El Barça llega vivo al Bernabéu

Gran primera parte de un Madrid que no supo apuntillar a un Barcelona que creció en la segunda parte tras el gol de Malcom.


Santi Giménez
As
Barça y Madrid han entrado en un nuevo ciclo en el que los blancos evidenciaron que lo del 5-1 pertenece a otra época y en el que el Barça demostró con la suplencia de Messi que ese Clásico era el menos importante de los partido importantes que se avecinan. Tras el 1-1 con goles de Lucas Vázquez y Malcom, que definen a la perfección el espíritu con el que ambos entrenadores afrontaron el partido, queda todo en vilo hasta la vuelta en el Bernabéu.


El partido de ida confirma la recuperación del Madrid y otorga un diploma a Solari, que logró superar su primera prueba de fuego, pero no le asegura nada. El devenir del partido, en el que el Madrid fue de más a menos deja vivo a un Barcelona que en momentos se vio fuera de la eliminatoria y acabó por pasarle la presión a su rival de cara al partido de vuelta que se adivina espectacular. Y ahí, probablemente estará Messi desde el inicio y también Dembélé.

Una hora antes del partido se desveló el misterio: Messi se quedaba en el banquillo. Pero la noticia, que de por si misma era tremenda, se quedaba en anécdota teniendo en cuenta la elección de sus sustituto. Valverde eligió a Malcom, un futbolista casi anecdótico en los planteamientos del Barça hasta la fecha, con una única titularidad ante el Betis (3-4 acabó el partido) tres en Copa y ninguna en Champions con un total de 453 minutos.

Hasta ahora, al Barça tenía un libro de estilo ante el Madrid, con Messi o sin él, que se resumía en poblar el centro del campo, pero esa opción fue desechada y ni Sergi Roberto ni Aleñá salieron de entrada ante un Real Madrid que se comió al Barça en los primeros minutos.

Sin hacer nada del otro mundo, pero con intensidad, bien colocados y buscando siempre a Benzema y a Modric en caso de duda, los de Solari tuvieron una salida apoteósica que culminó con el gol de Lucas Vázquez tras una jugada de Vinicius muy vistosa que no hubiera acabado en nada si al otro lado del aparato no hubiese estado un Benzema sensacional, que acomodó el balón, se lo escondió a Alba y se lo puso a Lucas Vázquez para que se adelantara a Lenglet y pusiera en ventaja al Madrid.

Los de Solari se encontraron con que tenían gran parte del plan previsto logrado nada más empezar el partido y el Barça no sabía como reaccionar. Tan extraño estaba el conjunto de Valverde, que cargó una y otra vez el juego por su banda derecha donde Malcom y Semedo retaban a Vinicius y Marcelo en una carrera digna de los Autos Locos. Cualquier acción de mérito de esos protagonistas era inmediatamente desactivada por ellos mismos cuando se les obligaba a tomar una nueva decisión.

El Barça, sin hacer nada del otro jueves tuvo sus oportunidades cuando Malcom en su partido particular se plantó ante Keylor definiendo fatal en una jugada que no pasó a mayores porque se señaló un fuera de juego tan lamentable como la finalización del brasileño y Rakitic cabeceó al larguero tras una falta lateral.

Pero el Madrid también tuvo sus momentos para cerrar la eliminatoria en unas contras en las que Vinicius y Benzema lo hacían bien todo menos golear. Con Cristiano, esa eliminatoria hubiera estado archivada en el descanso. Piqué se tenía que multiplicar para achicar agua, Semedo corría detrás de todo lo que se movía, pero el plan no bastaba ante la inoperancia de un Coutinho que era un surtidor de ocasiones para los de Solari con sus pérdidas.

Al final del primer tiempo, lo mejor para el Barcelona era el resultado. Keylor mantuvo tranquilo al Madrid ante un remate de Suárez de lejos pero estaba claro que el meollo de la trama estaba en la valentía de ambos técnicos en el segundo tiempo. Estaba por ver si el Madrid se iba a por la eliminatoria o si el Barça se iba a lo loco.

Los blancos, conscientes de la ventaja que llevaban quisieron regular. Navas empezaba a exagerar la pérdida de tiempo, los jugadores del Madrid vieron por el rabillo del ojo que Messi salía calentar y el Camp Nou, a falta de un estimulo mejor empezaba a cantar. Y durante ese instante de incertidumbre, Alba logró ganar la espalda de Lucas, Keylor conjuro el peligro, el rebote fue a Suárez, cuyo tiró fue al palo y el tercer rebote llegó a Malcom, que la colocó en la portería logrando el empate.

Se decretó partido nuevo y ambos técnicos colaboraron a la causa: Valverde dio entrada a Messi y Vidal por Coutinho y Rakitic y Solari hizo lo propio con Bale y Casemiro por Vinicius y Llorente. Pero ya nada se movió aunque nadie dio por hecha la tregua. Queda la resolución para la vuelta. El Barça llegará con la sensación de que pudo perderlo todo en la primera parte, el Madrid, con que ha cambiado el guión. Continuará.

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