El Atlético se resquebrajó en el derbi y ahora debe rearmarse
Rodrigo se cayó por un problema físico. Saúl estaba al 50% y Godín, llegó justo. El Atlético intentó equilibrar con excitación ante un Madrid que venía del clásico. El Betis, de una prórroga.
Jorge García
As
La batalla del clásico no le pasó factura al Madrid en el Metropolitano, ni de lejos. Pocas veces durante la era Simeone han jugado los futbolistas blancos una segunda parte tan cómoda como la de ayer. Y no se puede achacar a la actitud rojiblanca, que la hubo como al hecho de que con el paso de los minutos el que parecía venir de jugarse la vida en la Copa fuera el equipo del Cholo. La frescura duró poco y fue la causa de que, paulatinamente, fuera desapareciendo la buena presión inicial. El primer golpe había llegado minutos antes del calentamiento. Rodrigo se caía del once por otro problema muscular más. El medio era de los pocos que se había librado, pero siguen cayendo como moscas. A eso se unió un Saúl que jugó a un 50% de sus posibilidades en el sitio que debía haber ocupado el ex del Villarreal y un Godín que llegaba entre algodones. Ambos volvieron al trabajo con el grupo el miércoles. después de haber superado sus lesiones. Para el uruguayo era la tercera en este ejercicio, mientras que la del medio era la segunda.
El derbi avanzó y el Atlético cada vez llegaba más tarde a esos balones divididos, donde antes mostraba un dominio incontestable. Los jugadores se dieron cuenta e intentaron equilibrarlo redoblando su excitación. El resultado fueron la sucesión de tarjetas que terminó con un Thomas desquiciado viendo el camino del vestuario. A Saúl, por ejemplo, el vigor le duró 15 minutos. El Atlético se resquebrajó. Es curioso que el equipo sume dos derrotas consecutivas en Liga frente a rivales que venían de dejárselo todo en partidos coperos. El Betis, con prórroga incluida. El momento físico, con una sucesión de percances en materia de lesiones que no cesa, es crítico. Toca seleccionar y tomar decisiones. La Juventus está a dos semanas y lo mejor parece ser utilizar este tiempo para rearmarse apuntando a un único objetivo.
As
La batalla del clásico no le pasó factura al Madrid en el Metropolitano, ni de lejos. Pocas veces durante la era Simeone han jugado los futbolistas blancos una segunda parte tan cómoda como la de ayer. Y no se puede achacar a la actitud rojiblanca, que la hubo como al hecho de que con el paso de los minutos el que parecía venir de jugarse la vida en la Copa fuera el equipo del Cholo. La frescura duró poco y fue la causa de que, paulatinamente, fuera desapareciendo la buena presión inicial. El primer golpe había llegado minutos antes del calentamiento. Rodrigo se caía del once por otro problema muscular más. El medio era de los pocos que se había librado, pero siguen cayendo como moscas. A eso se unió un Saúl que jugó a un 50% de sus posibilidades en el sitio que debía haber ocupado el ex del Villarreal y un Godín que llegaba entre algodones. Ambos volvieron al trabajo con el grupo el miércoles. después de haber superado sus lesiones. Para el uruguayo era la tercera en este ejercicio, mientras que la del medio era la segunda.
El derbi avanzó y el Atlético cada vez llegaba más tarde a esos balones divididos, donde antes mostraba un dominio incontestable. Los jugadores se dieron cuenta e intentaron equilibrarlo redoblando su excitación. El resultado fueron la sucesión de tarjetas que terminó con un Thomas desquiciado viendo el camino del vestuario. A Saúl, por ejemplo, el vigor le duró 15 minutos. El Atlético se resquebrajó. Es curioso que el equipo sume dos derrotas consecutivas en Liga frente a rivales que venían de dejárselo todo en partidos coperos. El Betis, con prórroga incluida. El momento físico, con una sucesión de percances en materia de lesiones que no cesa, es crítico. Toca seleccionar y tomar decisiones. La Juventus está a dos semanas y lo mejor parece ser utilizar este tiempo para rearmarse apuntando a un único objetivo.
