Un penalti a Rodrygo le da a Brasil el pase al Hexagonal
La 'canarinha' volvió a ganar, 1-0 a Bolivia, sin pena ni gloria: lo fía todo al madridista, al que le pudieron pitar dos penaltis más. Ha jugado cuatro partidos en una semana...
Carlos Forjanes
As
Brasil llegará en este Sudamericano Sub-20 hasta donde le lleguen las fuerzas a Rodrygo, que se ha metido entre pecho y espalda 356 minutos en una semana (cuatro partidos). La canarinha pasa al Hexagonal final ganando a Bolivia (1-0) con la misma fealdad en su juego que el resto del torneo y una única receta: balones a Rodrygo.
Tal fue así que al delantero madridista le hicieron el penalti que supuso el pírrico gol brasileño (lo convirtió Lincoln con una más que cuestionable paradinha) y bien le pudo pitar el argentino Facundo Tello dos penaltis más en dos acciones polémicas. Una en una zancadilla de Cuéllar en un mano a mano y otra de Antelo, que obstaculizó con el trasero al atacante cuando encaraba la portería boliviana.
Ni siquiera enfrentarse a una de las más débiles del torneo, Bolivia, animó a Brasil, obtusa bajo el sofocante calor de Rancagua (34 grados). De hecho, Phelipe volvió ser bajo palos el colaborador necesario de Rodrygo. Ramiro Vara y Melgar le pusieron numerosas veces a prueba porque Brasil se pasó medio partido acostada en las cuerdas. Bolivia era mejor. Lincoln arriba no ayudaba y Marcos Bahía, quizá el futbolista de campo con más pulmones en su selección, apenas podía correr. La fatiga no fue tampoco excusa. Teté entró de refresco y no supo marcar tras un gran pase de Rodrygo que le dejó el gol casi en bandeja. Ni por esas.
Brasil pasa a la liguilla final de seis equipos a la que también están clasificadas ya Venezuela y Ecuador. Pero es una Brasil en la que el único jogo bonito lo pone Rodrygo.
Carlos Forjanes
As
Brasil llegará en este Sudamericano Sub-20 hasta donde le lleguen las fuerzas a Rodrygo, que se ha metido entre pecho y espalda 356 minutos en una semana (cuatro partidos). La canarinha pasa al Hexagonal final ganando a Bolivia (1-0) con la misma fealdad en su juego que el resto del torneo y una única receta: balones a Rodrygo.
Tal fue así que al delantero madridista le hicieron el penalti que supuso el pírrico gol brasileño (lo convirtió Lincoln con una más que cuestionable paradinha) y bien le pudo pitar el argentino Facundo Tello dos penaltis más en dos acciones polémicas. Una en una zancadilla de Cuéllar en un mano a mano y otra de Antelo, que obstaculizó con el trasero al atacante cuando encaraba la portería boliviana.
Ni siquiera enfrentarse a una de las más débiles del torneo, Bolivia, animó a Brasil, obtusa bajo el sofocante calor de Rancagua (34 grados). De hecho, Phelipe volvió ser bajo palos el colaborador necesario de Rodrygo. Ramiro Vara y Melgar le pusieron numerosas veces a prueba porque Brasil se pasó medio partido acostada en las cuerdas. Bolivia era mejor. Lincoln arriba no ayudaba y Marcos Bahía, quizá el futbolista de campo con más pulmones en su selección, apenas podía correr. La fatiga no fue tampoco excusa. Teté entró de refresco y no supo marcar tras un gran pase de Rodrygo que le dejó el gol casi en bandeja. Ni por esas.
Brasil pasa a la liguilla final de seis equipos a la que también están clasificadas ya Venezuela y Ecuador. Pero es una Brasil en la que el único jogo bonito lo pone Rodrygo.