una incógnita.
Coordinación

Simular que no hay una crisis solo beneficia a quienes han generado esa crisis, en opinión de la oposición, que en cualquier caso reconoce que se trata solo de un primer paso insuficiente para resolver la carestía. De momento, llegarán medicamentos y suplementos nutricionales necesarios para la atención temprana de niños, mayores y personas en situación de vulnerabilidad. Un panorama que los militares observan a diario. “Ustedes saben que hay una línea roja, saben bien que hay un límite, saben que medicinas, alimentos e insumos médicos son esa raya roja”, incidió el presidente de la comisión.

El Parlamento se hará cargo de la coordinación pero no pretende convertirse en una institución humanitaria, por lo que intentará empoderar a otras instituciones, redes de voluntarios e iglesias. Cáritas, por ejemplo, ya ha anunciado que se sumará a la iniciativa con la condición de que se ciña a “los principios de respeto a los derechos humanos”.

La llegada de la ayuda humanitaria tiene una función clave. Colocar ante un dilema a los funcionarios encargados de recibirla o rechazarla. Si las cajas cruzan la frontera, su autoridad quedaría tocada. En cualquier caso, el envío reflejará el fiasco de su labor.

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