Gareth Bale de lío en lío: 'bloqueó' la llegada de Mbappé, no habla español...
Madrid, AS
A Bale se le acumulan los líos en las últimas semanas, entre su butifarra en el Metropolitano y su feo a Lucas en casa del Levante. Pero desde que llegó al Madrid, el último día de agosto de 2013, ha acumulado un goteo importante de controversias, siendo un jugador que, pese a los títulos que ha levantado, nunca ha sido capaz de convencer a entrenadores, público y medios al mismo tiempo. De hecho, su nombre suena como posible venta desde hace ya un par de veranos, pero su venta nunca cuajó y eso tuvo, además, una contraindicación: el no fichaje de Mbappé.
El Madrid llegó a un acuerdo con el Mónaco en el verano de 2017 para firmar a la joya francesa por 200 millones, pero el jugador lo frenó al ver lo que le esperaba. La versión del club fue que pedía demasiado dinero (12 millones netos), pero luego se supo que Florentino no se atrevió a vender a Bale al United, lo que condenaba a Mbappé a la suplencia al estar la bbC por delante. El Madrid no traspasó a Bale al United y Mbappé acabó en el PSG, de donde ahora quiere sacarle...
Si algo ha marcado el paso de Bale por el Madrid son las lesiones: ha sufrido 22 desde que llegó, ocho en su sóleo izquierdo. Su falta de consideración por los servicios médicos del Madrid ha sido una constante: se ha marchado a Gales en varios parones, pese a estar lesionado, y tampoco ha reducido su conocida afición por el golf ("Prefiero ver eso que partidos de fútbol", dijo), perjudicial para la espalda.
El otro gran lunar de Bale es su escasa integración: apenas habla español, pese a llevar casi seis años en Madrid (Toshack, quien le hizo debutar en Gales, le reprendió recientemente: "Debería aprender el idioma, por respeto al club y a la gente"), y casi nunca acude a las cenas y reuniones que organiza la plantilla. Pese a todo ello, siempre fue titular con Ancelotti y Benítez; también con Zidane, hasta la última temporada del francés, en la que perdió el sitio y estalló, con unas declaraciones tras la final de Kiev ante el Liverpool (en la que hizo dos goles) que quedaron opacadas por las de Cristiano: "Hablaré con mi agente para ver qué hago, quiero jugar más. No ser titular fue una decepción".
A Bale se le acumulan los líos en las últimas semanas, entre su butifarra en el Metropolitano y su feo a Lucas en casa del Levante. Pero desde que llegó al Madrid, el último día de agosto de 2013, ha acumulado un goteo importante de controversias, siendo un jugador que, pese a los títulos que ha levantado, nunca ha sido capaz de convencer a entrenadores, público y medios al mismo tiempo. De hecho, su nombre suena como posible venta desde hace ya un par de veranos, pero su venta nunca cuajó y eso tuvo, además, una contraindicación: el no fichaje de Mbappé.
El Madrid llegó a un acuerdo con el Mónaco en el verano de 2017 para firmar a la joya francesa por 200 millones, pero el jugador lo frenó al ver lo que le esperaba. La versión del club fue que pedía demasiado dinero (12 millones netos), pero luego se supo que Florentino no se atrevió a vender a Bale al United, lo que condenaba a Mbappé a la suplencia al estar la bbC por delante. El Madrid no traspasó a Bale al United y Mbappé acabó en el PSG, de donde ahora quiere sacarle...
Si algo ha marcado el paso de Bale por el Madrid son las lesiones: ha sufrido 22 desde que llegó, ocho en su sóleo izquierdo. Su falta de consideración por los servicios médicos del Madrid ha sido una constante: se ha marchado a Gales en varios parones, pese a estar lesionado, y tampoco ha reducido su conocida afición por el golf ("Prefiero ver eso que partidos de fútbol", dijo), perjudicial para la espalda.
El otro gran lunar de Bale es su escasa integración: apenas habla español, pese a llevar casi seis años en Madrid (Toshack, quien le hizo debutar en Gales, le reprendió recientemente: "Debería aprender el idioma, por respeto al club y a la gente"), y casi nunca acude a las cenas y reuniones que organiza la plantilla. Pese a todo ello, siempre fue titular con Ancelotti y Benítez; también con Zidane, hasta la última temporada del francés, en la que perdió el sitio y estalló, con unas declaraciones tras la final de Kiev ante el Liverpool (en la que hizo dos goles) que quedaron opacadas por las de Cristiano: "Hablaré con mi agente para ver qué hago, quiero jugar más. No ser titular fue una decepción".