El Alto: módulos de 11 colegios de Evo Cumple no tienen equipos

Padres de familia se ven obligados a llevar sillas y mesas a las unidades educativas. Los muebles que se solicitan en el POA llegan después de dos años.

Wara Arteaga / El Alto
La más moderna infraestructura de la unidad educativa Antonio Paredes Candia de la ciudad de El Alto está abandonada. Es un módulo educativo que tiene 14 aulas y fue entregado en 2017, pero aún no cuenta con equipamiento y mobiliario.


Este colegio tiene siete bloques que fueron construidos en diferentes épocas, algunos son de adobe, de ladrillo, recubierto con cemento y otros con sólo ladrillo. En 2017, se entregó una infraestructura de color blanco y azul, en el marco del programa Evo Cumple. Desde ese año hasta la fecha, este módulo no es utilizado para pasar clases porque no tiene muebles (sillas, mesas, pupitres y pizarras).

Según el concejal de El Alto, Javier Tarqui, el gobierno central entregó módulos educativos tecnológicos a 11 escuelas, en el marco programa Bolivia Cambia, Evo Cumple. Aseguró que todas las infraestructuras presentan un problema similar: falta de mantenimiento y equipamiento (Ver infografía).

Fotos: Duglas Ormachea/ Página Siete
Desde el 2017, David Huanca, presidente del consejo educativo comunitario de Villa Ingenio, al que pertenece el colegio Antonio Paredes Candia, realizó los trámites para conseguir mobiliario para la nueva infraestructura. “Cuando el Vicepresidente llegó y nos dio la nueva infraestructura, dijo que es atribución del gobierno municipal encargarse de muebles, pizarras y laboratorios”, recuerda el dirigente, respecto a ese 2 de marzo, cuando se realizó la entrega.


Desde ese acto, el módulo de esta unidad educativa no cuenta con muebles ni para las otras aulas, por lo que los padres de familia deben llevar sus propias sillas y mesas. Aún así falta espacio para pasar clases, explica Huanca, por lo que desde al año pasado, cedió su oficina para habilitar un nuevo curso.

“Para el mobiliario, me pidieron que saque derecho propietario de la Unidad Educativa, porque esto sólo había tenido folio real. Me dijeron que con ese derecho propietario recién nos atenderían con mobiliario. En una sesión de concejo, por junio del año pasado, se comprometieron a darnos derecho propietario y me darían mobiliario. Indicaron que por cada unidad educativa saldría un presupuesto de un millón de bolivianos”, lamentó Huanca.

Según el dirigente, desde el municipio, “informan que no hay plata, que no atenderán a los colegios que se han construido con el gobierno central, dicen que si ellos (la Alcaldía) hubieran hecho, entonces también habrían equipado. ¿Cómo es eso”, se pregunta.

Tarqui explica que esta situación muestra las diferencias que existen entre municipio y gobierno central. “Acá vemos aulas sin mobiliario. Son 14 aulas que no están siendo utilizadas y el lunes se empiezan las labores escolares, los baños están descuidados, las salas de administrativos se usan para depósito”, explica.

En los pasillos del módulo del colegio Antonio Paredes Candia, los vidrios de las ventanas ya están rotos, las puertas están forzadas, una incluso fue destrozada a la fuerza; los pasillos tienen marcas de balones en los techos y casi la mitad de los focos ya no sirven.


Este módulo es uno entre los siete con los que cuenta esta gran unidad educativa. Este colegio funciona en los turnos mañana y tarde, con hasta seis paralelos en cada grado. A unos días del inicio de clases recién se construye una parte del muro perimetral. “Esto se está haciendo con el POA (Plan Operativo Anual) 2018”, explica Huanca.

Fotos: Duglas Ormachea/ Página Siete
En otro de los bloques se empezaron a formar fisuras en las paredes. Éstas llegan hasta los cinco centímetros de desnivel. “No nos quieren dar ni vidrios. Creen que los vamos a robar. Por eso, pedimos a la dirección de educación que venga a poner vidrios, pero hasta la fecha no llegaron”, protesta.


Según Tarqui, entre los módulos de los colegios observados están: Vicente Donoso, Libertador Simón Bolívar, Pablo Neruda, Manuel Ascencio Padilla y Antonio Paredes Candia.

“En la Unidad Educativa Vicente Donoso, hay vidrios rotos, cuando llueve filtra agua, no hay mantenimiento adecuado y ni se han cumplido los dos años”, describe. “En la unidad educativa Libertador Simón Bolívar hay puertas de ingreso en mal estado, mobiliario improvisado, no se realiza el mantenimiento. Se ha entregado el equipamiento, pero no el mobiliario”, agrega.

La infraestructura del módulo Pablo Neruda tiene filtraciones de agua, puertas en mal estado y lavamanos sin accesorios. “No hay el mantenimiento correspondiente”, indicó.




Consultado sobre por qué el municipio no se encarga de dotar equipamiento a los mobiliarios, el director de Educación de El Alto, Marco Vera, explicó que todos los requerimientos de las unidades educativas se realizan de acuerdo al pedido de las juntas comunitarias. “Son 40 millones a nivel de El Alto, para que a través de los consejos educativos y presidentes de juntas escolares podamos hacer una coordinación y distribución. Así vemos en qué vamos a invertir”.

Destacó por ejemplo que para este año la unidad educativa María Ayma (también beneficiada con un módulo educativo), pidió mobiliario. La unidad educativa Antonio Paredes pidió mobiliario. “En un principio no sabíamos para qué estaban siendo construidas. Si eran aulas o módulos tecnológicos”, concluyó.

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