Hassan Rohani amenazó con expandir el programa de misiles balísticos de Irán: "No hemos pedido ni vamos a pedir permiso"

El presidente también indicó que "el enemigo no alcanzará nunca sus objetivos diabólicos", en referencia a las presiones internacionales y las sanciones impuestas por Estados Unidos, durante su discurso en Teherán por el 40° aniversario de la Revolución Islámica

Infobae
El presidente de Irán, Hassan Rouhani, dijo este lunes que su país está "empeñado en expandir su poder militar y el programa de misiles balísticos" a pesar de las crecientes presiones internacionales para frenarlo, durante un discurso con motivo del 40° aniversario de la Revolución Islámica.


"No hemos pedido ni vamos a pedir permiso para desarrollar diferentes tipos de misiles y seguiremos en nuestro camino y nuestro poder militar", dijo Rouhani en la plaza Azadi en Teherán, donde decenas de miles se congregaron a celebrar la caída del Sha de Persia en 1979 y la instauración del régimen teocrático de los ayatolás, según reportó la agencia Reuters.

Rouhani también prometió "derrotar" a las sanciones que Estados Unidos volvió a imponer en 2018 luego de que su presidente, Donald Trump, ordenara el retiro del país del acuerdo nuclear formado con Irán en 2015.

"El pueblo iraní tiene y tendrá algunas dificultades económicas, pero las superaremos ayudándonos mutuamente", dijo el mandatario persa.

Las sanciones económicas de Washington apuntan principalmente al comercio exterior iraní, prohibiendo a Teherán el uso del dólar y vetando a las empresas estadounidenses de comerciar con entidades persas, así como también a empresas de otros países.

El objetivo de estas medidas, de acuerdo a la Casa Blanca, es forzar al régimen teocrático a negociar una limitación de su programa de misiles balísticos, algunos de los cuales se cree pueden tener capacidad de llevar ojivas nucleares, así como poner fin al apoyo de Teherán a grupos terroristas y milicias en el extranjero, como en Siria, El Líbano e Irak.

Francia, el Reino Unido, Alemania, China y Rusia, también firmantes del acuerdo nuclear de 2015 que levantaba las sanciones económicas a cambio de controles reales sobre el programa nuclear iraní, han intentado mantener vivo el pacto a pesar de la salida de Estados Unidos.

Pero incluso los europeos, que acaban de anunciar un mecanismo para intentar continuar comerciando con Irán, comparten las reservas de Washington sobre las actividades en el extranjero de Teherán y su desarrollo de misiles balísticos.

Por el contrario, el régimen ha respondido aumentando la frecuencia de ensayos de estos proyectiles y anunciando nuevos desarrollos tanto en misiles balísticos como de crucero, en el rango corto e intermedio.

El domingo, incluso, Teherán reveló imágenes de una planta secreta y subterránea de fabricación de estas armas, en la víspera de los festejos por la controversial Revolución Islámica que hace 40 años derrocó a Reza Pahlavi e impuso un régimen islamista ultraconservador y represivo que en los últimos tiempo ha coqueteado con la reforma y la apertura al mismo tiempo reafirmando su visión extremista del Islam y su odio por Israel.

"La presencia del pueblo en las calles de toda la República Islámica de Irán significa que el enemigo no alcanzará nunca sus objetivos diabólicos", dijo Rouhani también este lunes, luego de denunciar un "complot" de Estados Unidos, de los "sionistas" y de Estados "reaccionarios" de Medio Oriente contra Irán.

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